Escribe Diego “Chango” Saavedra, delegado Junta Interna ATE Hospital Garrahan
Hartos de la miseria salarial a la que ha llevado la motosierra de Javier Milei, las y los residentes del Hospital Garrahan salieron a reclamar un urgente aumento. El gobierno ultraderechista recurrió una vez más a las mentiras, las difamaciones y los aprietes para intentar quebrar la lucha. Si bien momentáneamente se levantó el paro de residentes, el reclamo se masificó en todos los sectores y ganó un gran respaldo popular. La lucha continúa.
El Hospital Garrahan es una referencia ineludible para la atención pediátrica de alta complejidad tanto en nuestro país como en América Latina. Según datos de Chequeado.com, “cada año, se realizan 610 mil consultas, 12 mil cirugías, más de 110 trasplantes, 2,4 millones de análisis de laboratorio, 180 mil prestaciones de imágenes y egresan más de 28 mil pacientes”. Las familias de esos miles de pacientes que se atienden día a día provenientes de todo el país saben que el enorme prestigio del Garrahan se sostiene en el trabajo denodado de miles de médicos (residentes y de planta), enfermeros, camilleros, técnicos, profesionales y trabajadoras y trabajadores administrativos y de servicios generales. Por eso hoy su lucha cuenta con un enorme apoyo popular.
A partir de la exigencia de aumento salarial de los profesionales residentes que luego de sendas asambleas decidieron salir a un paro total en reclamo de un salario que equipare la canasta familiar (hoy cercana a los 1.800.000 pesos, según la medición de ATE Indec), el gobierno respondió con una burda campaña con mentiras y bravuconadas en las que argumentó la presencia de “ñoquis” con el objetivo de fragmentar el conflicto y dividir al personal médico y no médico.
Pero la respuesta del conjunto del equipo de salud del Garrahan fue ejemplar, resolviendo ir al paro de 24 horas el jueves 29 de mayo y movilizarse masivamente al Ministerio de Salud. La nueva maniobra del Gobierno fue decretar la conciliación obligatoria que trajo -por supuesto- muchos debates, pero no pudo impedir una enorme movilización que logró visibilizar las condiciones en que se trabaja en el Hospital. Así como logró exponer el intento de destruir la salud pública para alimentar el negocio privado que es parte de la apuesta estratégica del Gobierno.
La férrea pelea de trabajadoras y trabajadores del Garrahan contrasta con la actitud de los sectores burocráticos que conducen los sindicatos de las y los empleados del Estado. De la conducción de UPCN, desde hace décadas en manos del burócrata Andrés Rodríguez, no se puede esperar nada, ya que fiel a su principio de ser “oficialista” de todos los gobiernos ha dejado pasar más de 40 mil despidos y un brutal ajuste salarial. Por el lado de la conducción de ATE, dicen enfrentar al Gobierno y su ajuste, pero los distintos sectores burocráticos que conforman dicha conducción no son capaces ni consecuentes para organizar la lucha que se necesita.
Es imperioso profundizar la pelea y exigir e imponer a los sindicatos que pongan todas las fuerzas en apoyar estos reclamos y que llamen a un paro y un verdadero plan de lucha para que triunfe el Garrahan y, de esa forma, poder encarar con más fuerzas una lucha salarial de conjunto y comenzar a quebrar el desfinanciamiento de la salud pública.
Una nueva y masiva asamblea de todo el Hospital votó por amplia mayoría un paro desde la noche del 4 de junio, y una movilización a Plaza de Mayo el jueves 5 de junio. El Gobierno sintió el golpe y tuvo que llamar a una primera audiencia de conciliación a la cual no llevó ninguna propuesta de aumento salarial. Una burla escandalosa que se da al mismo tiempo de arteras amenazas de “despidos inmediatos” a las y los profesionales residentes que se vieron obligados a levantar de forma momentanea sus medidas de fuerza.
Pero la lucha en el Garrahan sigue porque ya se ha desatado una gran pelea de conjunto por el salario y contra el vaciamiento. Es más imprescindible que nunca pelear por mantener la unidad de todo el Hospital sin distinciones de especialidad ni de modalidad de contratación. Y, al mismo tiempo, rodear de solidaridad esta emblemática lucha. Porque se puede ganar y si gana el Garrahan estaremos en mejores condiciones de derrotar de conjunto el plan de ajuste de Milei y el FMI.