Escribe Mercedes Trimarchi, diputada Izquierda Socialista/FIT Unidad CABA
Durante el quinto Encuentro Internacional de Mujer y Salud, realizado en San José de Costa Rica en mayo de 1987, se resolvió establecer una fecha para visibilizar las problemáticas específicas de salud de las mujeres. Desde entonces, el 28 de mayo forma parte del calendario feminista. Cada año, denunciamos a los gobiernos del mundo por la falta de políticas públicas que garanticen el acceso a una salud integral, digna y con perspectiva de género. Tres años antes, en 1984, activistas latinoamericanas y caribeñas se habían reunido en Colombia para participar de la primera reunión regional sobre mujer y salud. Allí nació la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, que puso por primera vez esta temática en el centro del debate político y feminista.
De acuerdo al informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado hace dos años “una mujer o bebé mueren cada siete segundos en el mundo por causas prevenibles o tratables con la atención sanitaria adecuada”. Esta cifra, que suma 4.5 millones anuales, se mantiene estable desde hace años. En el mismo informe señala que “la mayor parte de estas muertes de mujeres embarazadas, madres y bebés recién nacidos responde a la falta de inversiones suficientes dedicadas al cuidado materno infantil, un rubro en el que no sólo no han aumentado los recursos, sino que han disminuido”. Esto afecta principalmente a las mujeres de la clase trabajadora y de los sectores populares.
Las causas más frecuentes de mortalidad en mujeres gestantes son las hemorragias graves, las enfermedades preexistentes que pueden agravarse durante el embarazo como la hipertensión, las afecciones cardiovasculares (incluida la cardiopatía reumática) y otras enfermedades no transmisibles, las infecciones vinculadas al embarazo y las complicaciones derivadas de abortos inseguros. Por eso, el 28 de mayo, Día de Acción Global por la Salud de las Mujeres, es una fecha clave para defender el derecho al aborto. Un derecho conquistado gracias a la movilización feminista en todo el mundo y que hoy enfrenta el ataque de sectores conservadores y de ultraderecha que intentan arrebatarlo.
En nuestro país, gracias a la movilización y la lucha feminista, conquistamos leyes fundamentales que reconocen la especificidad de la salud de las mujeres y disidencias. Entre ellas se destacan: la Ley de Salud Sexual y Reproductiva (25.673), la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (26.485), la Ley de Identidad de Género (26.743), la Ley de Parto Humanizado (25.929), la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (27.610) y la Ley de Educación Sexual Integral (26.150).
Sin embargo, el brutal ajuste que impulsa Javier Milei pone en riesgo estos derechos, afectando de manera directa la salud de las mujeres y disidencias, en particular en los sectores populares. Por eso, este 28 de mayo, denunciamos su misoginia y la de su ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quien celebró el cierre de programas destinados a la prevención y atención de la salud sexual y reproductiva.