Todos los días nos cruzamos con compañeras y compañeros de trabajo, estudio, vecinos en los barrios o familiares que nos cuentan de su desilusión con el Frente de Todos. Votaron a Alberto y Cristina para terminar con el ajuste macrista y ahora, a casi tres años, ven que siguen el hambre, la miseria y los bajos salarios. Parte de este fenómeno se expresó en las elecciones del año pasado, donde una franja dejó de votarlos para hacerlo por el Frente de Izquierda Unidad.

Escuchamos todavía a quiénes nos reconocen el carácter ajustador del gobierno, pero creen que con Cristina sería distinto. No es así: Cristina y el kirchnerismo hacen críticas para zafar de la bronca ante el ajuste, pero en ningún momento plantean dejar de pagar la deuda o romper con el Fondo. Simplemente insisten en que ellos hubieran “negociado mejor”.

Veamos lo que está pasando en estos días. Muchas compañeras y compañeros con simpatías por el kirchnerismo festejaron la ida de Guzmán, el ministro “ajustador”, para descubrir días después que la nueva ministra, la que contaba con la anuencia de Cristina, se propone ajustar más aún para cumplir con el Fondo.

Entonces tenemos que preguntarnos: ¿qué hacemos frente al ajuste? ¿Cómo salimos a defender nuestros salarios, nuestras jubilaciones, la salud, la educación pública? ¿Qué pasa con las direcciones peronistas de los sindicatos, de la CGT, de las CTA? Creemos que tenemos que reflexionar sobre esto: con estas direcciones no tenemos salida. Hoy, quienes salen a pelear son el sindicalismo combativo y la izquierda. También sabemos que hay quienes, aún compartiendo todas estas críticas que nosotros hacemos, dudan y nos preguntan: ¿Y el año que viene? ¿No tenemos que permanecer votando al peronismo como mal menor frente a la derecha de Macri?.

Creemos que sería un gran error. Desde hace décadas peronistas, radicales, centroizquierdistas del Frepaso, PRO, se turnaron para ir gobernando, en todos los casos para garantizar los pagos de deuda y el ajuste, que continúa y se profundiza infinitamente. Así, cuando la bronca crece, se repudia al que gobierna y se vota “castigando” o al “mal menor”, que a poco de asumir lleva a la práctica la misma política que su antecesor.

El peronismo tiene una gran responsabilidad en este proceso. Solo hablando desde 1983 a hoy, gobernó nacionalmente con Menem, Duhalde, Néstor y Cristina y ahora con Alberto Fernández. Pero además lo hizo en infinidad de provincias y municipios, en muchos casos ininterrumpidamente. También es responsable de la enorme cantidad de leyes que favorecieron el ajuste y el saqueo, que salieron gracias a sus enormes bancadas de diputados y senadores. La inmensa mayoría de los jueces que hoy pueblan los tribunales, propatronales y patriarcales, llegaron con “acuerdos” o directamente por decisión de dirigentes peronistas.

Queremos ser francos. Creemos que el peronismo no va más como opción política para la clase trabajadora. Ya hace muchos años que se transformó en un partido patronal más, que gestiona, igual que lo hicieron los radicales o el PRO, el ajuste infinito que nos exige seguir pagando la deuda externa y cumplir con los planes del FMI. Lejos, lejísimos, quedó en la historia aquel movimiento nacional de los años ‘40 y primeros ‘50 que se enfrentó, aún con sus contradicciones, al imperialismo yanqui y otorgó las mayores conquistas sociales que el pueblo trabajador obtuvo en su historia. Conquistas que luego se fueron perdiendo, por la reacción gorila, las dictaduras y los distintos gobiernos patronales, pero también por las políticas de los mismos gobiernos peronistas posteriores.

Hoy, el Frente de Todos en todas sus alas, sea con Alberto, con Cristina o con Massa, no ofrece otra cosa que seguir el pacto con el FMI y un sendero de mayor ajuste, que nos lleva a más pobreza, decadencia y saqueo.

Por eso, es más necesario que nunca el fortalecimiento de otra alternativa política. Eso es lo que venimos construyendo desde 2011 con el Frente de Izquierda. Postulando que gobiernen los que nunca lo hicieron, los que no tienen complicidades ni responsabilidades con el pasado: las y los trabajadores y la izquierda. Para poner en marcha otro programa, opuesto por el vértice al actual, un programa obrero y popular que priorice las más urgentes necesidades populares y nos lleve en la dirección de una Argentina socialista.