Escribe Mechi de Mendieta, diputada nacional electa Izquierda Socialista/FIT Unidad
Hasta el momento son diecinueve las denuncias por acoso sexual contra el periodista y docente universitario, Pedro Brieger. El informe presentado en el Senado este martes 2 de julio “La cultura del acoso: punto y aparte” da cuenta del relato de colegas y estudiantes que durante treinta años han soportado estas prácticas violentas. Para las víctimas es imprescindible el pedido de disculpas públicas pero además, que se reflexione sobre el complejo entramado que hay detrás de la cultura del acoso: el silencio y naturalización de la violencia sexual.
El texto leído en el Salón de las Provincias del Senado comienza explicando que: “No es el objetivo de este informe el escrache. Lo motiva la necesidad de terminar con la cultura del acoso, que este caso nos revela en toda su compleja dimensión. Encarna a una persona, pero también desnuda responsabilidades institucionales de medios públicos y privados, instituciones académicas públicas y privadas y todos y cada uno de los contextos y personas que silenciaron y naturalizaron estas violencias que son imposibles de soportar. Y esto es lo primero que queremos señalar: las afectadas perdieron cosas concretas. La maquinaria abusadora además de someter, despoja”.
Y continúa “La máquina abusadora que describen estos testimonios tiene un mecanismo: se activa por sorpresa, busca producir asco y humillación, enmudece y coloca a la afectada en una situación de degradación y culpa. ¿Qué hice yo para merecer esto? El mecanismo incluye que luego, al contarlo a otros, (aquellos que son los responsables de poner límites o pueden ayudar a construirlos) no se dimensiona el daño, se naturaliza esa conducta, y no se hace pública, lo cual permitiría a otras prevenirse y al responsable de esa conducta, limitarse”. Hasta el momento, Brieger fue separado de sus columnas internacionales en C5N, Radio La Red y Radio 10 y luego de la primera reacción, típica de los abusadores, desmintiendo las acusaciones, se llamó al silencio.
El desafío de las luchas contra la violencia sexual en un contexto de reacción patriarcal
El gobierno de Javier MIlei que ajusta al conjunto de la clase trabajadora nos golpea más a las mujeres y las disidencias. El desguace del ex ministerio de Mujeres Géneros y Diversidad y el desmantelamiento de la línea 144 de atención a la violencia de género, nos pone en un lugar de mayor vulnerabilidad y desidia frente a un sistema patriarcal que nos violenta. La prohibición de la perspectiva de género anunciada por Manuel Adorni en la Administración Pública de hace unos meses atrás marcó el camino. Para que, por ejemplo, no se reconozca más la violencia de género en el ámbito laboral, no se apliquen los protocolos y se desestiman las denuncias. Todo lo que establece el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que en nuestro país está vigente desde el año 2021.
Desde Isadora e Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad saludamos la valentía de las afectadas por la violencia de Brieger porque sus testimonios cobran mayor relevancia en un contexto en el que la ultraderecha en el gobierno viene atacando cada una de las conquistas obtenidas con la movilización feminista. Pero somo miles quienes desde el movimiento feminista abrazamos a cada una de las denunciantes y nos ponemos a su disposición. Somos miles quienes las acompañamos y con ellas exigimos la reparación necesaria. Somos miles quienes, desde aquel primer grito de #NiUnaMenos, aprendimos a gritar Yo Te creo Hermana y desde ese lugar pelear contra la impunidad tan milenaria como patriarcal de los violentos y abusadores. Somos miles las que estamos dispuestas a ponerle el cuerpo y a defender cada uno de nuestros derechos. Sumate a dar esta pelea con nosotras y nosotres.