Escribe Mercedes Trimarchi, legisladora porteña electa por Izquierda Socialista/FIT Unidad
Estamos a quince días de terminar el año y tenemos un saldo de 290 femicidios y trans/travesticidios, de acuerdo a los datos publicados por el Observatorio Lucía Pérez. En este mismo lapso de tiempo hubo 352 marchas y movilizaciones contra la violencia patriarcal y 240 niñas y niños perdieron a su mamá en manos de un femicida. Frente a esta situación, la respuesta del gobierno peronista de Alberto Fernández y la ministra Elizabeth Goméz Alcorta sigue siendo insuficiente, porque no logran frenar la forma de violencia de género más extrema que sufrimos las mujeres y disidencias.
Luego del femicidio de Ursula Bahilo, días después de que el presidente haya decretado “el fin del patriarcado”, se creó el Consejo Federal para la Prevención de Femicidios. Lo único que hizo (con semejante nombre) fue sentar “en la misma mesa al Poder Ejecutivo, con las áreas Justicia, Género y Seguridad, con el Ministerio Público y la Procuración y poder pensar ahí cuáles eran los déficits, y los problemas en cada región” según la entrevista realizada por el diario Página 12 a la ministra Gómez Alcorta el 25/11/21. La respuesta es de nuevo una burla al movimiento feminista, que desde el 2015 salió a la calle al grito de “Ni Una Menos” contra la violencia machista.
Desde Isadora decimos junto al movimiento de mujeres y disidencias que la deuda es con nosotres. Por eso, en el marco de las negociaciones del gobierno peronista de los Fernández con el FMI, insistimos en que la plata debe ir para prevenir y erradicar la violencia de género y no para pagar la deuda externa. El acuerdo con el FMI es ajuste para el conjunto de la clase trabajadora y nos afecta mayormente a las mujeres y a las disidencias. Por eso nos movilizamos a la Plaza de Mayo, el pasado 11 de diciembre.