Escribe Guillermo Sánchez Porta
Después del exitoso y masivo paro general del 9 de mayo, la CGT y las CTA dejaron el plan de lucha en el freezer. En vez de seguir el gran impulso de luchas contra el Plan motosierra de Milei, con los paros de 12 horas el 24 de enero, marchas el 8M, 24M y 23A en defensa de la educación pública, el acto del 1° de mayo y el parazo general del 9 de mayo, los dirigentes de la CGT y las CTA sólo se dedicaron a hacer declaraciones contrarias a la Ley Bases y reclamarles a los senadores peronistas que “no pueden ser tan vende patria” como para votar esa Ley Bases. También se dedicaron a negociar con el gobierno que se retiraran algunos artículos de la Ley, en vez de organizar la continuidad de la lucha para derrotarla.
No podemos poner nuestros reclamos en manos de los senadores patronales sean estos peronistas o de otros partidos.
Por eso, aunque muchos sindicatos con sus trabajadores se movilizaron masivamente contra la Ley Bases en Congreso, lo cierto es que la CGT no llamó a movilizar ni a parar y sólo lo hicieron algunos gremios. Otro podría haber sido el resultado de la votación, si la CGT y las CTA le hubieran dado continuidad al plan de lucha.
Ahora la única manera de derrotar la Ley Bases en diputados y todo el plan de ajuste, entrega y represión de Milei y el FMI, es retomar la continuidad de la lucha de la clase trabajadora y sectores populares. Concretamente, preparando la convocatoria a un nuevo paro general, está vez de 36 horas con una gran movilización.
Porque, además de los nefastos artículos que tiene la Ley Bases, el gobierno sigue con un brutal ajuste en las tarifas de gas, luz, agua y en el transporte. Con una inflación que, más allá de lo que diga Milei, sigue siendo de las más altas del mundo y se come los salarios y las jubilaciones, que ya son de pobreza e indigencia. Mientras tanto crece la miseria en más del 55%, mientras el gobierno esconde la comida y ataca a las organizaciones de desocupados. Hay más de 200 mil trabajadores despedidos, en el estado, contratados, por agencia y efectivos. Y el número crece día a día.
Por todo eso la CGT de Moyano y Daer deben dejar de hacer sólo discursos opositores y pasar de las palabras a los hechos, retomando el plan de lucha, como lo reclamamos los miles que nos organizamos en el Encuentro de sectores combativos y en lucha, el sindicalismo combativo, las asambleas barriales y la izquierda. Para derrotar todo el plan de Milei, lograr aumentos salariales y de jubilaciones, para que “no se venda la patria”, que la crisis no la paguemos los trabajadores, sino el FMI, las Multinacionales y los grandes empresarios.
Basta de dilatar la lucha, que la CGT y las CTA preparen el paro nacional activo de 36 horas.