Escribe Adolfo Santos
La pandemia ha generado una verdadera calamidad humanitaria. Nos acercamos a los 3 millones de muertos, cerca de 120 millones de infectados y anuncian la aparición de nuevas cepas de Covid-19 más agresivas. No hay solución mágica para salir de esta crisis, necesitamos urgentemente de la liberación de las patentes para iniciar una vacunación masiva y combatir este flagelo.
Ante esa catástrofe, un puñado de multinacionales farmacéuticas y laboratorios están privando a millones del derecho esencial a curarse al imposibilitar, protegidos por la existencia de las patentes, la producción a gran escala de las vacunas. El capitalismo generó esta pandemia y es el mismo capitalismo imperialista el que impide la cura masiva merced a las patentes que aseguran a las empresas la exclusividad para producir y vender lo que es el resultado del conocimiento científico y técnico acumulado durante décadas por investigaciones en universidades, hospitales e institutos de todo el planeta y financiadas con presupuestos públicos. Se trata de la apropiación privada por parte de las multinacionales de descubrimientos e inventos que son patrimonio de la humanidad.
La pandemia, también, demostró el fracaso de la organización capitalista de la salud pública. Todos los países, aún los más desarrollados, se han visto desbordados después de haber recortado absurdamente los presupuestos de ese sector.
Es inadmisible que, en medio de una pandemia, sea el CEO de una multinacional farmacéutica el que determine cuánto se va a producir, a qué precio y a quién se le va a vender. Peor aún, que esas mismas empresas exijan a los gobiernos, incluido el de Argentina del Frente de Todos, la promulgación de leyes que le aseguren una política de confidencialidad de los contratos en cuanto a precios y pagos, el secreto de los procedimientos de fabricación, la extraterritorialidad jurídica y la inimputabilidad por efectos indeseados.
Fortalecer la campaña por el fin de las patentes
Desde Izquierda Socialista y el FIT-Unidad, nos oponemos a esas medidas que protegen a los grandes empresarios a costa de la salud de la humanidad, por eso votamos contra el proyecto de ley para proteger las multinacionales farmacéuticas presentado por el gobierno de Alberto Fernández. Ante una crisis humanitaria como la que ha generado la pandemia, defendemos la libre cooperación internacional en función de las necesidades sociales de los pueblos del mundo, sin patentes, que permita que la vacuna se produzca masivamente para llegar a todos y todas sin distinción.
La lucha contra las patentes tiene antecedentes. Nelson Mandela, desde el gobierno sudafricano, promulgó una ley en 1997 que suspendía las patentes para poder producir medicación anti SIDA. En el cambio de siglo, el ministro de Salud de Brasil, José Serra, desconoció las patentes que limitaban la producción de remedios contra el SIDA. En 2001 hizo lo mismo el acérrimo defensor de las patentes, Estados Unidos, acompañado por Canadá. Fue en ocasión de la llamada crisis del ántrax que ambos países suspendieron la patente de la Bayer alemana para poder producir ciprofloxacina el remedio necesario para combatir esa infección mortal.
Saludamos las distintas campañas que vienen impulsando diferentes organizaciones, como por ejemplo -y entre otras- Médicos Sin Fronteras, para que “no haya patentes médicas y que las vacunas, medicamentos y diagnósticos para el Covid-19 lleguen a todas las personas”. India y Sudáfrica, apoyadas por 99 países -con el rechazo de los países imperialistas- han reclamado ante la Organización Mundial de Comercio que se aplicara el inciso que permite la quiebra de patentes en caso de catástrofe humanitaria. Es tal la magnitud de la crisis humanitaria que se está instalando por causa de la vigencia de las patentes que el mismo secretario general de la Organización Mundial de la Salud Tedros Ghebreyesus se ha pronunciado en rueda de prensa en el mismo sentido hace pocos días.
Nos sumamos a esas voces y exigimos que los gobiernos dejen de ser cómplices de las multinacionales y exijan la inmediata exención de patentes, de métodos de diagnóstico, tratamientos y vacunas mientras dure la pandemia. Desde Izquierda Socialista hemos asumido la campaña internacional lanzada por la UIT-CI (Unidad Internacional de las y los Trabajadores-Cuarta Internacional) contra las patentes. En plazas, barrios y locales de trabajo hemos recogido miles de firmas que respaldan esta imprescindible petición. Además, junto al FIT-Unidad nos hemos posicionado en el mismo sentido mediante una extensa declaración pública.
El gobierno peronista de Alberto Fernández, en sintonía con los antecedentes históricos mencionados, debe suspender la vigencia de patentes e impulsar la producción nacional de vacunas e insumos, como lo expresa el proyecto de ley presentado por nuestro compañero Juan Carlos Giordano, diputado por Izquierda Socialista en el FIT-Unidad.