Estados Unidos. Bayer acuerda indemnizar a enfermos de cáncer provocado por el glifosato
El gigante farmacéutico y agroquímico alemán Bayer anunció el 24 de junio que acordó pagar hasta 10.900 millones de dólares en un acuerdo con 125.000 demandantes estadounidenses que dicen que el herbicida Roundup, que contiene glifosato, fabricado por la unidad Monsanto, es el causante del cáncer que padecen. El acuerdo “permitirá cerrar aproximadamente el 75% de los actuales casos de litigación relacionados con Roundup”, informó la compañía con sede en Alemania.
El mismo herbicida cancerígeno se utiliza en otros países, como Brasil, Argentina y Bolivia. En la Argentina hubo fuertes movimientos de pueblos fumigados (afectados por la multiplicación de casos de cáncer) y se lograron algunas limitaciones, aunque se sigue empleando.
El Roundup-glifosato extermina todo lo que hay alrededor del cultivo de soja transgénica –que es resistente a este herbicida– que “molesta” su crecimiento. Pero además afecta a las personas que desarrollan esta actividad, a las que viven cerca de los terrenos fumigados y a los alimentos.
Brasil. Huelgas de trabajadores del metro y de repartidores
Los trabajadores del metro (subterráneo) de San Pablo anunciaron una huelga el 1º de junio contra un ajuste a sus condiciones de trabajo que dictó João Doria, gobernador del estado, del PMDB (partido patronal que gobernó hasta 2016 junto al PT y ahora es supuesto opositor de Bolsonaro). Se está desconociendo el acuerdo colectivo en un momento en el que hay un número importante de contagiados y un dirigente del sindicato fallecido por Covid-19 porque no se cumplió la cuarentena.
Entretanto, los repartidores van a realizar un paro nacional por aumento de sus remuneraciones y mejores condiciones de trabajo. Como ellos lo explican, trabajan con hambre entregando comida y están realizando un servicio esencial en medio de la pandemia. Denunciaron también que si un trabajador se enferma de Covid-19, tiene un accidente o se golpea en su bicicleta es despedido.
Estas huelgas se dan en medio del desastre de la salud en Brasil, que ocupa el segundo puesto en el mundo por la cantidad de víctimas del Covid-19, con 58.000 muertos y 1.350.000 infectados (cifras oficiales, probablemente la realidad sea mucho peor) hasta este fin de semana.
La CST/PSOL, sección oficial de la UIT-CI, llamó a apoyar estas huelgas y a unificar las luchas en un marco en que toda la clase trabajadora “está en la mira de la contaminación y las muertes” y exige a las direcciones de las centrales sindicales CUT, CTB, Força Sindical y UGT que apoyen las luchas y convoquen a un día nacional de lucha en defensa del salario, el empleo y por medidas de seguridad estrictas para los que trabajan.
Alemania. Huelga de trabajadores de Amazon por contagios
Cerca de cuarenta empleados de Amazon tienen coronavirus. Por este motivo iniciaron una huelga este lunes exigiendo mayores normas de seguridad. La medida, de cuarenta y ocho horas, cuyo lema es “trabajo bueno y saludable”, es para denunciar lo que han llamado falta de transparencia por parte de la empresa estadounidense ante la ola de contagios de Covid-19 entre sus trabajadores. Los paros se realizan en las sucursales de Leipzig, Bad Hersfeld, Rheinberg, Werne y Koblenz. La compañía tiene aproximadamente 13.000 empleados en Alemania.
Cabe destacar que Amazon, especializada en entregas a domicilio, aumentó sus ganancias a nivel mundial durante la pandemia.
En los últimos meses, los trabajadores de los almacenes de Amazon en los Estados Unidos realizaron protestas también en contra de las condiciones laborales insalubres, denunciando que la compañía no notifica cuando sus compañeros dan resultado positivo en el test de coronavirus.
Curazao. Violentas protestas contra rebaja salarial y despidos
El recorte salarial de 12,5% y el despido de más de cuatrocientos trabajadores públicos provocaron fuertes protestas. Fueron incendiados vehículos policiales durante las manifestaciones. La isla caribeña está convulsionada por los injustificados despidos que afectan a los empleados portuarios. Y, aunque el gobierno implantó el toque de queda, las protestas continuaron.