Escribe Mariano Barba
La cúpula burocrática de la CGT todavía no cumplió dos años de la unidad que declararon los tres máximos capitostes, Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano cuando ya se habla de una nueva ruptura. ¿Cuál es la razón? Que algunos de ellos, en ¿secreto? se reunieron con el precandidato presidencial de la oposición patronal de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de CABA. Pablo Moyano, quien no estuvo en esa reunión, amenaza con esa ruptura.
Los burócratas siempre son oficialistas, le sirven al gobernante de turno, más allá del color político. Y llegan primero. Ya se reunieron con Larreta para discutir el futuro ante el posible cambio de gobierno y ya empezaron a transar con el macrismo, retomando la senda que transitaron en los cuatro años del ex presidente Macri. Seguro, aunque lo nieguen, abordaron el tema de la reforma laboral que ya hicieron por sector y en especial la industria automotriz. Son veloces para juntarse con los que aplican los ajustes y muy lerdos para defender a los trabajadores. Es que tanto el imperialismo, como las multinacionales y los gobiernos son conscientes de que la burocracia es la mejor rueda de auxilio para frenar los reclamos y facilitar que avance el ajuste.
El ejemplo de lo que son capaces de hacer lo vemos todos los días cuando se niegan a enfrentar el ajuste del gobierno peronista del Frente de Todos. Es más, sin tener ningún ministerio a cargo, son los mejores ministros de Alberto y Cristina. Por eso repudiamos estas reuniones de trastienda donde ya preparan la continuidad del ajuste en caso que gobierne la oposición patronal. Necesitamos una nueva dirección sindical combativa y democrática que enfrente el ajuste como lo hace el Plenario del Sindicalismo Combativo de los ferroviarios de Seccional Oeste, el sindicato del neumático, de Ademys en CABA, ATEN Capital y Ceramistas en Neuquén, los Sutebas combativos y tantos otros cuerpos de delegados y comisiones internas llenas de luchadores.