Nov 29, 2024 Last Updated 1:13 PM, Nov 28, 2024

Por un plan económico obrero y popular

Publicado en El Socialista N° 541
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Escribe José Castillo

La llegada de Sergio Massa al “super ministerio” de Economía viene acompañada de una mayor subordinación al FMI, a los acreedores de la deuda y a los monopolios exportadores. Todo para ellos y nada para el pueblo trabajador. Hace falta una salida exactamente opuesta, otro plan económico, que privilegie las urgentes necesidades populares.

El nuevo ministro de Economía Sergio Massa viene a profundizar un camino ya recorrido por Batakis (en sus escasas tres semanas de gestión) y anteriormente por Martín Guzmán. Solo promete tener más “volumen político” para poder llevarlo adelante y, en definitiva, profundizar el ajuste. Desde el gobierno peronista del Frente de Todos insisten en que “con la herencia de Macri”, sumada a la pandemia (y ahora agregan la guerra de Ucrania) ,no queda otra que resignarse, postergando cualquier demanda popular y privilegiando al establishment económico.

Nosotros, desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad, decimos que existe otra salida, radicalmente distinta. Otro programa económico, obrero y popular, exactamente opuesto al que plantea el gobierno.

Priorizar el salario, las jubilaciones, el trabajo, la educación, la salud y la vivienda

El primer paso, lo más urgente, es aumentar los salarios para que nadie gane menos que el valor de la canasta familiar, hoy calculada en 169.802 pesos según los trabajadores de ATE-Indec. Que a partir de allí se actualicen mensualmente de acuerdo al costo de vida. Y que, al mismo tiempo, se reabran todas las paritarias para que, a partir de ese valor, se reajusten todas las categorías. Del mismo modo, hay que otorgar un aumento jubilatorio de emergencia que lleve la mínima al valor de la canasta de la Tercera Edad (110.000 pesos) y aplicar a partir de allí el 82% móvil.

También hay que otorgar los 20.000 pesos de bono de emergencia que reclaman las organizaciones representadas en la Unidad Piquetera y universalizar los planes Potenciar Trabajo. Pero además de ello, en el camino a generar trabajo genuino, hay que lanzar ya mismo un gran plan de obras públicas, comenzando por la construcción de 500.000 viviendas populares, lo que generaría automáticamente dos millones de puestos de trabajo (y ayudaría a comenzar a paliar el drama del déficit habitacional de nuestro país, calculado en cinco millones de viviendas).

Al mismo tiempo, se impone un inmediato aumento del presupuesto educativo al servicio de mejorar la infraestructura existente, construir nuevas escuelas e incrementar sustancialmente los salarios docentes. De igual manera, se requiere un sustantivo aumento del presupuesto de salud, que también mejore la infraestructura y la cantidad de insumos, que incorpore a los trabajadores de la salud que hoy se necesitan y que les otorgue el salario que les corresponde.  

¿Cómo financiarlo? Dejando de pagar la deuda externa y rompiendo con el FMI, y con fuertes impuestos a las grandes riquezas

Para responder a la pregunta de quién paga lo que acabamos de mencionar, cabe una respuesta simple: los capitalistas, los mismos que, una vez más, fueron los que generaron la crisis. De todos ellos, primero y principal, los pulpos especuladores. Por eso la más fundamental de las medidas es dejar inmediatamente de pagar la deuda externa y romper con el FMI.

Pero también el resto de las grandes patronales tienen que hacerse cargo de lo que les toca. No puede ser que el pueblo trabajador sea el principal financista del estado a través del pago del IVA. Se debe eliminar este injusto impuesto a todos los productos de la canasta familiar y, en cambio, aplicar un fuerte impuesto a las grandes riquezas, tanto de los millonarios individuales como de las grandes empresas. Estas, a costa de sus ganancias, deberán absorber los aumentos salariales que explicamos más arriba. No se les permitirá que los trasladen a precios. Por eso hay que congelar los productos de la canasta familiar e imponer un fuerte control a esos precios, con aplicación de la Ley de Abastecimiento (que permite multar, clausurar, encarcelar y hasta expropiar a quien viole las disposiciones). En el caso de las pequeñas empresas y las cooperativas, se las ayudará a que puedan cumplir con todas estas disposiciones por medio del otorgamiento de créditos baratos otorgados por la banca nacionalizada, como explicamos más abajo.  

¿Cómo terminar con la especulación? Nacionalizando el comercio exterior y la banca

Nuestro país es un gran exportador de alimentos. Tiene gas y petróleo y otros recursos demandados por el mundo. Sin embargo, las divisas se las quedan un pequeño núcleo de monopolios transnacionales, que a la vez las fugan y generan un sinnúmero de delitos especulativos. Hay que cortar esto de raíz, nacionalizando el comercio exterior. Creando una institución, como en la década del ‘40 del siglo pasado lo fue el Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI), que compre las cosechas y otros bienes exportables, pague en pesos a los productores y luego, deducido lo que se necesita para el mercado interno, exporte el resto y reciba directamente los dólares. Del mismo modo, esta institución decidirá qué bienes es imprescindible importar. Así, las divisas que se obtengan, podrán aplicarse directamente a un uso racional y planificado en el mercado de nuestro programa obrero y popular.

 Del mismo modo, hay que terminar con la especulación financiera, nacionalizando la banca. Para que el ahorro popular pueda destinarse a financiar las obras necesarias para el desarrollo, a otorgar préstamos hipotecarios a tasa cero y crédito barato para el pequeño productor, la agricultura familiar y las cooperativas.

Otra medida fundamental: reestatizar las privatizadas

Hay que terminar con el círculo vicioso de subsidios versus tarifazos. Ambas cosas lo único que hacen es garantizar las superganancias de las privatizadas, mientras continúan los pésimos servicios y las nulas inversiones. Hay que rescindir ya mismo todos los contratos, procediendo a reestatizar todas las empresas de servicios públicos privatizados, colocándolas bajo gestión de sus propios trabajadores y usuarios.

Del mismo modo, tenemos que cortar de raíz el saqueo de nuestros recursos no renovables, que encima provocan constantemente desastres ambientales. Hay que estatizar todo el negocio gasífero petrolero, creando una YPF 100% estatal que concentre todo el negocio, desde la prospección, pasando por la extracción, el refinado hasta la comercialización.
Del mismo modo, hay que recrear una gran Gas del Estado, que unifique toda la actividad gasífera de extracción, transporte, tratamiento y distribución final.

¿Quién lo puede llevar adelante? Un gobierno de los trabajadores en camino al socialismo

Obviamente, este programa nunca lo llevará adelante el gobierno peronista del Frente de Todos. Mucho menos, la oposición patronal de Juntos por el Cambio ni los liber-fachos de Milei. Solo puede ser implementado por un gobierno de las y los trabajadores, en la perspectiva de alcanzar la segunda y definitiva independencia, y en camino hacia el socialismo.

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