Escribe José Castillo
El proyecto de presupuesto nacional 2025 se apoya sobre un método que explicó el propio presidente Javier Milei en su discurso de presentación en el Congreso: de ahora en más el gasto público no podrá superar los ingresos por impuestos restando el pago de los intereses de la deuda. Esta es la famosa regla de “superávit fiscal financiero”. En concreto, el pago de la deuda tendrá prioridad sobre las jubilaciones, salarios y otras partidas que atienden las necesidades populares.
Por citar sólo algunos ejemplos, el Ministerio de Salud tendrá un recorte de entre el 17% y el 23%. El programa de “Acceso a medicamentos, insumos y tecnología médica” se recorta en 14%; Educación y Cultura se reduce casi un 2% y también se achican los presupuestos del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación y el universitario.
Por contrapartida, casi el 10% del presupuesto se lo llevan los buitres usureros internacionales. Una comparación basta para ilustrar: se presupuestan 12 billones de pesos por pago de servicios de deuda pública, mientras que a Salud se destinan sólo 5 billones y a educación 7. O sea que la deuda externa se lleva un monto similar a todo lo que se destina a educación y salud sumados.
Por si todo esto fuera poco, el gobierno de Milei ha promulgado el DNU 846, que autoriza al gobierno a realizar nuevos canjes de deuda sin pasar por el Congreso ni cumplir con la ley de administración financiera. Así, el ministro Luis “Toto” Caputo podrá canjear los bonos de deuda que vencen en los próximos meses por otros con mayor tasa de interés sin ninguna exigencia de quita de capital. Con las cláusulas que quiera, sin rendirle cuentas a nadie. Un auténtico escándalo, que se transformará en un nuevo capítulo del ya infinito libro que explica por qué la deuda externa sigue creciendo cual bola de nieve.
Todo esto no hace más que reafirmarnos en lo que venimos sosteniendo desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad: no hay salida si no dejamos de pagar la deuda externa, rompemos con el FMI y ponemos todos esos recursos al servicio de las más urgentes necesidades del pueblo trabajador.