Escribe Mariana Scayola, secretaria general Ademys
Larreta y la ministra Acuña enviaron a la legislatura porteña un proyecto de ley para reformar una treintena de artículos del Estatuto Docente. Es una reforma laboral en línea con el pacto del gobierno nacional con el FMI.
Hace muchos años el Banco Mundial y el FMI vienen insistiendo en reformar las condiciones laborales de los docentes. Buscan mayor flexibilización, recorte salarial y achicar el presupuesto de la educación pública. Además de bajar los salarios, este proyecto cambia el mecanismo democrático de designación de cargos, por criterios discrecionales y no por concursos transparentes. Profundiza su política privatista en la matrícula, en los negocios que se puedan generar para privados, atacando la gratuidad de la enseñanza y con un modelo de “gerenciamiento” privado.
El proyecto es el “modelo de educación” chileno y mexicano (dos casos emblemáticos) donde su implementación generó las enormes luchas de estudiantes, docentes y familias, que hemos visto. En nuestro país cada vez que han intentado implementar a fondo estos cambios, fueron fuertemente resistidos, porque existe un profundo arraigo del derecho y la reivindicación a la Educación Pública entre los trabajadores.
Este año el gobierno del Frente de Todos incorporó en la paritaria nacional docente la propuesta de eliminar los Estatutos Docentes y cambiarlo por nuevos “convenios colectivos”, para “modernizar” las relaciones laborales. Larreta y Acuña como siempre tratan de “hacer punta” con los ataques a la docencia y a la educación pública. Directamente buscan reformar el Estatuto Docente en CABA, para atacar conquistas y profundizar la precarización laboral.
Entre otros ítems el proyecto, en vez de crear los cargos que necesitan las escuelas, como parejas pedagógicas o ampliar los gabinetes psicopedagógicos, crea dos nuevos cargos (maestro especialista y coordinador de trayectorias escolares), que nadie sabe qué función tendrán y que no se nombrarían en actos públicos transparentes y por puntajes, sino por “ascenso horizontal” (así lo llaman).
Otro aspecto grave, es que vincula el salario a la capacitación que cada docente documente, en un criterio mentiroso de “meritocracia”. No existe en CABA la capacitación gratuita y en servicio, de manera que todos los que lo deseen puedan acceder. Hoy es un gran negocio privado, fuera de horario escolar, por lo que sólo docentes con plata y con facilidad de horarios libres pueden hacerlo. Y ellos serían los que cobrarían más, dividiendo la docencia salarialmente.
Aunque el gobierno incluyó el reclamo sobre la titularización masiva en un sector de Media, en el que hacía años no permitían actos públicos para titularizar, deja por fuera de la estabilidad laboral a miles de docentes de terciarios y programas socioeducativos, entre otros.
Todo este proyecto no dice nada de aumentar el presupuesto educativo. O sea que la creación de los nuevos cargos impactará en una reducción de un presupuesto ya absolutamente insuficiente para las verdaderas necesidades educativas, como infraestructura, cargos, vacantes, escuelas, capacitación gratuita o aumento de salarios.
Llamamos a toda la docencia y comunidad educativa a rechazar esta nueva ofensiva de Larreta contra la docencia y la escuela pública, que es un ensayo para ver si se puede avanzar en el resto del país. Y a exigir plata para educación, no para el FMI y la deuda externa.