Escribe Guido Poletti
Mientras Cristina y el kirchnerismo disparan misiles mediáticos contra Alberto Fernández y sus ministros, y éste tímidamente le contesta a través de su vocera Gabriela Cerruti, crece en dirigentes peronistas, tanto de uno como de otro sector de la interna, la frase: “pero de todas formas hay que apoyar al gobierno para que no vuelva la derecha”. Lo vimos incluso en los discursos de los sectores “críticos” al acuerdo con el FMI, que, tras explicar que iban a votar en contra, enseguida aclaraban que eso se trataba de una diferencia “menor” dentro del Frente de Todos y que lo importante era permanecer unidos “para que no vuelva la derecha”.
Todo esto refleja que las diferencias al interior del peronismo gobernante son producto de su interna por los cargos (donde por supuesto, hasta ahora) nadie renuncia, y de que en el caso del kirchnerismo lo que hay es un intento de zafar de pagar los costos del ajuste que impone el acuerdo con el FMI. Sin embargo, queremos debatir con compañeras o compañeros que se preguntan si, efectivamente, a pesar de que el gobierno de Fernández los viene defraudando, todavía hay que apoyarlo ante el riesgo de la vuelta del macrismo.
Recordemos que, ya en 2019, el peronismo proclamaba lo mismo: votarlos a ellos para “terminar con el ajuste de Macri”. Y sumaban la frase: “tenemos que volver para ser mejores”.
Tenemos que preguntarnos qué pasó. El que mejor lo graficó fue el humorista y simpatizante del kirchnerismo Dady Brieva quien afirmó: “volvimos al pedo”. Efectivamente, si hoy hay riesgo de que “vuelva la derecha” es porque la política del Frente de Todos no se diferenció, más allá del discurso, de la que venía ejecutando el macrismo. Más aún, el gobierno de Alberto Fernández es hoy el principal ejecutor de las exigencias del FMI. Nunca apareció la famosa “heladera llena”, que se prometía en 2019.
Apoyar a un gobierno que ya lleva dos años ajustando, haciendo que caiga el poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones, y que ahora sólo tiene para ofrecer en la perspectiva un mayor ajuste aún para cumplir con las exigencias del Fondo Monetario, es un camino sin salida para los trabajadores. Significa, en los hechos, negarse a luchar contra las consecuencias del ajuste. Las consecuencias de esta política ya las podemos ver en el accionar de la burocracia sindical, que, justamente con esta excusa, se niega a romper su pacto con el gobierno y deja correr los acuerdos salariales a la baja.
Por eso insistimos: hoy la única pelea “contra la derecha” es enfrentar el plan del Fondo Monetario y a sus ejecutores. Es apoyar todas y cada una de las luchas, para que triunfen y derroten el ajuste. Y, por sobre todas las cosas, es postular un programa alternativo de verdad, obrero y popular, en las antípodas tanto del programa del FMI que hoy ejecuta el gobierno, como de los planteos de la oposición patronal, de “mayores ajustes y reformas estructurales”, también negociadas con el Fondo. Solo el Frente de Izquierda Unidad plantea algo diferente: romper con el FMI, suspender inmediatamente los pagos de deuda externa y, con todos esos recursos, volcarlos a resolver las más urgentes necesidades del pueblo trabajador: salario, empleo, educación, salud y vivienda. Construir y fortalecer esa alternativa política, hoy encarnada en el FIT Unidad, es el único camino para, de verdad, enfrentar todas las políticas de derecha, propatronales y antiobreras, vengan del lugar que vengan.