Escribe Adolfo Santos
Impactados por el resultado electoral del domingo 19 de noviembre, los dirigentes peronistas buscan una explicación frente a la derrota a manos del ultraderechista Javier Milei. Muchos de ellos, culpan a los medios y otros, a los propios votantes que no habrían sido capaces de comprender el peligro que significaba el candidato de La Libertad Avanza. Lejos de eso, creemos que el mayor responsable del triunfo de Milei, es el propio gobierno peronista y sus políticas nefastas.
No se podía esperar un resultado diferente con un gobierno peronista que frustró ampliamente las expectativas de las y los trabajadores y sectores populares. No tuvimos las “heladeras llenas” prometidas después de los cuatro años del desastroso gobierno Macri. Al contrario, el Frente de Todos, ahora Unión por la Patria, encabezado por Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, profundizaron la decadencia. De la mano del Fondo Monetario aplicaron nuevos ajustes para cumplir con los acuerdos y nos impusieron una inflación de más de 140% que pulveriza salarios y jubilaciones y nos somete a una pobreza que supera el 40%. Un brutal ajuste hecho con la complicidad de la CGT, las CTA y el conjunto de la traidora burocracia sindical.
Esa es la principal explicación del resultado electoral, fue un voto castigo ante una situación económica insoportable. Aunque hay más motivos para rechazar al gobierno peronista, la inseguridad, la corrupción y dirigentes viviendo como millonarios, ajenos a las principales necesidades del pueblo trabajador. Fue un voto esencialmente contra el gobierno y la falta de políticas de fondo para resolver los graves problemas sociales, lo que no significa necesariamente un apoyo a las propuestas ultraderechistas de Milei. No importó que Massa haya ganado el debate, que Milei sea tildado de desequilibrado o que hablara con Conan, su perro muerto, primó el hartazgo y el repudio a las propuestas políticas que nos gobiernan hace décadas y a quienes las aplicaron. Esas son las principales razones que indujeron a que el voto se canalice equivocadamente hacia un ultraderechista tipo Bolsonaro cuyo fracaso ya se evidenció en Brasil.
El peronismo no es salida
Frente a este resultado es importante sacar conclusiones. En primer lugar, que el peronismo como referente de la clase trabajadora y las demandas populares ya no es alternativa. Sus relaciones estrechas con el Fondo Monetario lo atan a los intereses del sistema financiero internacional, y sus gobiernos estuvieron marcados por la dependencia económica y política.
Sus políticas al servicio de los bancos demostraron, una vez más, que, al igual que los partidos que integran Juntos por el Cambio, gobiernan para los intereses de los poderosos. La defensa del extractivismo de las multinacionales, por ejemplo, ubica al peronismo en la vereda opuesta a las luchas ambientales.
Es un partido patronal que se construye con el apoyo de los grandes empresarios, por eso es probable que un sector de la dirigencia peronista busque un lugar al lado del nuevo gobierno y acompañe parte de las reformas reaccionarias que viene planteando Milei. Prueba de ello son algunas declaraciones de los burócratas sindicales peronistas (ver "Cavalieri, Barrionuevo y el nefasto papel de la burocracia sindical peronista").
Con el gobierno peronista de Alberto, Cristina y Massa profundizaron la crisis económica-social y no cumplieron con la promesasde la “heladera llena”. Es evidente que el peronismo no es la herramienta que necesita la clase trabajadora, las y los jubilados, las mujeres y la juventud para enfrentar el nuevo gobierno ultraderechista encabezado por Milei y mejorar la situación de la clase trabajadora y sectores populares.
De los últimos veinte años, el peronismo kirchnerista gobernó dieciséis, sin embargo no hizo cambios económicos estructurales para resolver los graves problemas sociales del país. Cristina sostiene que el capitalismo es “el sistema económico de producción de bienes y servicios que se ha demostrado más eficiente”, en esto coincide con Milei, Macri y todos los políticos patronales. Pero lo cierto es que bajo este sistema solo ha crecido la pobreza y la miseria, por lo que necesitamos un cambio de fondo.
Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda somos los únicos que planteamos un programa distinto al ajuste permanente, que pasa por romper con el FMI, dejar de pagar la deuda externa y lograr un gobierno de las y los trabajadores en camino a un socialismo con democracia obrera para poner todos los recursos al servicio de resolver las necesidades populares. Por eso, te invitamos a incorporarte a Izquierda Socialista para ayudarnos a avanzar en este proyecto.