Escribe Pilar Barbás, dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista
Empezaron las clases en las universidades y nos encontramos con los mismos problemas que el año anterior. El ahogo presupuestario educativo se agudizó. Cuándo se retornaría a las aulas y en qué condiciones, no se sabe ni se avizoran soluciones.
Mientras se destinan millones de dólares al pago de la deuda externa, el presupuesto educativo sigue siendo miserable, lo que provoca que nuestros docentes tengan que dar clases con salarios a la baja y sin recursos, cuando no son directamente ad honorem. Quienes estudiamos no contamos con los medios suficientes para sostener una cursada digna, las páginas web o plataformas se caen con frecuencia, falta internet, se recortan becas… y sigue la lista.
Ante esta realidad, las conducciones burocráticas de las federaciones y los centros de estudiantes le hacen seguidismo a las autoridades y al gobierno, no convocan a la organización y menos a la lucha. Son funcionales porque se adecuan a la miseria presupuestaria, tampoco le reclaman un presupuesto de emergencia al gobierno nacional para revertir esta situación.
Estas conducciones no organizan al movimiento estudiantil para poder salir a pelear por mejores condiciones y vacían y boicotean cualquier proceso genuino que surja desde abajo. Esta situación fue la que primó en todo 2020.
Ante esta realidad, hay una avanzada de las autoridades universitarias, que son cómplices del ajuste y toman resoluciones antidemocráticas que producen más deserción estudiantil. En febrero, por ejemplo, miles de estudiantes del ingreso de la UBA no pudieron entrar a las carreras de grado porque la página para dar los últimos exámenes no funcionaba. Otra traba para que más alumnos no puedan seguir en la universidad. Hace una semana, en la Universidad de La Plata, a puertas cerradas, sin ninguna consulta real al conjunto de la comunidad educativa, las autoridades se “prorrogaron” su mandato un año. No respetaron el proceso democrático donde el conjunto de las estudiantes y los docentes pudieran decidir.
Además, en estos días se va a conocer la fecha para que avance el juicio de los procesados de la Universidad de Río Negro, lo cual se suma al procesamiento de otrxs veintisiete estudiantes de Córdoba por la huelga estudiantil nacional de 2018, creando un precedente terrible acerca de la criminalización de la protesta estudiantil.
En este marco, desde la Juventud de Izquierda Socialista pensamos que es de vital importancia la participación de los estudiantes ante la situación actual, organizándose en comisiones de base y asambleas estudiantiles para pelear por todos nuestros derechos. Apoyando a nuestros docentes por su reclamo salarial, que este 6 y 7 de abril convocaron al paro desde Conadu (Histórica) y los gremios de base afiliados. Y seguir luchando por el aumento de becas, dispositivos móviles e internet, por el desprocesamiento de todos los estudiantes por luchar y por una universidad pública, democrática, gratuita, laica, científica y de calidad al servicio del pueblo trabajador.