Escribe Adolfo Santos
El empresario azucarero, dueño del grupo Ledesma falleció a los 95 años. Sería una noticia más, si no fuera por lo que representa Blaquier: un cómplice de la sangrienta dictadura instalada en 1976, como señala el informe “Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad”. Además de ayudar a diseñar el plan económico que iba a aplicar el Ministro Martínez de Hoz, fue uno de los responsables de la feroz represión iniciada el 24 de marzo de 1976, con asesinatos y desapariciones en la provincia de Jujuy.
El Ingenio Ledesma, había enfrentado conflictos sindicales protagonizados por una importante vanguardia de luchadores que dirigían el sindicato azucarero. Después del golpe, Blaquier se convertiría en un emblema de los empresarios comprometidos con los crímenes de la dictadura, señalando a decenas de trabajadores que serían secuestrados.
El hecho más trágico ocurrió en julio de 1976. Las localidades que rodean el ingenio sufrieron un gran apagón. En esas circunstancias, que quedó conocida como la Noche del Apagón, las fuerzas armadas, utilizando vehículos cedidos por la propia empresa, realizaron una verdadera cacería humana, secuestrando alrededor de 400 trabajadores que fueron conducidos a centros de detención, muchos de los cuales continúan desaparecidos hasta hoy.
Las denuncias por los crímenes de Ledesma se iniciaron en la época de la dictadura. Sin embargo fue una dura lucha conseguir que las investigaciones contra Blaquier prosperen. Recién en 2012 fue procesado por los secuestros ocurridos después del golpe y por su responsabilidad en la Noche del Apagón. Sin embargo, las maniobras legales perpetradas por sus abogados en complicidad con la justicia, impidieron que el juicio avanzara.
En 2021, la defensa de Blaquier planteó que el acusado no estaba en condiciones de afrontar un proceso penal. La Cámara de Casación ordenó que se le realicen estudios para verificar la situación. No hubo tiempo, el 13 de marzo el “asesino de Ledesma” terminó muriendo. Mientras Macri, Paolo Roca, Cavallo, Pagani (Arcor), la UIA y la Sociedad Rural le rinden homenaje, junto a organismos de derechos humanos y familiares de las víctimas, nos queda una profunda sensación de impunidad. Carlos Blaquier murió sin ser juzgado y condenado por sus crímenes de lesa humanidad.