Escribe Mariano Barba
Al gobierno peronista del Frente de Todos se le pusieron los pelos de punta cuando el Papa Francisco afirmó que “hoy la pobreza en Argentina está en el 52% y que la inflación es impresionante ¿Qué pasó? Mala administración, malas políticas”. Inmediatamente Gabriela Cerruti, portavoz de la presidencia, le respondió “todos sabemos que esto es producto de los cuatro años de macrismo.” Ni el Papa Bergoglio ni la respuesta del gobierno reconocen que las verdaderas causas de la pobreza hay que buscarlas en los gobiernos capitalistas que llevan de desastre en desastre al pueblo trabajador argentino y a toda la humanidad.
El Papa con su declaración a la agencia Associated Press tomó distancia del desastre del gobierno y generó un revuelo importante en el oficialismo, porque la crítica venía de un aliado que encima es peronista. El presidente se sintió afectado y salió a responder a Bergoglio afirmando que: “Lo que debo decir es que mientras gobernó Perón otra era la realidad argentina y cuando empezaron a sucederse gobiernos dictatoriales, siempre regidos por las lógicas liberales y de conservadores, generaron lo que generaron”. Con esta respuesta de Alberto y de la vocera Cerruti, el gobierno está liberando de toda responsabilidad al peronismo que de los últimos treinta y nueve años gobernó durante veintesiete. Es más, los fuertes planes de ajuste se comenzaron a aplicar desde la década del ´70 con Perón en vida y luego con Isabel, que desembocaron en el Rodrigazo en 1975 y el posterior golpe militar. La dictadura militar, a sangre y fuego, impuso un plan de entrega y endeudamiento que no ha cesado hasta la actualidad. Todos los gobiernos posteriores, radicales, peronistas y macristas, durante cuarenta años, son los responsables de acrecentar la pobreza, la desocupación y la miseria.
Los gobiernos capitalistas lo hicieron
El Papa, para explicar la extrema pobreza y la “impresionante inflación”, afirma que es por “mala administración, malas políticas”. Es una crítica al actual gobierno peronista del Frente de Todos para preservar a la iglesia católica de la pésima gestión de Fernández-Cristina. En cambio, para Cerruti el responsable es el anterior gobierno de Macri. Allí termina la diferencia entre Francisco y Alberto. Ni uno ni otro explican las verdaderas causas de la pobreza que abate a los trabajadores, la juventud y las mujeres en nuestro país.
La razón de fondo de la decadencia argentina, al igual que en el resto del mundo, son los gobiernos que sostienen un sistema capitalista totalmente agotado y que se sustenta solo en la súper explotación de las y los trabajadores, el pago de la deuda externa, el saqueo de las riquezas naturales, la caída del salario y el crecimiento de la miseria, la pobreza y la desocupación.
Veamos: en nuestro país podemos medir el crecimiento de los porcentajes de pobres cada diez años: en la década de 1970 la pobreza promedio fue de 5,7%; en la década siguiente se pasó al 19,6% (Alfonsín); en la década de 1990 (Menem-Cavallo y la Alianza) creció al 26,4%; en la década del 2000 (peronismo kirchnerista) alcanzó niveles de 33,4%. Macri al 37,3 % y en la actualidad con Alberto-Cristina se aproxima al 50%. Con un agravante que pesa en el presente y augura un futuro calamitoso, que más de la mitad de los niños son pobres y no terminan la escuela secundaria. Otra medición del ajuste es el crecimiento de la deuda externa que aumentó gobierno tras gobierno, de 40.000 millones de dólares al final de la dictadura a los 350.000 de la actualidad.
Para salir de este círculo destructivo y hambreador hay que terminar con el capitalismo, ya que con el peronismo en el gobierno, al igual que con Juntos por el Cambio, seguirá el ajuste contra el pueblo trabajador. También Javier Milei, que se presenta como antisistema, es un representante incondicional del capitalismo, por algo su economista modelo es nada menos que Domingo Cavallo, el hacedor de todos los desastres de la década menemista que entregó las empresas públicas dejando un tendal de desocupados y al país a merced de las multinacionales.
Desde Izquierda Socialista en el FIT Unidad impulsamos la lucha por cambiar de fondo la orientación del país; y para eso hay que realizar una transformación de fondo y postular otra alternativa política para el pueblo trabajador. Plantear una salida de izquierda, con un plan económico obrero y popular para enfrentar al imperialismo y terminar con las multinacionales que se llevan todo. Dejar de pagar la deuda externa, romper con el FMI y poner todos esos recursos al servicio de resolver los más urgentes problemas populares. Un programa contra el sistema capitalista que solo podrá llevar adelante un gobierno de las y los trabajadores que luche por el socialismo.