Escribe José Castillo

El Frente de Izquierda Unidad (FIT-U) realizó una gran elección en los comicios del 26 de octubre. Obtuvo tres bancas legislativas entre la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, distritos dónde se consolidó como tercera fuerza. En Jujuy alcanzó casi un 10% de los votos y a nivel nacional sumó 900 mil sufragios para diputados.

Este resultado expresa el crecimiento sostenido de un sector de la población que ve en la izquierda una alternativa política para el pueblo trabajador. 

El Frente de Izquierda Unidad fue tercera fuerza en CABA y en Buenos Aires. Obtuvo tres bancas: la de la Ciudad, donde la votación fue excepcional con el 9% de los sufragios, será encabezada por Myriam Bregman (PTS) y luego rotará entre las otras fuerzas del FIT-U. En el caso de Izquierda Socialista, esa banca será ocupada por nuestra compañera Mercedes de Mendieta. En la provincia de Buenos Aires se obtuvieron dos bancas que serán ocupadas inicialmente por Nicolás del Caño (PTS) y Romina del Plá (PO). Luego, como es tradición en el FIT-U, se realizará la rotación entre las otras fuerzas del frente. A Izquierda Socialista le corresponderá el turno de nuestra compañera Mónica Schlotthauer, quien asumirá primero como diputada provincial en diciembre y luego pasará a la banca nacional en el período de recambio. Del mismo modo, nuestro compañero Juan Carlos “Gringo” Giordano, actual diputado nacional, continuará la rotación desde la banca obtenida en las elecciones del 2023.

Así como la elección porteña fue destacada por su alto porcentaje de votos, en la provincia de Buenos Aires se volvió a repetir el fenómeno de elecciones anteriores: los porcentajes del FIT-U fueron proporcionalmente mayores en las barriadas obreras y populares del conurbano bonaerense. También se realizó una gran elección en Jujuy, cercan al 10% de los votos, aunque lamentablemente no alcanzó para la reelección del actual diputado nacional Alejandro Vilca, ya que en esa provincia sólo se eligen tres diputados.

El resultado electoral muestra que hay una franja obrera y popular (de trabajadoras y trabajadores, jóvenes, del movimiento de mujeres y disidencias, y de jubiladas y jubilados) que sigue votando y apoyando al FIT-U como salida de fondo. Estos números deben resaltarse, así como el total nacional de 900 mil votos, más allá de que, al tratarse de una elección fuertemente polarizada, los resultados fueron dispares en varias provincias. Tal fue el caso de Córdoba, donde a pesar de la enorme campaña encabezada por nuestra compañera de Izquierda Socialista Liliana Olivero recorriendo las principales fábricas, facultades, plazas, ferias y el interior provincial, la dispersión producto de las 18 listas que se presentaron más la polarización y la fuerte votación que desde hace años favorece opciones de derecha impidieron un mejor desempeño electoral del FIT-U.

Un fortalecimiento para las luchas que se vienen

El Frente de Izquierda Unidad canalizó un sector importante de quienes se enfrentan al plan motosierra de Javier Milei, Donald Trump, el FMI y los gobernadores. Fue y sigue siendo referencia por su apoyo a las luchas y por la intransigencia de su oposición al gobierno. Quienes lo votaron no dudan de que esta postura se mantendrá, más allá del fortalecimiento coyuntural de un gobierno de Milei que sigue enfrentando contradicciones y crisis y no puede ofrecerle al pueblo trabajador otra cosa que ajuste y saqueo.

La votación del FIT-U contrasta también con las paupérrimas performances, sobre todo en CABA y la provincia de Buenos Aires, de quienes se presentaban como la opción del “centro moderado”, como Martín Lousteau o Florencio Randazzo, que quedaron por debajo. Miles no olvidan que el ascenso del gobierno de Milei fue consecuencia directa de las políticas de “gobernabilidad” de Miguel Ángel Pichetto, la UCR y la Coalición Cívica.

También hubo un sector de compañeras y compañeros que en elecciones anteriores votaron al peronismo y en esta oportunidad optaron por el Frente de Izquierda. Muchos de ellos llegaron a la conclusión de que el peronismo, que se jugó a “dejar correr” el ajuste para luego capitalizar electoralmente el descontento social, terminó siendo responsable del estado actual del país. Mientras tanto, la burocracia de la CGT sigue sosteniendo un vergonzoso pacto con el gobierno, aislando las luchas y dejando pasar despidos y ajustes, mientras el FIT-U acompaña cada pelea en las calles.

Pasadas las elecciones, desde el Frente de Izquierda Unidad decimos que es necesario ponerse de pie para enfrentar la motosierra y el plan de entrega de Milei, Trump, el FMI y los gobernadores. Se vienen nuevas batallas: por el salario, contra los despidos, contra las privatizaciones. En los próximos meses seguramente habrá que enfrentar el intento del gobierno de imponer una reforma laboral que lleve al máximo la flexibilización y la pérdida de derechos conquistados con décadas de lucha. También debemos enfrentar una posible reforma fiscal que reduzca impuestos a las grandes empresas y a los ricos a costa de desfinanciar la salud y la educación públicas, y una reforma jubilatoria que aumente la edad de retiro, reduzca los haberes y elimine regímenes especiales como el docente. Seguiremos peleando además por la inmediata puesta en marcha de la ley de emergencia universitaria ya votada, por el presupuesto para el Hospital Garrahan y por los derechos de las personas con discapacidad.

Desde el Frente de Izquierda estaremos en primera fila apoyando cada una de estas luchas, siendo parte del sindicalismo combativo y ayudando a coordinar las peleas en curso.

Por una salida política para el pueblo trabajador

Al mismo tiempo, seguiremos planteando una salida de fondo: un programa obrero y popular que rompa con el FMI y con todos los lazos políticos y económicos que atan al país al imperialismo yanqui, empezando por dejar de pagar la deuda externa ilegítima y destinando todos los recursos nacionales a las necesidades urgentes del pueblo trabajador.

El voto al Frente de Izquierda Unidad también fue un respaldo a la causa palestina contra el genocidio del Estado sionista de Israel, que cuenta con el apoyo vergonzoso del presidente Javier Milei como uno de los defensores internacionales del carnicero Benjamin Netanyahu. Por eso el FIT-U obtuvo sus votos con orgullo, siendo la única fuerza política que se movilizó incondicionalmente en todo el país al grito de: “Palestina libre, del río al mar”. Ese compromiso político lo seguiremos sosteniendo en las calles.