El hartazgo de amplios sectores populares por la falta de soluciones, frente a los graves problemas sin resolver, sumado a las mentiras que lanzan los candidatos patronales en un año electoral, ha llevado la situación a límites insoportables.
La escalada inflacionaria, el empleo precarizado con salarios que no cubren las necesidades básicas, los problemas de inseguridad, la destrucción del sistema público de salud y educación, necesitan una política que los partidos patronales no están dispuestos a aplicar. En Tucumán, Jaldo, Manzur, Sánchez, Alfaro o el fascista Bussi prometen a los sectores populares lo que en años de gestión no hicieron. Son promesas vacías. Sus intereses están en seguir beneficiando a los patrones. Las patronales del limón, de la salud privada y la agroindustria azucarera mantienen a sus trabajadores con salarios por debajo de la línea de pobreza. El gobernador Jaldo se jacta de haber bajado la tasa de desempleo en cinco puntos, pero no dice que un alto porcentaje de estos trabajos son estacionales e informales. Mienten en los datos y en sus promesas. Para acabar con esta espiral de hambre y miseria, falta de trabajo y pésimas condiciones de vida, el 14 de mayo votá al Frente de Izquierda Unidad.
Corresponsal