Escribe Claudio Funes
La lucha de los trabajadores del neumático es un gran ejemplo. Los medios de comunicación pro patronales la demonizan encubriendo las grandes ganancias de las empresas del sector. Dos son grandes transnacionales (Pirelli y Bridgestone) y la tercera, Fate, es parte de un grupo económico propiedad de uno de los hombres más ricos de la Argentina. Ellas son las verdaderas responsables del conflicto.
Toda la producción de neumáticos en la Argentina está concentrada en tres grandes empresas. Pirelli, Bridgestone y Fate. Patronales que han tenido este año ganancias operativas récord, sin embargo se niegan a otorgar a los trabajadores la mejora salarial que reclaman. Es mentira que no pueden hacerlo: el costo de la masa salarial sobre el precio final del neumático no llega al dos por ciento.
Las tres empresas ni siquiera sufrieron pérdidas durante el conflicto que ya lleva meses. Aprovechando los faltantes subieron los precios de los neumáticos, aunque el 60% de los que se usan en nuestro país son importados (más aún, en unidades de transporte, este número asciende al 80%).
• Pirelli
Es una compañía industrial italiana dedicada a la fabricación de neumáticos. Actualmente la mayoría accionaria (65%) es de la Chem China (China National Chemical Corporation).
“Soy un humanista. Me interesa el hombre, con su dignidad y sus derechos”. Así se define Franco Livini, CEO de Pirelli en nuestro país, mientras les niega el salario a los trabajadores del neumático. El hijo del fundador, Alberto Pirelli, llegó a ser ministro del fascista Mussolini. En Argentina, la dictadura genocida de 1976 estatizó su deuda privada de 127 millones de dólares.
La empresa facturó en la primera mitad del año un total de 3.197 millones de euros, un incremento del 24,6% respecto del mismo período de 2021. Sus ganancias netas alcanzaron los 223 millones de euros, el 77,1% más que en el mismo período de 2021.
La filial argentina informó una ganancia de 462 millones de dólares en el primer semestre del año.
• Bridgestone
Es la heredera de la vieja marca Firestone, uno de los máximos proveedores de neumáticos en Estados Unidos durante setenta y cinco años, junto a Goodyear.
Su llegada a nuestro país se produjo en circunstancias muy particulares: “El 22 de abril de 1931 el entonces presidente provisional de la República Argentina, Teniente General José F. Uriburu, decretó la autorización para que la empresa funcionara como sociedad anónima”. Así recuerda la empresa el inicio de sus negocios en Argentina. Uriburu había dado el primer golpe militar de la historia argentina en junio de 1930.
Décadas más tarde Firestone sería denunciada como “una de las multinacionales del Plan Cóndor”, organizado por los militares genocidas con la colaboración de Estados Unidos para perseguir y asesinar a militantes políticos, estudiantiles y sindicales en la década del ‘70.
Desde 1988 Firestone se asoció a la japonesa Bridgestone. Según se conoció hace pocas semanas, en 2021 sus ganancias mundiales ascendieron a 3.006 millones de euros. Buena parte se la reparten entre los CEO de la empresa, élite de ejecutivos que cobran un promedio de 12 millones de dólares anuales, 300 veces el salario de un trabajador según el Instituto de Política Económica de los Estados Unidos.
En nuestro país, Bridgestone acumuló una ganancia de 372 millones de dólares en el primer trimestre de este año y otros 360 millones en el segundo.
• Fate
Fate es una de las empresas del Grupo Madanes, que incluye también a la única productora de aluminio en la Argentina, Aluar.
Hace un par de años, en la revelación de los Panama Papers, entre los políticos y capitalistas sospechados de lavar dinero y evadir impuestos figuraban varios integrantes de la familia Madanes. No era novedad, ya en 2013 el diario La Nación reconocía que varios de ellos habían tenido “fideicomisos y sociedades offshore en Islas Cook, Bahamas, Islas Vírgenes y Panamá con conexiones a cuentas en Suiza”.
Aunque Fate fue fundada en la década del ‘40 como “Fábrica Argentina de Telas Engomadas”, pasó a ser una gran empresa décadas más adelante. Es que la familia Madanes Quintanilla levantó su imperio gracias al pacto con el dictador Lanusse, que en 1971 le adjudicó el monopolio del aluminio a través de Aluar.
Fate también fue favorecida con la estatización de parte de su deuda privada que hizo la dictadura en 1982: 223 millones de dólares que seguimos pagando todos. Javier Madanes es uno de los hombres más ricos de la Argentina, con una fortuna personal de 830 millones de dólares.
No hay datos públicos de las ganancias de Fate. Sus resultados son parte del conglomerado Aluar: un saldo positivo por compras y ventas de bienes y servicios de 904,5 millones de pesos, y “resultados financieros” por otros 799,6 millones.