
Escribe Mercedes de Mendieta, diputada nacional Izquierda Socialista/FIT Unidad
Luego del emplazamiento votado en la sesión del 2 de julio en la Cámara de Diputados, el ultraderechista José Luis Espert (presidente de la comisión de Presupuesto) se vio obligado a convocar a las comisiones, donde se avanzó en el debate de dos temas clave en la lucha contra la motosierra del gobierno.
Con la presencia de trabajadoras y trabajadores del Garrahan, junto a residentes, se llevó a cabo el primer plenario con el objetivo de avanzar en un dictamen sobre una Ley de Emergencia para el hospital pediátrico de alta complejidad más importante del país. Hubo tres dictámenes: uno de Unión por la Patria, la UCR y otros bloques; y dos de rechazo presentados por La Libertad Avanza y el PRO. Desde el FIT Unidad presentamos también el nuestro, donde planteamos que no hay emergencia real sin incorporar la derogación de la resolución 2109/2025 (que transforma las residencias en becas precarizadas) y sin garantizar que ningún trabajador del hospital gane menos que la canasta familiar calculada por ATE-Indec, que en mayo fue de 1.800.000 pesos, con su debida actualización. Propusimos que el financiamiento surja del fin de las exenciones impositivas al negocio de la salud privada, un impuesto a los grandes laboratorios y el no pago de la deuda externa.
En un segundo plenario se dictaminó sobre una nueva Ley de Financiamiento Universitario, con un dictamen de mayoría respaldado por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), federaciones de docentes y no docentes, y la FUA. Desde el FITU volvimos a presentar un dictamen propio. Las conclusiones que dejó la lucha por el presupuesto universitario son fundamentales para lo que se viene: en caso de que ambas leyes se aprueben, Javier Milei podría vetarlas. Por eso insistimos en que solo con la movilización se puede conquistar el presupuesto que necesitamos y torcerle el brazo a cualquier veto autoritario, avalado por los cómplices del gobierno en el Congreso.
Somos claros, lo que define es la lucha en las calles. La primera parada será el 17 de julio con la movilización de residentes y trabajadores de la salud, mientras seguimos exigiendo la convocatoria de una nueva Marcha Federal que retome el camino de las históricas movilizaciones de 2024 y saque a toda la comunidad educativa a la calle en defensa de las universidades públicas.
Porque una cosa es lo que pase en el recinto, y otra muy distinta es lo que se conquiste en las calles. Por eso seguimos reclamando que la CGT rompa el pacto con el gobierno y convoque un nuevo paro general. Si gana el Garrahan, ganan las universidades… y ganamos todas y todos.










