Escribe Guido Poletti
Ante el desastre generado por los grandes laboratorios multinacionales, que no están cumpliendo con la entrega de las dosis de vacunas prometidas incluso cuando en muchos casos estas ya han sido pagadas, crecen las voces en la mismísima Unión Europea amenazando llegar a expropiar las licencias.
El capitalismo imperialista está demostrando su incapacidad de atender la catástrofe de la pandemia hasta tal punto que desde el propio seno de las instituciones europeas se escuchan voces amenazando a los grandes laboratorios con el objetivo de forzar a estas farmacéuticas a ceder licencias a sus competidores para así tener más fábricas de medicamentos produciendo vacunas en los distintos países europeos.
De esta manera, el Parlamento italiano en diciembre aprobó una resolución que reclamaba el aumento de la producción de vacunas, incluyendo para su realización hasta la posibilidad de la expropiación de licencias. La semana pasada, el propio ministro de Economía de Alemania Peter Altmaier afirmó que si las empresas no aumentan su cooperación en los próximos meses “habrá que hablar de medidas coercitivas”.
En lo más duro del conflicto abierto entre la Comisión Europea y la farmacéutica AstraZeneca, el presidente del Consejo Europeo Charles Michel amenazó con activar el artículo 122 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que autoriza a los gobiernos nacionales a tomar físicamente el control de las fábricas de las farmacéuticas, poner funcionariosm públicos al frente de ellas, requisar la producción y expropiar las patentes.
El planteo se generaliza. Ya hace semanas que países con gran capacidad para producir genéricos, como India o Sudáfrica vienen pidiendo que se hagan de dominio público global todas las licencias y patentes relacionadas con las vacunas y medicamentos contra el coronavirus.
¿Qué demuestra todo esto? que lo que venimos sosteniendo desde la izquierda es el único camino ante el desastre de la pandemia, frente a la política criminal de los laboratorios transnacionales. Por eso insistimos con nuestra campaña internacional para que no rijan las patentes sobre vacunas y medicamentos relacionados con el COVID-19.