El 9 de julio el Frente de Izquierda marchará a Plaza de Mayo y en las principales ciudades del país, planteando el único programa alternativo que puede resolver los más urgentes problemas del pueblo trabajador. Porque no hay salida si seguimos pagando la deuda a los usureros y sometidos a las órdenes del Fondo Monetario Internacional.
El Frente de Todos, en todas sus alas y sectores, coincide en que hay que pagarle a los pulpos acreedores. “Somos pagadores seriales”, ya es una frase histórica, repetida varias veces por la actual vicepresidente Cristina Fernández. El kirchnerismo, que posa de “crítico” frente al acuerdo con el FMI, buscando despegarse de las consecuencias que éste trae en términos de ajuste, ha afirmado también repetidas veces que no es que está en contra de acordar con el Fondo, sino que ellos lo hubieran hecho de otra manera, supuestamente más “progresista” (como si existiera la posibilidad de firmar un pacto con el organismo internacional de estas características). Del resto del Frente de Todos (el presidente Alberto Fernández y sus ministros empezando por el propio Martín Guzmán) no hacen falta muchas aclaraciones: fueron y son los grandes defensores del actual acuerdo con el FMI. Lo mismo se podría decir del sector de Sergio Massa y del conjunto de los gobernadores, más allá de su alineamiento interno.
Del lado de la oposición patronal de Juntos por el Cambio, también hay un acuerdo unánime en priorizar a los acreedores de la deuda y al FMI. Más aún, se preparan para, en caso de ganar la elección presidencial de 2023, renegociar con el propio Fondo, incluyendo explícitamente la incorporación de los llamados ajustes “estructurales” (léase la reforma previsional, fiscal y laboral). O sea más hambre para las jubiladas y jubilados, más impuestos a los sectores populares y menos para los ricos y una total flexibilización laboral. De lado de Milei, Espert y los libertarios mejor ni hablar: su propuesta es todo un programa de guerra contra los trabajadores y demás sectores populares.
Frente a este panorama, se hace más importante que nunca la postulación del FIT Unidad. La necesidad de plantar una bandera por otra alternativa política que llame a pelear por un programa alternativo, obrero y popular, que, partiendo de dejar de pagar la deuda externa y romper con el FMI, avance en resolver las más urgentes necesidades populares. Esta es la lucha por recuperar aquello que, ganado hace 206 años, perdimos en manos de los pulpos imperialistas. Por eso hablamos de lograr la segunda y definitiva independencia.
El 9 de julio, en un nuevo aniversario de aquella gesta de 1816, el Frente de Izquierda Unidad llama a colmar nuevamente la Plaza de Mayo y las principales plazas del país en unidad con organizaciones sociales, de derechos humanos, el movimiento de desocupados combativo, el sindicalismo combativo y el resto de la izquierda, para plantear la necesidad de recuperar aquello que perdimos. Postular esta alternativa política señala el camino a recorrer: que gobiernen los que nunca lo han hecho y no tienen ninguna responsabilidad con el desastre actual: las trabajadoras y los trabajadores, junto con la izquierda. Para empezar a recorrer lo único que nos puede sacar adelante: la construcción de una Argentina socialista.