Escribe Guillermo Sánchez Porta, candidato a senador provincial Buenos Aires por Izquierda Socialista/FIT Unidad
La fuerte derrota electoral del peronismo conmovió al gobierno y generó cambios de gabinete. El ministro de educación Trotta guardó silencio hasta que Alberto anunció que Jaime Perczyk sería el nuevo ministro. Allí presentó su renuncia, con un balance de su gestión. ¿Perczyk va a lograr alguna mejora a la tremenda crisis educativa y salarial que dejó Trotta?
La carta de renuncia con el “auto balance” de Trotta, es una novela de ciencia ficción. Según él, su gestión apuntó a “recomponer un Estado y un tejido social dañados, asistir a los más afectados en la emergencia y desplegar nuevamente políticas de inclusión, igualdad y calidad”. Logró “la recomposición del Salario Mínimo de maestros/as y profesores/as”, “la incorporación de la (ESI)”. Y resaltó “el inicio del ciclo lectivo 2021 sin contratiempos ni conflictos, bajo el proceso de presencialidad más intenso de toda América Latina”. La verdad, no tiene vergüenza.
En la gestión Trotta, más de dos millones de alumnos (según datos oficiales dados por Perczyk, que se quedan cortos) quedaron sin clases ni vínculos con la escuela pública. El salario docente es el más bajo de la historia, firmando paritarias que lo dejan por debajo de la línea de pobreza. ¡Ni con Macri se firmó un inicial tan bajo! Y si no hubo conflicto nacional sólo fue por la vergonzosa complicidad de la burocracia sindical Ctera y demás gremios docentes, que pactaron con el gobierno de Fernández no hacer nada. Trotta olvida que, en Santa Cruz, La Rioja, Chubut, Salta, Tucumán, Córdoba, Mendoza, Neuquén y muchas otras provincias, tuvieron sendos conflictos docentes que los burócratas boicotearon y abandonaron.
La política de presencialidad fue una pelotita de ping pong, un día estaba a favor, otro día en contra, sin criterios objetivos, sin medidas sanitarias, sin protocolos serios. Sólo con la firmeza de la docencia y los sindicatos combativos logramos evitar una verdadera tragedia sanitaria. Quedará sobre las espaldas de Trotta y los ministros y ministras como Acuña que impulsaron la presencialidad “a como dé lugar”, con criterios electoralistas demagógicos e irresponsables, el fallecimiento de decenas de docentes que se enfermaron de Covid-19 al regresar a la presencialidad no cuidada. El estado de las escuelas sigue siendo desastroso y ni siquiera el parate de la presencialidad fue utilizado para arreglarlas. Y millones de docentes y estudiantes quedaron sin asistencia del gobierno para computadoras y conectividad, ensanchando la “brecha social”.
El nuevo ministro Perczyk fue asesor del tristemente célebre ministro Sileoni, secretario de Trotta, rector de las universidades de Quilmes y Hurlingham. Viene de la mano del ministro de Desarrollo Zabaleta y del ex intendente Sabatella. Ningún cambio de fondo. Dice que su política estará centrada en que “regresen a la escuela los millones de estudiantes que se alejaron en pandemia”. Y para ello anunció un fondo de 5 mil millones de pesos, lo que da menos de 2.500 pesos por estudiante “alejado”. Una cifra miserable, un 5% del valor de una notebook, por ejemplo. También anunció un “fuerte operativo para buscar y reforzar el estudio” de estos alumnos. Hasta anunció clases fuera del horario escolar y los sábados. Para eso profundizará los programas de “contratos basura” para docentes sin trabajo, como los ATR, con salarios miserables, fuera del convenio y de la paritaria, con contrato mensuales, sin estabilidad laboral, el “gran invento” del gobernador kirchnerista Kicillof. Insistirá y tratará de extender a todo el país esos contratos, negándose a llamar a los “actos públicos” presenciales (sistema transparente y por puntajes de nombramiento de docentes a cargos vacantes), dejando a centenares de miles de estudiantes sin docentes. Ni una palabra de aumentar el presupuesto educativo y de recomponer el salario docente. Y, aunque hubo “escandalete” porque Perczyk separó la biblia al jurar como ministro, ratificó que mantendrá todos los subsidios a las escuelas privadas y religiosas. Perczyk también es un defensor de la megaminería y que las universidades cooperen con las multinacionales en los proyectos mineros, petroleros y de pesca en las diferentes provincias.
Nada bueno vendrá con Perczyk para el salario y los derechos laborales docentes y la escuela pública. La docencia y la comunidad educativa deberá mantenerse en estado de movilización y lucha para poder enfrentar el ajuste, que sigue en pie. Seguir avanzando en la organización para recuperar los sindicatos para la democracia sindical y la lucha, como acabamos de conquistar en ATEN Neuquén Capital, Plottier, Chañar, Picún y Zapala, o con la Multicolor que presentamos en Adosac Santa Cruz. Y votando a los docentes y candidatos del FIT Unidad en las elecciones de noviembre. Porque la disyuntiva sigue siendo que la plata vaya para el salario y la escuela pública o para el FMI.