Escribe Pili Barbas, dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista y secretaria Federación Universitaria Argentina (FUA)
El cuatrimestre culmina estas semanas con un conflicto en las universidades sin resolver. Las conducciones lograron desarticular la lucha, pero las perspectivas para continuar la pelea en defensa de la universidad pública y gratuita siguen abiertas.
Estas semanas está terminando la cursada en todas las universidades nacionales. Un cierre de año donde fuimos parte de unos de los conflictos más importantes contra el gobierno de Javier Milei. Del balance más general se desprende que la lucha sirvió para conseguir triunfos parciales contra una política contundente de ataque a la educación superior en el país. Las enormes marchas consiguieron el presupuesto para seguir con las puertas abiertas, y un parcial aumento salarial a algunos sectores de trabajadores docentes y nodocentes. Pero sobre todo lo que permitió fue el ascenso de un movimiento estudiantil que venía sin protagonizar grandes procesos desde el 2018 para acá. Estos son elementos fundamentales en relación a las tareas que tendremos como movimiento estudiantil, junto a nuestrxs docentes y nodocentes para conquistar todo lo que nos falta.
Los salarios, las becas y el boleto educativo nacional, junto a un presupuesto acorde para el funcionamiento de todas las universidades nacionales, son las peleas que quedan abiertas.
El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), junto a las conducciones burocráticas de los sindicatos y federaciones estudiantiles en manos de la UCR y el peronismo hicieron todo por desarticular las históricas tomas y confiar de nuevo en el Congreso. Llegaron al punto de no convocar ni siquiera un festival para el 22 de noviembre dejando en claro su orientación de acordar unas migajas, con un política consecuente de no dar ninguna pelea más en las calles.
Más allá de cómo se de la propia pulseada parlamentaria sobre el presupuesto 2025, sabemos que terminarán acordando un presupuesto insuficiente para nuestras universidades, de más recorte en educación, salud y cualquier derecho de la clase trabajadora para pagarle al FMI. Por eso, es importante el fortalecimiento de todos los espacios independientes y combativos en perspectiva de seguir peleando contra el ataque del gobierno de Milei. El movimiento estudiantil tendrá que ser parte de todas las peleas que se den contra el plan motosierra en estos meses, en perspectiva de buscar las mejores condiciones para comenzar una nueva pelea en el 2025 en defensa de lo nuestro.