Escribe Mónica Schlotthauer, diputada nacional Izquierda Socialista/FIT Unidad
La movilización empujada por las mujeres y sectores populares que en Corrientes reclaman la “aparición con vida de Loan” y denuncian que “es trata”, puso a la luz la cadena de encubrimientos y complicidades que conforman las redes de compra y venta de niñas y niños en nuestro país. El caso Loan cuestionó a los funcionarios, jueces, comisarios y políticos locales, pero también a toda la dirigencia política patronal nacional, porque este caso no es aislado: 1.777 niñas y niños son buscados en todo el país y la mayoría de ellos pobres.
En Argentina no es delito penal comprar y vender y/o apropiarse de niños y niñas para las mal llamadas “adopciones ilegales”. Desde el 2012 la Corte Interamericana de Derechos Humanos ya aplicó dos sentencias contra nuestro país por este vacío legal que favorece la trata de menores, mientras que reclama que se tipifique como un delito de trata. Por eso decimos que este vacío legal muestra cómo los gobiernos y los partidos patronales son cómplices y responsables del avance sistemático y desgarrador de las redes de tráfico de niños y niñas, bebés y mujeres con fines de explotación.
Media sanción a una ley de más impunidad
Ante la indignación que recorre el país, la Cámara de Senadores dio media sanción por unanimidad a un proyecto de ley que busca “llenar este vacío legal”, pero que es una verdadera trampa que seguirá favoreciendo a las redes de compra y venta de niños, porque no considera la venta como delito de “trata”, sino que lo tipifica como “robo de identidad”. El proyecto del Senado tiene además otro problema, facilita la impunidad al requerir que se compruebe el delito con la existencia de “precio, retribución, remuneración, contraprestación o promesa de ello”, cuando sabemos que los traficantes no operan con recibos, facturas, pagarés o balances contables porque es un negocio ilegal.
¿Qué ocurre en nuestro país mientras tanto? Sólo en la provincia de Entre Ríos, el 61,5 % de las ventas son bebés de una semana, el 23% van de ocho días a tres meses de vida y el 84% se realizan por “agencias”, es decir un negocio organizado. Esos bebés nacen como una mercancía de un mercado multimillonario. Las redes atacan a las poblaciones pobres, muchas veces niñas y niños se entregan de forma gratuita, bajo el engaño o abusos de autoridad. Por ejemplo niñas y adolescentes violadas y sin acceso al aborto legal y son engañadas por ONGs para entregar a las y los bebés. Así lo narra la denuncia de una joven sobreviviente de un cautiverio dónde la violaban drogada para embarazarla y vender el bebé.
Milei y sus referentes ya anunciaron en la campaña electoral su aval a la venta de niñas y niños e incluso de órganos. El propio senador riojano de La Libertad Avanza lo reiteró en el Congreso. Según especialistas de las Defensorías Públicas, Argentina es elegida por los traficantes por la corrupción, la devaluación del peso que hace más rentable la exportación de la niñez, como lo fue históricamente Ucrania. Por eso decimos: la compra venta de niñas y niños es trata. Los gobiernos son responsables. ¡Por Loan, Tehuel y por todes sigamos en las calles como el pueblo de Corrientes!