Escribe Adolfo Santos
La marcha del próximo 30 de abril, convocada por la CGT, es una oportunidad para seguir manifestándonos contra el plan motosierra de Milei, los gobernadores y el FMI. Junto al sindicalismo combativo, sectores de jubilados, organizaciones sociales combativas y la izquierda, marcharemos de forma independiente, exigiendo un paro de 36 horas y un plan de lucha.
Presionada por la situación insoportable que sufren la clase trabajadora, las y los jubilados y los sectores populares, la cúpula de la central sindical se ha visto obligada a romper el pacto con el gobierno de Javier Milei. Después de dejar pasar el brutal ajuste, convocaron a una marcha, que resultó multitudinaria, en apoyo a las y los jubilados el 9 de abril, y a un fuerte paro general el día 10. Ahora convocan a esta nueva marcha en vísperas del 1° de Mayo, Día de las y los Trabajadores.
En Buenos Aires se realizará a partir de las 14, desde avenida 9 de Julio e Independencia hasta el Monumento al Trabajo, ubicado en avenida Paseo Colón al 800. La marcha se replicará en distintas ciudades del interior del país. Ya confirmaron su adhesión las CTA, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y otros movimientos populares, demostrando que será una jornada importante.
El grito de las y los jubilados cada miércoles, los conflictos por salario y contra el cierre de empresas que deja a millares de desocupados, los reclamos de choferes de más de veinte líneas de colectivos, elevados al Consejo Directivo de la UTA exigiendo la reapertura de una paritaria libre para discutir una recomposición salarial, y la lucha de las y los docentes, docentes universitarios y trabajadores de la salud, imponen una respuesta unificada contra el plan del gobierno de ultraderecha.
El nefasto acuerdo con el FMI, además del saqueo, significa un mayor ajuste en la tentativa de que, una vez más, la crisis la pague la clase trabajadora y los sectores populares. Por eso, no hay lugar para “negociar” con el gobierno, como pretenden algunos dirigentes de la CGT. Más que nunca, tenemos que exigir la unidad para enfrentar las reformas laboral y jubilatoria que quieren imponer con el apoyo de los partidos patronales, y derrotar el plan motosierra.
La bronca y la disposición de lucha demostradas en las movilizaciones y paros anteriores demuestran que hay fuerza para la pelea por nuestros reclamos, dándole continuidad con un nuevo paro de 36 horas y un verdadero plan de lucha. Además, es posible luchar por un plan económico obrero y popular, alternativo al modelo de Milei, los gobernadores y el FMI. Necesitamos romper con el Fondo Monetario para frenar la sangría que va a parar a los cofres del sistema financiero, establecer impuestos a las grandes fortunas y colocar esos recursos al servicio de las urgentes necesidades de las y los trabajadores.
Para avanzar en estas medidas, hay que construir una salida política independiente. A diferencia de esto, luego de la marcha del 30, la cúpula de la CGT convoca a una reunión con los gobernadores, especialmente con Axel Kicillof. Una vez más, pretenden dar una salida vinculada a un sector del peronismo, repitiendo una historia de retrocesos para la clase trabajadora. No son alternativa: solo el Frente de Izquierda puede dar una salida de fondo para el pueblo trabajador y los sectores populares.