Nov 25, 2024 Last Updated 4:28 PM, Nov 24, 2024

Sobrero contra las mentiras de la privatización

Escribe Rubén “Pollo” Sobrero, secretario general de la Unión Ferroviaria Oeste y dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad

Dijo Milei sobre los ferrocarriles: “cuando fueron privados es cuando mejor funcionaron”. ¿Es así?
Para empezar hay que decir que el 70% de la traza ferroviaria activa (las vías) está en manos privadas. Sólo hay cinco líneas metropolitanas de pasajeros y una de carga que están en manos del Estado. El resto está todo privatizado. Pero, eso sí, la inversión en toda la infraestructura la hace el Estado, desde el gobierno de Duhalde y de manera ininterrumpida hasta la actualidad. Aún, pese a que los contratos fueron incumplidos y se han vencido, todos los gobiernos patronales, desde Menem a esta parte, extendieron las concesiones privadas, incluidos Néstor y Cristina.

Milei miente cuando dice que el mejor momento de los ferrocarriles fue cuando estuvieron en manos privadas.  Las primeras trazas, hacia el oeste inauguradas en 1857 y hacia el norte en 1918, fueron realizadas por el Estado. Posteriormente, cuando más se desarrolló el tendido de vías, cuando se llegó a tener una industria ferroviaria, cuando había carreras específicas, fue cuando el Estado tuvo el monopolio del transporte ferroviario, especialmente entre 1948 y mediados de la década del ´60.

En realidad, las privatizaciones han sido catastróficas. En manos privadas hubo vaciamiento, desguace y todo tipo de negociados corruptos que llevaron a masacres como la vivida en la estación de Once en febrero de 2012, costando la vida a cincuenta y un trabajadores, trabajadoras y jóvenes, dejando centenares de heridos.

En el último año hubo un promedio de 1,5 descarrilamientos diarios. La mayoría en el servicio de carga que está casi todo (90%) en manos privadas, con seguros contra accidentes pagados por el pueblo trabajador y sectores populares a través del Banco Nación.

Está mal que se piense en el ferrocarril en términos de pérdidas o ganancias. El ferrocarril cumple una función social para la comunicación entre localidades, para el transporte económico, seguro y sustentable de la producción y de millones de pasajeros que van a sus trabajos cotidianamente; y lo puede ser para millones de turistas de menores recursos.

En definitiva, es un resorte de la economía nacional fundamental para el desarrollo de economías regionales. La experiencia de la década del ´90 nos muestra cómo a partir de la privatización, los despidos masivos y el cierre de ramales, se condenó a localidades del interior del país a ser pueblos casi fantasmas.

Otra mentira es que pueda llegar a ser redituable para alguien las líneas de pasajeros sin subsidios. Todo el mundo tiene que saber que no existe negocio en las líneas de pasajeros por sí mismas. Si privatizan, van a seguir subsidiando.

Por todas estas razones es que desde el cuerpo de delegados del Ferrocarril Sarmiento sostenemos desde hace más de veinte años que hay que reestatizar el conjunto del sistema ferroviario, tanto la carga como el servicio de pasajeros. Para que la carga, que da ganancias, solvente un servicio económico de pasajeros.

También sostenemos que el ferrocarril estatal debe estar bajo control de sus trabajadores y usuarios, para funcionar de manera eficiente. Así se puede volver a tener un ferrocarril próspero al servicio del pueblo trabajador y sectores populares y del desarrollo económico nacional.

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