Dec 05, 2024 Last Updated 9:16 PM, Dec 4, 2024

Escribe Prensa UIT-CI

4/11/2024. Difundimos la nota realizada para el medio digital La Prensa de Nicaragua sobre las acciones de la sección panameña de la UIT-CI, Propuesta Socialista, en el marco de la campaña por la aparición de la periodista nicaragüense Fabiola Tercero Castro.

La periodista nicaragüense desapareció el 12 de julio, en el contexto de persecución y detenciones de opositores y críticos.

La organización socialista Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) denunció en su sitió web que la Embajada de Nicaragua en Panamá se negó a recibir la carta que exige la inmediata aparición con vida de la periodista Fabiola Tercero Castro.

Priscilla Vázquez Jaramillo, miembro de la dirección de Propuesta Socialista, encabezó la comitiva para entregar la carta que le exigen al régimen de Nicaragua información sobre el paradero de Tercero, desaparecida desde el pasado 12 de julio en el contexto de persecución y detenciones de opositores y críticos a la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua.

“En la sede diplomática, la compañera Vázquez Jaramillo fue recibido por un funcionario, quien luego de consultar con la cónsul, informó que dicha comunicación debe dirigirse a través de la Cancillería de Panamá. Esto sin que la cónsul haya leído siquiera el contenido de la nota”, relata la UIT-CI.


Consuelo Sandoval Meza, embajadora de Nicaragua en Panamá.

La embajadora de Nicaragua en Panamá es Consuelo Sandoval Meza, quien irónicamente fue periodista durante muchos años en Managua. Su último trabajo como periodista fue en el desaparecido Nuevo Diario. Cuando Ortega regresó al poder en 2007, Sandoval se convirtió en relacionista pública de una de las instituciones del Estado.

Sandoval siempre fue una periodista crítica contra los gobierno liberales, no así con el partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que encabeza el dictador Ortega. En 2023 fue nombrada embajadora de Nicaragua, tras años de lealtad a la dictadura de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, que llevan 17 años en el poder.

Promotora de la lectura

La periodista Tercero se había alejado del periodismo tras la censura, represión y la persecución a todo tipo de crítica desde 2018. Tercero se dedicaba a promover la lectura. En 2017 creó El Rincón de Fabi, una plataforma digital de promoción de la lectura para atraer nuevos lectores. Su plataforma se destacaba por la defensa de la lectura y la igualdad del pueblo nicaragüense.

UIT-CI explica en su nota que no es la primera vez que sus miembros son rechazados por funcionarios nicaragüenses.

“Debemos recordar que hace unos par de años, el anterior embajador de Nicaragua en Panamá trató en forma grosera y agresiva a una delegación de la Propuesta Socialista UIT-CI, encabezada por nuestro legendario compañero Virgilio Arauz Magallón (q.e.p.d.), caso que denunciamos en su momento. Desde la UIT-CI seguiremos apostando al reclamo internacional para exigir la aparición con vida de Fabiola y todas las personas sobre las que se desconoce su paradero, mientras rechazamos la persecución, el hostigamiento y la represión que ejerce la dictadura de Ortega en Nicaragua”, expresa UIT-CI.

UIT-CI

La Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) es una organización socialista revolucionaria mundial, que se fundó en Barcelona, Estado español, en abril de 1995, con la fusión de varias corrientes que se reivindican continuadoras del legado político y teórico de León Trotsky y del que fuera uno de los principales dirigentes del trotskismo luego de la Segunda Guerra Mundial, Nahuel Moreno.

Escribe Socialist Core (simpatizantes de la UIT-CI en EEUU)

31/10/2024. El 5 de noviembre se realiza la votación para elegir al jefe político de la principal potencia imperialista del mundo, precisamente mientras EEUU perpetra un genocidio contra el pueblo palestino de la mano de su satélite Israel. Nos solidarizamos con los activistas obreros, juveniles y de la comunidad musulmana en EEUU que se han movilizado contra el genocidio en Gaza y han expresado que no votarán por los candidatos del genocidio, Donald Trump y Kamala Harris. El antidemocrático sistema electoral estadounidense encadena las elecciones a un bipartidismo reaccionario y millones de personas intentarán escoger el mal menor optando entre dos candidatos comprometidos con la destrucción ambiental, la dominación imperialista y el genocidio palestino. Por nuestra parte, creemos que es necesario fortalecer el polo activista que usará las elecciones para protestar contra la política imperialista que representan Trump y Harris. Podemos hacerlo con un voto crítico a las candidaturas alternativas, a la izquierda de los demócratas, como es el caso de Jill Stein, Cornel West y otros candidatos independientes, en la perspectiva de construir un partido independiente de izquierda, de la clase trabajadora y la juventud para luchar contra este podrido sistema de explotación y opresión.

Harris y Trump representan la continuidad de una política imperialista y genocida, si bien se diferencian en sus estrategias. Trump es un ultraderechista, racista fanático, xenófobo, misógino condenado por abuso sexual, con ideas abiertamente fascistoides, mientras que Harris es una liberal que viene de hacer carrera en la criminalización de la pobreza de la mano de la industria carcelaria privada, además de ser parte del gobierno genocida de Biden. Ambos expresan un proceso de largo alcance de derechización del régimen político estadounidense, un fenómeno del que participan demócratas y republicanos, si bien los republicanos representan el ala ultraconservadora y con más elementos fascistizantes.

Revertir esa tendencia derechizante en EEUU no se logrará votando por los demócratas cada dos años, sino fortaleciendo las organizaciones obreras, populares y estudiantiles, construyendo su autonomía, hasta lograr la construcción de una organización política de izquierda independiente que canalice los intereses de las mayorías trabajadoras, como contrapeso a los aparatos políticos de la burguesía, que incluyen no solo los partidos demócrata y republicano sino también la burocracia sindical y un archipiélago de ONGs que generalmente tributan al partido demócrata.

En política internacional Trump y Harris responden de formas diferentes a la crisis y debilitamiento relativo del imperialismo estadounidense: Trump apuesta por la unilateralidad y el proteccionismo económico, Harris se inclina más por la concertación con sus socios imperialistas europeos. Para los pueblos que reciben bombas y sanciones económicas o que padecen bajo dictaduras aliadas a EEUU, estas diferencias en la mayoría de los casos no implican cambios significativos. En política ambiental, Trump es descarado en su apuesta por la mayor cuota de destrucción posible, mientras que Harris prefiere una destrucción encubierta por discursos hipócritas y medidas cosméticas que no implican cambios de fondo ni nos desvían del rumbo hacia el colapso climático. Ambos apuestan por la persecución de los inmigrantes, si bien Trump es más agresivo en el discurso e incluso propone la desnacionalización de los estadounidenses descendientes de inmigrantes.

Al igual que otros ultraderechistas como Bolsonaro, Milei o Meloni, Trump quisiera imponer una dictadura pero la correlación de fuerzas no se lo permite. No hay sectores importantes de la burguesía o de las fuerzas armadas que apuesten a la destrucción de la limitada democracia burguesa en EEUU, que tan bien les ha servido para oprimir y explotar durante siglos a la clase trabajadora. Sin embargo, Trump cuenta con el apoyo de grupos paramilitares de ultraderecha. Ante el previsible escenario de una elección decidida por pequeño margen en pocos estados pivote, las acciones legales para desconocer una derrota pueden combinarse con acciones de turbas ultraderechistas, como ocurrió en 2020. La clase trabajadora y la juventud debe prepararse para enfrentar a los fascistas ante cualquier intentona de desconocer las elecciones. Esta movilización antifascista puede desarrollarse en mejores condiciones si no está amarrada al apoyo político o electoral a los demócratas, ya que los demócratas se oponen a la movilización obrera, estudiantil y popular contra los fascistas.

Algunos sectores liberales y socialdemócratas que defienden el voto a Harris alegan que por no haber diferencias sustanciales en la política genocida de Harris y Trump, el tema palestino pasa a ser irrelevante a la hora de definir cómo votar. Creemos que este razonamiento es equivocado. Dar por descontado el genocidio en Palestina significa una posición conformista e incluso racista. Debemos profundizar la lucha contra el imperialismo estadounidense y el colonialismo sionista. Un voto de protesta contra Harris y Trump por sus políticas genocidas sirve para fortalecer esa lucha de apoyo al pueblo palestino, aunque no logre impedir que alguno de ellos ocupe la presidencia. Es importante que millones envíen un claro mensaje al mundo: ninguna complicidad con los genocidas. Y después de las elecciones, profundizar las huelgas, las tomas universitarias, los boicots, las movilizaciones, por cualquier medio que sea necesario para apoyar a la heroica resistencia palestina y derrotar al imperialismo y su satélite sionista. Ante el chantaje de los partidarios de Harris, que alegan que votar por candidaturas independientes facilita el triunfo de Trump, les respondemos que los únicos culpables de un eventual triunfo republicano son los genocidas demócratas, no quienes nos rehusamos a ser cómplices suyos.

Así como no tenemos que escoger entre los dos candidatos del imperialismo estadounidense, tampoco tenemos que caer en la trampa del campismo, de tomar partido en las disputas entre potencias imperialistas. Podemos oponernos al mismo tiempo a la agresión genocida de EEUU, Reino Unido, Alemania e Israel contra el pueblo palestino, y también confrontar la invasión imperialista rusa contra Ucrania, la opresión imperialista francesa en Kanaky y Martinica, y la opresión imperialista china contra el pueblo uigur y el pueblo tibetano, o la ocupación militar de Haití bajo las órdenes estadounidenses. Apoyar en cada uno de estos casos a la resistencia al imperialismo y el colonialismo es la única posición consecuentemente internacionalista.

El régimen capitalista e imperialista estadounidense fue diseñado a fines del siglo XVIII por la clase esclavista para garantizar una sobrerrepresentación rural reaccionaria y la supremacía de los grandes propietarios. Se mantiene hasta hoy en sus características fundamentales. Conquistas tan modestas como el principio democrático de una persona-un voto, que requeriría la eliminación del colegio electoral y la eliminación del reaccionario Senado, son imposibles de alcanzar por la vía de las reformas constitucionales, pues se requeriría una mayoría parlamentaria inalcanzable. Como parte de la lucha por la superación de ese sistema antidemocrático, podemos ejercer un voto de protesta contra los candidatos imperialistas y genocidas, otorgando un voto crítico a Jill Stein del centro-izquierdista Partido Verde, o el candidato independiente Cornel West, o cualquiera de las otras candidaturas independientes a la izquierda del partido demócrata. Tenemos diferencias políticas importantes con todas ellas. Por ejemplo la candidata Claudia De la Cruz, del Partido Socialismo y Liberación, con mucha presencia en las redes sociales, critica al imperialismo estadounidense pero al mismo tiempo apoya a dictaduras capitalistas como la de Assad en Siria, e incluso al imperialismo ruso y chino, desde una ideología que embellece la competencia interimperialista a nombre de la “multipolaridad”. En cuanto a Stein y West, no apuestan a construir un partido o movimiento anticapitalista independiente, socialista e internacionalista y basado en la clase trabajadora y la juventud, para luchar en la perspectiva de un gobierno de las y los trabajadores y un socialismo con democracia para el pueblo trabajador. Si bien tenemos esas diferencias de fondo, consideramos que sus candidaturas independientes pueden canalizar ese voto de protesta. 

Coincidimos con Stein y West en algunas de sus propuestas, como la disolución de la OTAN, detener el apoyo al Estado genocida de Israel, el levantamiento de las sanciones a Cuba y el cierre de Guantánamo, y la cancelación de las deudas de los países semicoloniales. También coincidimos en la necesidad de aumentar el salario mínimo a 25 dólares la hora en base a un impuesto a las grandes fortunas, garantizar la vivienda digna y terminar con la feroz especulación inmobiliaria, eliminar las deudas estudiantiles, la nacionalización de las empresas de la energía, entre otras medidas.

Este voto crítico puede ayudar a fortalecer el polo de las y los luchadores, quienes se expresaron en las crecientes huelgas, en el apoyo a Palestina y la lucha de la comunidad negra contra el racismo y la violencia policial, de cara a los desafíos que enfrentaremos luego de las elecciones. Gane quien gane, la grave crisis socioambiental y la enorme desigualdad, así como el propio desarrollo de las luchas populares, plantean el desafío de la construcción de un partido de izquierda y de la clase trabajadora donde confluya la nueva vanguardia sindical, juvenil, antirracista y antifascista, ambientalista y feminista.

Escribe Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores

La noche del 17 de octubre, una patrulla de la Policía Nacional atacó el barrio Mata Mosquito, en el distrito municipal Verón-Punta Cana, asesinando brutalmente al obrero haitiano Jems Joacin. Testimonios de los trabajadores que residen en el lugar indican que la pandilla policial, aprovechando la persecución racial desatada por el presidente Abinader y la ministra Faride Raful, se dedicaba a extorsionar, realizando detenciones arbitrarias para exigir pagos por las liberaciones, amenazando con entregar a las víctimas a la DGM. Estas operaciones de extorsión se han intensificado sacando provecho del estado de excepción de facto, así como la definición de una cuota de 10 mil personas expulsadas semanalmente, anunciada por el gobierno el 2 de octubre. Al tratarse de la tercera operación extorsiva en apenas una semana, algunos trabajadores intentaron defenderse, y fue en ese marco que los agentes policiales procedieron a ejecutar con disparos en el pecho a Joacin, quien se encontraba totalmente desarmado y ajeno a la confrontación, realizando una compra en un colmado.

De acuerdo con medios locales, la pandilla policial estaba encabezada por el segundo teniente Berto Marcelo Louis. Medios afines al gobierno han descrito la ejecución como resultado de un “enfrentamiento”, sin embargo es obvio que la acción de los trabajadores de defenderse con piedras de la agresión de los agentes extorsionadores no podía habilitar a los esbirros a ejecutar a balazos a un hombre desarmado. Aún en el caso de que los esbirros hubieran disparado hacia personas que se defendían con piedras no se podría describir como un «enfrentamiento», ya que se evidenciaría un uso desproporcionado e ilegal de la fuerza letal. Tal sería el caso de la ejecución el 22 de octubre en el municipio Enriquillo, en Barahona, del trabajador Yoel Charles, a quien esbirros policiales tirotearon mortalmente cuando presuntamente portaba un machete.

Estas ejecuciones ocurren no solo en el marco del fracaso total de la mal llamada “reforma policial”, que supuestamente debía poner fin a esta práctica ilegal pero institucionalizada, sino también en el contexto de una ofensiva racista oficial con el objetivo de lograr la expulsión de más de 500 mil personas de la comunidad inmigrante haitiana en el próximo año. Según los estimados oficiales más recientes publicados por el Instituto Nacional de Migración, la comunidad inmigrante haitiana está conformada por 553 mil personas. Si bien las deportaciones no lograrán su propósito de expulsar a la totalidad de esta comunidad, pues muchas personas expulsadas retornan, el solo hecho de que la meta de expulsiones coincida con el tamaño oficialmente estimado de la comunidad perseguida es un indicador de la intención de perpetrar una limpieza étnica, un crimen de lesa humanidad. Es muy grave que partidos y organizaciones sociales que se autodenominan democráticas no condenen esta política oficial ni se movilicen para derrotarla.

La lista de crímenes es interminable. El 9 de octubre, militares atacaron a un trabajador haitiano en la comunidad de Las Palmas, en el municipio Oviedo, disparándole por la espalda con una escopeta y propinándole una brutal golpiza. Fue rescatado por miembros de la comunidad y llevado a una clínica. El director local de la DGM, Nibelin Nova Cuevas, afirmó que los militares no estaban actuando en un operativo formal de la DGM. Sin embargo, lo característico de la actual campaña de persecución es el despliegue descoordinado de hordas policiales y militares por todo el territorio nacional a la caza de personas negras, incluso llevando a cabo allanamientos sin orden judicial. Cuando las personas detenidas presentan sus documentos en regla, son enviadas a cuarteles y destacamentos o al tenebroso «Centro Vacacional de Haina» para la revisión de sus documentos, un protocolo abiertamente inconstitucional y discriminatorio.

Es tal el hacinamiento, el hambre y la insalubridad en ese campo de concentración mal llamado «Centro Vacacional» que el 17 de octubre decenas de personas arbitrariamente detenidas se amotinaron, exigiendo agua, comida y una rápida definición de su situación, ya que sufren detenciones indefinidas sin acceso a asistencia legal. Las autoridades negaron que hubiera ocurrido ningún hecho de violencia, pese a las denuncias de que se reprimió violentamente e imágenes en las que aparentemente militares disparan armas de guerra en el interior del campo de concentración. Otros crímenes recientes que han conmocionado al pueblo dominicano y a la comunidad inmigrante han sido el lanzamiento del obrero haitiano Mikelson Germain el 11 de septiembre desde un techo por parte de un agente migratorio, en Verón-Punta Cana, y la detención arbitraria y las amenazas en contra del dirigente domínico-haitiano Franklin Dinol, del Movimiento Reconocido, el 12 de octubre.

Las movilizaciones neofascistas, estimuladas por el gobierno, también se han incrementado. El 27 de septiembre y el 5 de octubre, ondeando banderas estadounidenses e israelíes, agrupaciones neonazis se movilizaron en Santo Domingo por una aceleración de las deportaciones. Una turba de extrema derecha también sitió la sede de MOSCTHA el 8 de octubre, sin que la Policía Nacional interviniera para garantizar su seguridad. El 10 de septiembre una protesta de trabajadores cañeros retirados exigiendo el pago de sus pensiones y el fin del trabajo forzoso, fue hostigada por el sindicato pro-empresarial de Central Romana, afiliado a la central oficialista CNUS.

Exigimos justicia para Jems Joacin y Yoel Charles, llamamos a todas las organizaciones que se reclamen democráticas o de izquierda, las organizaciones sociales y de derechos humanos, a pronunciarse contra la política del presidente Abinader y la ministra Faride Raful que pretende sembrar el terror entre los trabajadores de origen haitiano para lograr su desplazamiento forzoso. Basta de impunidad brindada por la PGR a agentes represivos y paramilitares neofascistas. Basta de apartheid. Es urgente avanzar hacia la organización de una gran movilización nacional contra la violencia racista del gobierno y la ultraderecha.


La Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED) denunció que la periodista feminista nicaragüense Fabiola Tercero Castro cumple 85 días de «desaparición forzada».

Fabiola Tercero es reconocida por su trabajo en plataformas digitales y por un proyecto literario que incentivaba la lectura. Creó en 2017 ‘El Rincón de Fabi’, una plataforma de promoción de la lectura para atraer nuevos lectores en la era digital en Nicaragua por medio de la dinámica de regalar libros con el trueque o rifa.

Las “desapariciones forzadas” son un mecanismo represivo que utiliza la dictadura de Daniel Ortega para reprimir las voces críticas en Nicaragua.

En todos estos casos, los familiares no han podido ver a sus seres queridos, ni verificar su paradero y estado de salud durante meses. Existen otros casos de personas de “desaparición forzada”, entre ellas el exdiputado indígena Brooklyn Rivera y el opositor Jaime Navarrete Blandón.
Desde la UIT-CI llamamos a los sectores que, en el mundo, se reclaman democráticos, como intelectuales, periodistas, artistas, personalidades políticas, sindicales, estudiantiles, de la lucha socio-ambiental a reclamar por la aparición y liberación inmediata de la periodista feminista Fabiola Tercero y demás personas en la misma situación en Nicaragua.

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
12 de octubre de 2024

El Estado sionista de Israel ha escalado las agresiones militares genocidas sobre el Líbano. Esta escalada está marcada por las detonaciones masivas de “beepers” y radios entre el 16 y el 17 de septiembre, los bombardeos masivos sobre Beirut y otras ciudades que desde las jornadas del 23 asesinaron a más de mil personas, el desplazamiento masivo de cerca de un millón de habitantes y el asesinato del jefe máximo de Hezbollah, Nassan Nasrallah, y otros dirigentes.

La operación “Flechas del Norte” (como Israel denomina sus acciones militares sobre el Líbano) busca penetrar en el sur del país para extender la frontera norte de Israel, como mínimo, hasta el Río Litani con el objetivo de disponer de un espacio de seguridad entre Israel y el Líbano, zona que esté controlada un 100% por las fuerzas de ocupación sionistas e imperialistas, retrotrayendo la situación a antes del año 2000, cuando Israel tuvo que salir de esa región y devolverle los territorios al Líbano, luego de haberlos ocupado desde el año 1985.

Con ese objetivo, han instado al desalojo de veinte ciudades y aplicado fuego aéreo y de artillería que se ha intensificado durante el martes 1 de octubre. Israel ha notificado a su socio imperialista de los Estados Unidos de su intención de realizar una incursión terrestre disfrazada de “redadas limitadas, localizadas y selectivas” para destruir a Hezbollah. ¡Falso! Nada de localizado ni selectivo, Israel realiza bombardeos sobre áreas densamente pobladas y asesina sistemáticamente a la población civil para amedrantar al conjunto de los pueblos, el palestino y libanés. Israel no quiere proteger a la población del “terrorismo”. Israel es un estado genocida y terrorista que busca el desplazamiento masivo de la población original y la ocupación militar de las tierras en Palestina, y ahora también, nuevamente, en el Líbano.

Para concretar esta agresión militar y la posible invasión terrestre sobre el sur del Líbano, Netanyahu cuenta con el criminal apoyo de los Estados Unidos, quienes (a pesar de pedir junto a Francia un alto el fuego de veintiún días) garantizan la impunidad mundial y el apoyo económico, político y material a Israel. Solo para dar un ejemplo, se estima que gran parte de las bombas de 900 kilogramos utilizadas en los ataques sobre Beirut fueron provistas por los Estados Unidos y lanzadas por sus aviones F-35. En ese sentido, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin afirmó que “Estuvimos de acuerdo en la necesidad de desmantelar la infraestructura de ataque a lo largo de la frontera para garantizar que Hezbollah no pueda perpetrar ataques similares a los del 7 de octubre”. Además, Estados Unidos planea el refuerzo de soldados y más aviones cazas para fortalecer al portaaviones Abraham Lincoln, instalado en el golfo de Omán. Mientras esto sucede, Joe Biden, en medio de la campaña electoral junto a la demócrata Kamala Harris, busca hacer malabares y despegarse con abstractas propuestas de alto el fuego que cada vez están más lejos de cumplirse.
Las nuevas agresiones militares y la amenaza de una invasión terrestre por parte del ejército israelí sobre el Líbano son una nueva acción criminal de Netanyahu y su régimen nazi-sionista y ultra religioso, para evitar su caída. Netanyahu requiere sostener la guerra para permanecer en el poder mientras fracasa en su objetivo de destruir a Hamas y al conjunto de la resistencia palestina, y ahora, a Hezbollah. Parte de esta política guerrerista son también los bombardeos ejecutados contra los rebeldes hutíes en Yemen.

Mientras buscan extender las agresiones al Líbano, continúa el genocidio sobre Gaza y Cisjordania. A poco de cumplirse un año de la nueva fase del genocidio comenzado en 1948, más de 40.000 personas fueron asesinadas, entre ellos miles de mujeres y niños. Israel busca la limpieza étnica en Gaza y Cisjordania, busca ocupar todo el territorio histórico, con su política de echar a los palestinos y palestinas e instalar el “Gran Israel”. Israel desconoce todos los acuerdos diplomáticos y Netanyahu se paseó por la ONU afirmando que “no hay rincón de Medio Oriente al que Israel no pueda llegar”, ante la mirada cómplice de las autoridades y fracasados expertos diplomáticos y la pasividad de los países árabes. Israel busca la guerra permanente y el exterminio, demostrando una vez más, sobre miles de muertos, desplazados y refugiados, el fracaso histórico de la falsa política de los “Dos Estados” sostenido por el imperialismo.

A un año de la invasión a Gaza, las movilizaciones y acciones de solidaridad con la resistencia y el pueblo palestino han comenzado a recuperar iniciativa. El pasado 27 de septiembre se realizó una huelga general y grandes movilizaciones en el Estado Español y se preparan importantes acciones de solidaridad en diversas ciudades del mundo. Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores - Cuarta Internacional (UIT-CI) llamamos a sostener la movilización mundial en solidaridad con el pueblo palestino y exigimos a los gobiernos del mundo que rompan relaciones diplomáticas, políticas, económicas, militares y culturales con Israel ¡Basta de enviar armas! ¡Basta de financiar el genocidio! ¡Basta de muertos por hambre y enfermedades! ¡Apertura ya de las fronteras para el ingreso de la ayuda humanitaria! ¡Fuera Israel de Gaza, Cisjordania, de toda Palestina y del Líbano! ¡Por una Palestina única, laica, democrática y no racista! ¡Viva Palestina libre del río al mar!

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores
Cuarta Internacional (UIT-CI)
1 de octubre de 2024

 

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