Escribe Mario Luaces
La lucha de los vecinos de Virrey del Pino contra la multinacional suiza contaminante Sika-Klaukol es una pelea emblemática que deja en evidencia el funcionamiento del sistema capitalista, priorizando las ganancias a costa de vidas humanas.
Klaukol es una poderosa empresa multinacional en su país, Suiza, mantiene un firme argumento de no contaminación, pero a su vez externaliza la contaminación en países dependientes como el nuestro. Opera en veintidós países y tiene cinco plantas en la Argentina, siendo la más importante la ubicada en la localidad de Virrey del Pino, en La Matanza. Opera desde los años ’80 en el barrio Las Mercedes. En 2009 explotó una chimenea que contaminó todo el barrio y puso en evidencia el accionar de la empresa.
En ese momento, la Autoridad de Cuenca Matanza- Riachuelo (Acumar) inició una investigación y en mayo de 2014 se realizó un relevamiento sanitario en el barrio que arrojó como resultado que el 100% de los chicos analizados de entre 0 y 12 años presentaron plomo en sangre. El análisis también encontró metales pesados en el agua corriente, por lo que la Acumar debió proveer de agua mineral a los vecinos, tres litros por familia.
Todos los gobiernos son cómplices
La empresa califica en grado 3 de contaminación, no pudiendo estar en un radio inferior a 8 kilómetros de ningún casco urbano. Según la ley provincial 11.459, estos establecimientos “se consideran peligrosos porque su funcionamiento constituye un riesgo para la seguridad, salubridad e higiene de la población u ocasiona daños graves a los bienes y al medio ambiente”. Pese a esto ningún gobierno se encargó de garantizar el traslado de la planta. El gobierno municipal del peronista Espinoza llegó al colmo, en la última entrevista con los vecinos, de negar lo ya demostrado por la Acumar hace varios años, sosteniendo que la fábrica “tiene valores normales de emisión”.
“Es el mundo al revés, nos están matando y nosotros tenemos que demostrar que nos están matando”, afirmó Susana Aranda, referente de Vecinos por Klaukol, en una entrevista, a la vez que nos contaba las maniobras constantes de la Justicia para que la causa siga “cajoneada”en juzgados de Morón y La Matanza. Demostrar contaminación es costosísimo para cualquier estudio de abogados, por lo que los vecinos vendieron hasta sus propias pertenencias para poder costear el seguimiento de la causa. La empresa además mantiene un blindaje mediático por los aportes que destina a tiempos de publicidad en los grandes medios. “Un día entero estuvo Canal 13 con el programa de Lanata acá, pero después esa investigación nunca vio el aire. Me llamó un productor al mes para pedirme disculpas, pero la investigación no iba a salir”, nos dijo Susana.
La situación de los trabajadores no es mejor que la de los vecinos, también son perjudicados por la contaminación. Están imposibilitados de iniciar alguna demanda ya que la empresa suiza les hace firmar un compromiso, antes de contratarlos, de que no la van a denunciar.
En el barrio Las Mercedes no quedan vecinos o vecinas mayores de 65 años, ya son más de cien los muertos por enfermedades cancerígenas o relacionadas con las vías respiratorias.
La empresa, los gobiernos (nacional, provincial y municipal), la Justicia y las corporaciones mediáticas están unidos para garantizar el lucro capitalista a costa de la vida de sus trabajadores y los vecinos del barrio.
Desde Ambiente en Lucha e Izquierda Socialista seguimos acompañando a los vecinos exigiendo algo tan elemental como el traslado de la fábrica, garantizando los puestos de trabajo y que se respeten estrictamente las condiciones ambientales necesarias para una vida digna, poniendo el foco en la salud de la población, de sus trabajadores y el cuidado del ambiente.