El pasado 24 de octubre nuevamente el gobierno, a través de la ministra Bullrich, lanzó una brutal represión contra quienes manifestábamos contra el Presupuesto 2019. Lo hizo con gases, balas de goma, bastonazos y motocicletas que oficiaron como caballería motociclistas. La represión fue acompañada por una cacería, donde cualquier transeúnte ocasional fue una potencial presa de la furia policial. Dentro del Congreso la sesión se suspendió en dos oportunidades durante la refriega y hasta el mismo presidente de la Cámara, Emilio Monzó, reconoció la represión contra los manifestantes que en algunos casos hasta fueron perseguidos y reprimidos desde Congreso hasta Constitución. Así lo vivió la columna de Izquierda Socialista, que junto a su militancia se retiró hasta 9 de Julio y San Juan perseguida por la policía y sus balas por más de quince cuadras.
Mientras el gobierno acusaba a la izquierda de “violenta”, Cambiemos junto al PJ votaba el ajuste para 2019. La violencia y el caos contra el pueblo trabajador se “cocinó” en la sesión. Pichetto, del PJ, enterado de la detención de cuatro ciudadanos extranjeros, pidió su expulsión del país al mejor estilo Bullrich, mostrando que el ajuste y la represión son de Macri y del peronismo. Fueron detenidos un ciudadano turco, dos venezolanos y un paraguayo. Contra el turco Anil Baran, que no participaba de la marcha, se descargó una campaña relacionándolo por su perfil de Facebook con el Frente de Izquierda -del cual Izquierda Socialista es parte- o por su simpatía por el Che. El gobierno ha anunciado nuevamente su idea de endurecer las penas a la protesta social. Izquierda Socialista repudia esta campaña contra los que luchan y la izquierda.