Escribe Mariano Barba
Pese a la represión, continúa con firmeza la lucha de los 238 mineros de Andacollo (norte neuquino, a 500 km de la capital) que trabajan en la mina de oro y plata. Reclaman el pago de dos sueldos caídos y la continuidad laboral. Al corte de la ruta nacional 22 que realizan desde hace quince días cercano a la capital neuquina, se suma el puesto de control que tienen instalado a la entrada de la mina cuidando las máquinas. Desde el último sábado treinta y tres mineros llegaron, en varias camionetas y trafics, burlando el control de la gendarmería por el desierto, y se instalaron en la ciudad capital, frente a la fiscalía que oficia de mediadora entre los trabajadores y el gobierno. Llevan dos meses y medio sin cobrar los haberes y la empresa yanqui Trident se declaró en convocatoria de acreedores y no está operando la explotación desde fines del año pasado. Esto significa que los trabajadores están prácticamente abandonados, sin perspectiva de continuidad laboral.
El gobierno del MPN es cómplice porque nunca controló la concesión a Triden ni la obligó a depositar el millón de dólares del contrato que hubiera permitido pagarles los sueldos por ocho meses a todos los obreros. A esta altura el gobierno debería tomar la administración estatal de la mina y garantizar la continuidad laboral.
El gobierno, como solución, apenas ofrece 20.000 pesos mensuales durante seis meses y no les garantiza la continuidad laboral. Por eso, día tras días los trabajadores rechazan esos “ofrecimientos”, mientras el gobierno endurece el cerco sobre ellos, generando verdaderos ghettos sobre los campamentos, tanto en la ruta 22 como en la capital. En este último, el domingo pasado, la policía impedía, por orden del fiscal, el ingreso de agua, alimentos y baños, una conducta inhumana y delictiva siendo que están acampando sobre asfalto y sin acceso a ningún inmueble. Fue una verdadera lucha, que encabezó nuestra concejala Angélica Lagunas, para que se permita el ingreso de esos elementos vitales. Cerca de la noche de ese domingo, entró por primera vez el agua, los alimentos y el acceso a un baño de la universidad próxima al campamento. Gran repercusión pública tuvo este evento, que fue festejado masivamente en las ciudades de donde provienen los mineros.
Para fortalecer su lucha, desde la Multisectorial organizada por el sindicalismo combativo de los ceramistas, docentes y otras organizaciones, se realizó una caravana el día viernes hacia el corte de ruta de los mineros, que próxima a llegar fue interceptada por la policía, obligando a que una delegación de los mineros se acercara y se organizara un acto de apoyo a su lucha y de repudio a la represión. Por último, este martes 19, como parte del sindicalismo combativo, hicimos una marcha hacia el campamento en Neuquén capital y compartimos un acto con los mineros allí instalados.