Escribe Guido Poletti
Se realizó el 58° Coloquio de IDEA. Estuvieron los más importantes empresarios nacionales y extranjeros que actúan en la Argentina. También políticos del oficialismo (hasta el propio presidente Alberto Fernández) y de la oposición patronal, e incluso burócratas sindicales. Todos le rindieron pleitesía a los grandes capitalistas y apoyaron medidas a su favor y contra la clase trabajadora.
Entre el 12 y el 14 de octubre se realizó en Mar del Plata un nuevo coloquio de IDEA, la gran reunión anual donde se junta lo más granado de las patronales que actúan en nuestro país. Este foro opera como una gran “usina” donde se propagandizan las principales exigencias estratégicas de las grandes patronales. Este año el título del evento fue sugestivo: “ceder para crecer”. Si algún distraído pensaba que el “ceder” le tocaba a los patrones, con los discursos y propuestas rápidamente se enteró que, como siempre, todo se trataba de “ideas” para que quien “cediera” (más aún de lo que viene haciendolo actualmente) fuera el pueblo trabajador.
Quien mejor lo expresó, increíblemente, no fue un empresario, sino el supuesto “representante de los trabajadores”. El burócrata Ricardo Pignanelli, secretario general del Smata, llegó a justificar que “no se le puede pedir más a las empresas de lo que pueden pagar”.
El rosario de los reclamos empresarios pasó por exigencias de más “disciplina laboral”. Ese fue el reclamo de Javier Madanes, dueño de Fate y Aluar, que todavía en esos días se encontraba en medio del conflicto con los trabajadores del Neumático. Llegaron hasta el ya conocido reclamo de avanzar con la “modernización laboral”, léase flexibilización, quitando toda traba para despedir, recortando derechos laborales e incrementando la superexplotación.
En IDEA estuvieron, como era de esperarse, varios dirigentes de Juntos por el Cambio. Explicaron que, si vuelven al gobierno, avanzarán con su agenda pro-patronal, pero “más rápido” que como lo hicieron en 2015. Tampoco podían faltar los liberfachos, con Javier Milei a la cabeza.
Pero lo destacable fue la presencia oficialista. Mientras el dueño de Pan American Energy, Alejandro Bulgheroni, ofrecía elogios al superministro Sergio Massa y sus políticas de ajuste, el propio presidente Alberto Fernández terminó como el orador estrella del evento. Se jactó de “no haber pedido coimas a los empresarios” ni haberlos “perseguido con la AFIP”, para, luego de desgranar varios números sobre cuánto supuestamente había crecido la economía, señalar todas las oportunidades de negocios y hablar de un gobierno “al servicio” de que estos se realicen, como en Vaca Muerta, en el litio o en la megaminería. Nada muy distinto de lo que los propios empresarios querían escuchar. El presidente de la Nación cumplió así con el gesto que se esperaba de él: que se hiciera presente y le rindiera pleitesía a los capitalistas presentes.
Desde la izquierda repudiamos este foro de ideas al servicio de cómo incrementar la superexplotación de las y los trabajadores, un auténtico congreso de los que viven de la miseria y la marginación de millones. Ellos y los que gobiernan a su servicio son los responsables del saqueo y la decadencia de nuestro país. Les oponemos nuestro propio programa, obrero y popular, y decimos que nuestra “idea” se puede resumir en una sola: que gobiernen las y los trabajadores, construyendo una Argentina socialista.