En los dos debates presidenciales sólo Myriam Bregman se pronunció claramente en defensa de las y los trabajadores, los derechos de las mujeres y el ambiente. Cuando Javier Milei realizó su horrorosa afirmación negacionista de los crímenes de la dictadura, sólo ella lo enfrentó: “fue un genocidio; y son 30.000”.
Myriam se plantó frente a los cuatro candidatos patronales, diciendo que todos están a favor de seguir ajustando tal como reclama el FMI y pagando la deuda externa. Y denunció que todas sus propuestas pasan por quitarle derechos a las y los trabajadores.
Desnudó el planteo de Milei, diciendo que su propuesta consiste en “indemnizaciones por despido ¡afuera!, vacaciones ¡afuera!, horas extras ¡afuera!”. Pero a la vez también denunció a Massa, el ejecutor del actual ajuste, preguntándole “si podía vivir con los 124.000 pesos que cobran las y los jubilados”.
La candidata a presidenta del FIT Unidad no dejó tampoco de denunciar los planteos de “mano dura” de Patricia Bullrich, recordando su responsabilidad en los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Myriam Bregman, en los dos debates, fue la única voz que, orgullosamente, defendió las conquistas del movimiento de mujeres y planteó seguir movilizadas para sostenerlas. Lo mismo sucedió con la defensa del ambiente, mientras los demás candidatos hablaban maravillas del extraccionismo y Milei directamente se declaraba negacionista del cambio climático. “Es muy importante que votes por tus valores y convicciones”, culminó Bregman su intervención en el segundo debate, “que sirva para unir a los de abajo, para pelear por una sociedad sin opresión ni explotación, donde gobiernen los que nunca gobernaron: los trabajadores y las trabajadoras”, explicando la importancia, además, de que haya más diputadas y diputados del Frente de Izquierda, los únicos que no se van a vender y, sin duda, van a enfrentar el ajuste que se viene.