Jul 17, 2024 Last Updated 6:38 PM, Jul 16, 2024


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
“Solucionamos el tema de la deuda, ahora empieza la guerra contra la inflación”. La frase es de Alberto Fernández, que no hizo ni una cosa ni la otra. Los problemas de fondo se combaten con un plan económico alternativo obrero y popular como proponemos desde la izquierda, no con el que aplica el peronismo del Frente de Todos.
 
Si hay algo que impacta en millones es que los alimentos son prohibitivos en el país de la carne, la leche y el trigo. Un país rico con un pueblo pobre. ¿Por qué ocurre esto? No es de ahora. Es porque Argentina sigue a merced de los usureros internacionales, multinacionales, bancos y monopolios formadores de precios, que vienen saqueando al país desde hace décadas y lo siguen haciendo ahora con la política del gobierno del Frente de Todos.

Es una gran falacia decir que el tema de la deuda fue solucionado con el nuevo pacto con el FMI. ¿Qué solución va a haber si nos endeudamos por 45.000 millones de dólares que el pueblo no vió?  ¿“Solución”, con vencimientos anuales de 20.000 millones de dólares? Lo volveremos a repetir y lo haremos hasta el cansancio: el acuerdo con el FMI es más inflación, saqueo, sometimiento y dependencia.

La otra mentira es que ahora se va a combatir la inflación. Decir “nos preocupa la mesa de los argentinos” es otro saludo a la bandera, mientras las grandes alimenticias y monopolios formadores de precios siguen en la impunidad. El anuncio anticipado de la “guerra” lo único que hizo fue permitirles a los grandes remarcadores subas preventivas de hasta el 30%. No hay ninguna “guerra” con recetas ya conocidas (precios cuidados, retenciones que termina pagando el pequeño productor y frases grandilocuentes), y “comandantes” que auguran de antemano una nueva derrota.
 
El kirchnerismo “comenta” la realidad y no propone nada

Alguien podrá decir que todo esto pasa con Alberto Fernández, pero con Cristina, Máximo y quienes votaron en contra el pacto con el FMI sería distinto. No es cierto. Lo podemos probar. ¿Acaso el peronismo kirchnerista ha presentado medidas alternativas para combatir semejante crisis social? Las cartas de La Cámpora y las senadoras y senadores justificando el voto negativo parecen de comentaristas parlamentarios más que de bancas pertenecientes al actual gobierno al que sostienen, son parte y donde la propia Cristina dijo: “el peronismo está más vigente que nunca”.

Las diferencias en el voto sobre la ley que aprobó el pacto con el FMI entre albertistas y kirchneristas no son sobre qué políticas de fondo hay que aplicar para sacar al país de la postración. El kirchnerismo no tiene nada alternativo ni “progre”, sino reacomodos pensando en las elecciones de 2023. ¿Proponen Cristina y Máximo Kirchner tirar abajo el pacto con el FMI, dejar de pagar la deuda para reactivar la economía o combatir de verdad a los que aumentan todos los días los precios? No hablan de eso. Solo hacen cartas mediáticas sin proponer ninguna medida alternativa.
 
La salida viene por izquierda

No habrá ningún cambio de fondo si no se ataca la estructura capitalista que se lleva nuestra riqueza en beneficios de unos pocos. Los ganadores de este plan económico son el FMI, los usureros internacionales, los bancos, los grandes exportadores (Arcor, Cargill) y supermercados, las automotrices (Toyota, Ford, VW), las mineras, y la lista sigue. Ante la tremenda inflación, ni siquiera imponen la Ley de Abastecimiento que viene del gobierno peronista de 1974, que prevé precios máximos y grandes sanciones. No hay que dejarse engañar.

En la emergencia hay que repudiar los aumentos de precios y el tarifazo, exigiendo un inmediato aumento de salarios y jubilaciones al valor de la canasta familiar. Todo como parte de una lucha por imponer un plan económico alternativo para sacar al país de la crisis. En primer lugar, se debe desconocer el pacto con el FMI y dejar de pagar una deuda usurera, volcando esos fondos a un plan de viviendas populares que de trabajo genuino, a salud y a educación. Estas medidas tienen que ir acompañadas por otras de fondo. No puede ser que un puñado de exportadoras pongan los alimentos internos al valor del dólar. O que el comercio exterior siga manejado por las yanquis Cargill y Bunge, la china Cofco o la francesa Dreyfuss. O que los bancos se sigan llevando fortunas, siendo los más beneficiados de Latinoamérica. O que las empresas privatizadas sigan haciendo negocios con recursos estratégicos y esenciales como la luz, el gas o el petróleo.
Solo romper los lazos económicos y políticos que nos atan al FMI, nacionalizar la banca y el comercio exterior, y reestatizar las privatizadas y puertos con una YPF 100% estatal, permitiría implementar un plan económico al servicio de los trabajadores y las amplias mayorías populares.

Ya nos gobernaron todos (radicales, peronistas y PRO) y hundieron al país. Hay que luchar por un gobierno de las y los trabajadores que haga lo contrario, construyendo para ello una alternativa política obrera y socialista de unidad de la izquierda y los luchadores, como lo postulamos con el Frente de Izquierda Unidad. Esta es la salida  que levantamos desde Izquierda Socialista en el FIT Unidad, mientras llamamos a luchar por cubir las urgentes necesidades más sentidas del pueblo trabajador, las mujeres y la juventud.    


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

Bajo el título “Los muertos no pagan las deudas” (frase pronunciada por Néstor Kirchner) y “Crecer para pagar: ¿es posible con este pacto?”, las y los senadores que responden a Cristina Fernández emitieron un documento para justificar su voto negativo al pacto con el FMI. Al igual que la carta de La Cámpora en Diputados, enumeran datos sobre el endeudamiento de Macri y hasta dicen que así no se va a lograr el famoso “crecer para pagar”. Pero lo que llama la atención es que quienes se arrogan de tener “el alto honor de ser representantes de las provincias argentinas” dicen que lo que ahora escriben es “el resultado de un proceso, no exento de tensiones y debates, que se vienen desarrollando desde el primer momento en el que comenzaron las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional”. Pero les preguntamos, si fue un proceso de varios meses, ¿no sabían que el gobierno estaba mal encaminado en las negociaciones? ¿Por qué no abrieron la boca antes y lo hacen solo ahora ante los hechos consumados? Luego explican en la misma carta que el Bloque del Frente de Todos el 15 noviembre de 2020 publicó y envió una carta (y otra en febrero de 2021) al FMI ,solicitando a dicho organismo que “se abstenga de exigir o condicionar las políticas económicas de la Argentina”. ¿Qué proponían a cambio? “Reconsideración de los intereses; período de espera para comenzar los pagos anuales a partir del año 2025 y plazo de amortización en varias décadas”. O sea, creían que había un FMI comprensivo. ¿Pero hablan de no avalar el endeudamiento de Macri? No. ¿Hablan de no firmar ningún acuerdo con el FMI? No. ¿Hablan de que no hay que pagar una deuda usurera? No.

¡Son nefastos! ¡Mientras mandaban cartas con plegarias al FMI votaban el robo jubilatorio y avalaban los 12.000 millones de dólares que pagó de deuda su gobierno en sus dos primeros años!

También reivindican que los ilumina el pensamiento y acción de Néstor Kirchner cuando “nos habíamos liberado” bajo su gobierno y que posteriormente con Cristina Fernández “la Argentina se transformó en un modelo global para los procesos de reestructuración de deuda soberana”. Podrían preguntarse entonces por qué perdieron el gobierno con “la derecha de Macri” en 2015 si se estaba tan bien en esos años.

Dicen, por otro lado, que “el centro del debate es cómo tener un programa de crecimiento económico que supere las recetas fallidas de programas de ajuste y recesión”. Pero solo proponen seguir bajo el ala del FMI bajo otras formas. Se lamentan porque dicen que así no se van a poder cumplir las metas acordadas y vuelven al slogan de que hay que pagar. “Creemos firmemente que las deudas deben ser honradas y nuestro movimiento político así lo ha demostrado pagando deudas que no contrajo y que fueron contraídas por gobiernos de signo ideológico opuesto”.

El broche de la larga carta es la página final sobre las “Conclusiones”. ¿Proponen un camino alternativo? Claro que no. Solo se lamentan que, de no alcanzarse los objetivos, sería una “dolorosa derrota de LA POLÍTICA”… Aclaramos, derrota de la política del peronismo y del Frente de Todos, que incluye a quienes  se lavan la cara con su voto en contra.                          

24M a Plaza de Mayo

Marchamos contra el pacto con el FMI

Jueves 12 horas, concentramos en el Obelisco.

 

En un nuevo 24 de Marzo, Izquierda Socialista junto al FIT Unidad marchará a Plaza de Mayo con el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVJ) a 46 años del golpe genocida concentrando a las 12 hs. en el Obelisco. Como todos los años habrá dos marchas, la de los organismos que apoyan al gobierno nacional y la del Encuentro, que marchará de manera independiente junto a la izquierda y centenares de organizaciones sociales, sindicales y juveniles.

Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo por Izquierda Socialista en el FIT Unidad, señaló: "Este año marchamos para decirle no al pacto con el FMI y por el no pago de la usurera deuda externa. El gobierno reconoció la estafa de Macri y paga una deuda que viene de la dictadura. El FMI estuvo detrás del genocidio y del plan económico entreguista de Videla y Martínez de Hoz, deuda que a pesar de no tener registros contables fue reconocida y pagada con más ajuste por Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, el kirchnerismo, Macri y ahora Alberto Fernández”.

Giordano finalizó: “Levantamos las banderas contra la impunidad de ayer de hoy. Esta semana acaba de morir en su casa, en la impunidad, sin ser condenado, el genocida Villanova en la Megacausa Campo de Mayo. Y el aparato represivo sigue intacto. Marchamos levantando la memoria de los 30.000 entre ellos las y los compañeros del entonces PST (Partido Socialista de los Trabajadores) asesinados por la Triple A y con más de 100 detenidos-desaparecidos que dieron la vida por un gobierno de las y de los trabajadores y una Argentina Socialista.”

 

Contactos:

Juan Carlos Giordano: 15-3119-3003 @GiordanoGringo

Prensa de Izquierda Socialista: 1160540129


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
Máximo Kirchner votó en contra de la ley que avaló el pacto con el FMI. En la sesión no habló, y luego La Cámpora publicó una carta de quince páginas. ¿Máximo Kirchner llama a no pactar con el FMI y a repudiar los pagos de la deuda, o se reacomoda pensando en las elecciones del año que viene?

Muchos siguieron de cerca la noticia sobre qué podía hacer el hijo de la vicepresidenta en Diputados. De la carta titulada “La vuelta del FMI a la Argentina ¿Cómo llegamos hasta aquí?”, lejos de lo que se daría a pensar, se desprende claramente que Máximo Kirchner no está en contra de llegar a un acuerdo con el FMI ni propone dejar de pagar la deuda usurera. ¿Qué lo motivó entonces a un voto en contra? Veamos.

Catorce de las quince páginas del texto describen distintos hechos. Se hace una historia de la deuda desde la dictadura para acá, señala al FMI como responsable de los ajustes, cuestiona el endeudamiento de Macri diciendo que la plata fue a la fuga de capitales. Habla del mérito de que por primera vez un acuerdo con el FMI pasó por el Congreso, de que los próximos vencimientos son insostenibles, entre un largo etcétera. Todo esto, se supone, serían los fundamentos del voto en contra de Máximo Kirchner y de las y los diputados kirchneristas. Pero en la página final de la carta, cuando habla de las “conclusiones”, dice claramente “este análisis no implica en modo alguno el desconocimiento de la deuda de 44.500 millones” que contrajo Macri. Y remata: “Nuestra fuerza política puede dar testimonio de que siempre tuvo que hacerse cargo y pagar las deudas que tomaron los gobiernos de signo político e ideológico opuesto”. Nos preguntamos ¿cómo puede ser entonces que Máximo Kirchner vote en contra al mismo tiempo que dice que hay que reconocer y pagar la estafa macrista? Es parte del juego discursivo al que nos tiene acostumbrado el kirchnerismo. ¿En qué quedamos?

El Frente de Todos, y en especial el kirchnerismo, se la pasó hablando de la “herencia de Macri, de combatir a la derecha” y ahora son Máximo y Cristina quienes dicen que el brutal endeudamiento macrista se debe cargar sobre las espaldas del pueblo trabajador.
“El problema no es firmar con el FMI. Está claro que si tenemos una deuda con el Fondo Monetario Internacional tenemos que firmar un acuerdo con ese organismo. El problema es qué se firma”, agrega el texto. Máximo Kirchner vuelve a decir que la negociación debería haber sido “más dura”, pidiendo más plazos, que el FMI no cobre las sobretasas de interés y hacer las denuncias en los foros internacionales, algo que también dicen Claudio Lozano o Grabois. Y critica al ministro Guzmán por apelar a la estrategia de la “amabilidad, secretismo, confusión y desinformación en las negociaciones”. Pero ¿no estaba al tanto Máximo Kirchner de las negociaciones? ¿Se olvida ahora que fue él quien votó el cambio de movilidad jubilatoria a la baja apenas asumió el gobierno para empezar a aplicar el ajuste reclamado por el FMI? ¿Acaso no fue Máximo Kirchner quien también votó la renegociación con los fondos buitres privados que, él mismo dice, representarán pagos por la friolera de 12.000 millones de dólares por año desde 2027 al 2034, al que se le van a sumar ahora los vencimientos con el FMI que representarán 20.000 millones de dólares en cada uno de esos años?

El párrafo final de la carta también es muy revelador. Dice: “El reconocimiento de deuda obliga a abordar el tema más importante: quién va a pagar esta deuda contraída en forma tan irregular. Para ello el Estado argentino cuenta con la suficiente información para elaborar alternativas justas y equitativas que impidan descargar sobre las espaldas del pueblo argentino el peso de una deuda que sólo aprovecharon ínfimas minorías”. Esto demuestra que Máximo Kirchner no se propone luchar contra el pacto que acaban de aprobar diputadas y diputados de su partido y del macrismo, sino “buscar alternativas” para que no se aplique un ajuste, un saludo a la bandera, ya que todos sabemos y Máximo también que ya hay un ajuste en curso y vendrá otro peor con este acuerdo.

¿Cuáles son las medidas que habría que tomar según Máximo Kirchner para que no haya un ajuste? ¿Aumentar los salarios y jubilaciones? ¿Construir millones de viviendas para dar trabajo genuino? ¿Va a llamar a enfrentar el tarifazo que está preparando su gobierno? Nada de eso dice.
No hay que dejarse engañar. En definitiva, Máximo votó en contra pero sostiene que hay que pactar con el FMI y pagar la deuda aunque sea usurera, no dice nada del actual ajuste, ni postula ninguna salida de fondo. Sus críticas tratan de contener a parte de su base social descontenta, a la que le vinieron diciendo que el FMI era mala palabra y ahora ese organismo imperialista se va a quedar por varias décadas de la mano de Alberto y Cristina. Parte de ese descontento fue capitalizado en las elecciones por el FIT Unidad.

Llamamos a sus seguidores a reflexionar y a sumarse a las marchas y reclamos contra el pacto con el FMI y sus consecuencias (Máximo Kirchner nunca lo hizo en estos dos años de ajuste, ni ahora). No hay que dejarse llevar por frases tipo “el peronismo está más vigente que nunca”, como dijo Cristina en un encuentro de La Cámpora, sino fortalecer una alternativa política de los trabajadores, las mujeres y la juventud y de la unidad de la izquierda, como lo venimos haciendo desde Izquierda Socialista con el Frente de Izquierda Unidad.


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

Se viene otro 24 de marzo. Y denunciamos que la deuda argentina tuvo su origen en la nefasta y genocida última dictadura militar, como parte de un plan económico de saqueo y endeudamiento que persiste hasta nuestros días. Esta deuda no tenía registros contables cuando cayó la dictadura, y aun así fue reconocida por Alfonsín y pagada por todos los gobiernos.

La carta de La Cámpora arranca diciendo “desde el Golpe de Estado de 1976 que dio inicio a la última dictadura cívico-militar se desató un ciclo de endeudamiento en moneda extranjera sin precedentes en la historia que alcanzó un punto de inflexión escandaloso con la estatización de la deuda de los principales grupos empresarios concentrados argentinos en 1982”. Pero precisamente, al decir que el peronismo en sus distintos gobiernos se hizo cargo de todas las deudas anteriores y las pagó (ver Carta de La Cámpora ¿Qué hay detrás del voto en contra de Máximo Kirchner?), está reconociendo que pagó también la deuda contraída por Videla y Martínez de Hoz. Lo hizo en los años ´90 con el peronismo menemista, donde se remataron todas las empresas del Estado y la deuda creció al doble. Y también con el gobierno de Néstor y Cristina, aunque se lo quiera distorsionar.

En esos años la rebelión del Argentinazo impuso el no pago y ya en el año 2000 hubo un fallo del juez Ballesteros señalando que la deuda era ilegal y fraudulenta. Pero aun así, cuando asumió Néstor Kirchner en vez de seguir por esos pasos reanudó los pagos de contado al FMI, retomando el sometimiento con los usureros internacionales. La frase de Néstor Kirchner “los muertos no pagan las deudas”, que reivindica la carta, fue para reclamar que dejaran crecer al país para pagar (lo mismo que ahora dicen Alberto Fernández y Guzmán), terminando el gobierno kirchnerista en 2015 con una deuda de 200.000 millones de dólares.

En el gobierno kirchnerista de 2003 a 2015 no hubo ninguna “estrategia distinta” ni una “gran firmeza” con los usureros internacionales, como reivindica Máximo Kirchner. La “quita histórica” de parte de la deuda ante bonos que no valían nada, que tanto se reivindica, iba en línea con la estrategia de reanudar los pagos. Desde Izquierda Socialista reivindicamos el Argentinazo que impuso el no pago y dijimos que había que seguir por ese camino, desconocer los pagos, romper definitivamente con el FMI y emprender un camino liberador. El kirchnerismo hizo lo opuesto. Todo esto, el próximo 24 de marzo, las nuevas generaciones que se movilicen lo tienen que saber.

 

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