Escribe Daniela Vergara, secretaria de Cultura de Amsafe Rosario
El responsable del secuestro, desaparición y asesinato del periodista y escritor Rodolfo Walsh, Gonzalo “Chispa” Sánchez, de 69 años, fue detenido en Brasil en la ciudad Paraty, de Río de Janeiro, y extraditado a nuestro país. Estaba prófugo de la Justicia por la causa ESMA, acusado de participar en los vuelos de la muerte junto con Alfredo Astiz.
Recordemos que Rodolfo Walsh fue asesinado por la dictadura el 25 de marzo de 1977 después de publicar su “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar”, en la que denunciaba la política económica impuesta por el terrorismo de Estado para aniquilar a la clase obrera y sus luchas. En ella mencionaba la terrible inflación, las políticas de sumisión al Fondo Monetario y a los grandes monopolios, la desnacionalización de los bancos y la generación de una deuda externa usuraria, ilegítima e ilegal que, recordemos, todavía estamos pagando (y que hoy está siendo “renegociada” por el gobierno). Deuda externa que, denunciaba Walsh, era parte del proyecto económico de ese gobierno genocida, al servicio de los grandes grupos económicos que se beneficiaron con la dictadura. Justamente, el día que Rodolfo enviaba su carta de denuncia, fue interceptado por la patota de Chispa Sánchez y, tras ser asesinado en plena calle, su cuerpo fue llevado a la ESMA y luego desaparecido.
Condenas a perpetua en la causa Feced III/IV de la ciudad de Rosario
En la misma semana que se produjo la extradición de Chispa Sánchez, se dio otro tremendo avance en la lucha contra la impunidad, en este caso directamente vinculado a nuestra ciudad de Rosario.
Las causas llevan el nombre de Agustín Feced, el represor que murió en 1986. Junto con él actuaba “su patota”, que operaba en el centro clandestino de detención Servicio de Informaciones, que funcionó durante la última dictadura militar, cívica y eclesiástica en pleno centro de la ciudad de Rosario. Esta causa tiene 188 víctimas.
El pasado 14 de mayo el Tribunal Oral Federal N° 2 de Rosario dio un fallo inédito: seis condenas a prisión perpetua, pero además incorporó por primera vez en los tribunales de Rosario a la violación como delito de lesa humanidad. Para que ello fuera posible, tenemos que reivindicar el valor de las compañeras que lo han denunciado, ya que los torturadores en infinidades de procesos cometieron violaciones a las secuestradas, mujeres y jóvenes embarazadas.
La prisión perpetua fue para seis represores: José R. Lofiego (que, estando actualmente preso, solicitó el beneficio de la prisión domiciliaria por el coronavirus, que le fue denegado); Mario A. Marcote, violador sistemático del Servicio de Informaciones, José C. Scortechini, Ramón R. Vergara, Ernesto Vallejos y Ramón A. Ibarra, este último involucrado directamente en la detención, encarcelamiento y tortura de padres, madres y docentes, muchos de ellos miembros de la dirección y cooperadora de la Biblioteca “Constancio .C Vigil” (todo un aniquilamiento de un proyecto educativo, con el irreparable robo de sus bienes).
Aclaremos también que en la causa Feced III estaba contenido el juicio al cura Eugenio Zitelli (ya fallecido). Cómplice de la dictadura, ex capellán de la Policía de Santa Fe hasta 1983, estaba acusado de participar de sesiones de torturas de al menos catorce víctimas. Una razón más para avanzar en la necesidad de juzgar también a los cómplices civiles de la dictadura, tanto miembros de la iglesia, como empresarios o burócratas sindicales.
La extradición del responsable del secuestro, asesinato y desaparición de Rodolfo Walsh y las condenas de la causa Feced III/IV nos refuerzan en el compromiso de seguir la lucha. Reafirmamos que no hay ningún motivo para “dar vuelta la página” (expresión de reconciliación usada por Alberto Fernández antes del 24 de marzo luego de haberse entrevistado con el papa Francisco). Por el contrario, nosotros no perdonamos, no olvidamos y no nos reconciliamos, sino que seguimos exigiendo memoria, verdad y justicia.