Con la asunción de Sergio Massa, el gobierno prepara las condiciones para un nuevo salto en el ajuste contra el pueblo trabajador. Las medidas anunciadas hasta el momento van claramente en este sentido: mayores tarifazos, recortes al gasto público, congelamiento de la planta de los trabajadores estatales.
Todas las alas del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio, incluidos los llamados “libertarios” acuerdan con profundizar el ajuste contra el pueblo trabajador, y con una devaluación que ya está en marcha con la suba descomunal de la inflación y la consonancia del gobierno con los grandes empresarios remarcadores de precios y con el dólar “sojero” y otros “dólares especiales” a sectores patronales. Esa medida anunciada por Batakis fue acordada con el FMI en Washington, lo mismo que los anuncios posteriores de Sergio Massa. El Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad (FIT-U) plantea una salida opuesta, para que la crisis la paguen los capitalistas.
La crisis política al interior del oficialismo culmina con la entrega de superpoderes a un agente directo de la embajada norteamericana y del gran capital, con el apoyo del kirchnerismo y todas las fracciones del oficialismo y el aval explícito de la CGT y la CTA.
El Frente de Izquierda Unidad denuncia que el salto en la crisis inflacionaria y las medidas de mayor ajuste anunciadas por Massa con el aval del Presidente y Cristina Kirchner constituyen un nuevo golpe contra el pueblo trabajador. Congelamiento de vacantes y la imposibilidad de que decenas de miles de contratados precarios en el Estado puedan acceder a la planta permanente preparando sus despidos cuando culminen los contratos. Recortes presupuestarios y en la obra pública, tarifazos en los servicios y el transporte y depreciación salarial, son la antesala de medidas de ajuste aún mayor y la puesta en agenda de las reformas reaccionarias pendientes.
El peso de la deuda usuraria y fraudulenta en pesos, y en dólares arrastra al país a una nueva bancarrota. El pacto con el FMI potenció el endeudamiento, la inflación, el ajuste, el saqueo y la dependencia. Los llamados “mercados” (los bancos y el capital financiero) aprovechan para sacar una nueva tajada y se lanzaron durante los meses de junio y julio una corrida cambiaria para imponer una mega devaluación del peso oficial. La subida del “blue” y de los dólares financieros durante el mes de julio ya aceleró la inflación a niveles insostenibles.
Una mega devaluación del peso oficial implicaría un salto en la pulverización de los salarios, jubilaciones y planes sociales muchos de ellos hoy en la indigencia. Los ganadores serán los dueños del agronegocio, junto al resto de los exportadores, las automotrices a quienes les dieron retenciones cero, mineras, petroleras, las patronales que pretenden seguir licuando salarios y deudas, y los bancos. Mientras que el propio Alberto Fernández vociferaba contra los dueños del negocio agrario y movimientos sociales oficialistas se aprestaban a movilizarse a la Rural (algo que finalmente no realizaron), a la par y auspiciado por el FMI se preparaba un dólar especial para que los sojeros puedan multiplicar sus rentas a costa del erario público: esto es el prolegómeno de una devaluación en toda la línea.
Al igual que Batakis Massa anuncia un viaje a Washington a consensuar sus medidas con el FMI. El poder político del gobierno depende casi en su totalidad del arbitraje del FMI y los llamados “mercados”.
En ese contexto, el profundo cambio de gabinete con el superministro Massa como eje, es un intento de cerrar una crisis al servicio de generar confianza en el establishment y los usureros externos. Una vez más, un cambio de esta magnitud, se hace por la decisión de un puñado de dirigentes a espaldas del pueblo. Demostrando el carácter antidemocrático de este régimen capitalista. Es hora de cambiar y que los trabajadores y sectores populares decidan democráticamente la salida a la crisis.
Massa es tal vez la última carta que le quede a un gobierno que lejos de haber venido a recomponer lo perdido durante el macrismo, profundizó la pulverización de los salarios y jubilaciones, aumentó la miseria y apoyado por la derecha de Juntos por el Cambio, rubricó un pacto colonial con el FMI.
En la coalición oficialista se terminó de blanquear que el kirchnerismo -que cacareaba contra el FMI mientras habilitaba en el Congreso que se votara el pacto colonial-, no sólo no tenía ningún programa alternativo, sino que ahora se compromete abiertamente a un mayor ajuste.
Por ello, llamamos a todos los trabajadores y jóvenes que confiaron en que este gobierno venía a cambiar las políticas del macrismo y hoy están buscando otro rumbo a movilizarse con nosotros para frenar el ajuste y a sumarse a fortalecer a la única coalición política que plantea la independencia política de las y los trabajadores y sostiene una alternativa al ajuste: el Frente de Izquierda Unidad.
Las conducciones de la CGT y las CTA son también responsables de que el pueblo trabajador llegue en este estado a un nuevo golpe contra su nivel de vida. Fueron un punto de apoyo de todo el ajuste de Macri y de Alberto Fernández. Ahora cuando la crisis se profundiza y el pueblo asiste al aumento exponencial de los precios de los alimentos y productos de primera necesidad salieron rápidamente a celebrar la designación de Massa como superministro y los cambios en el gobierno y, en ese marco, convocan a una marcha el 17 de agosto. Exigimos a las centrales que rompan con el gobierno y convoquen a un paro nacional que sea el inicio de un plan de lucha por un inmediato aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales al valor de la canasta familiar y derrotar el plan de ajuste del gobierno y el FMI. E impulsamos la recuperación de los sindicatos como herramientas de lucha de la clase trabajadora contra la burocracia sindical. Ese mismo 17 de agosto participaremos en la convocatoria alternativa a la de la burocracia sindical realizada por el Plenario del Sindicalismo Combativo, para apoyar todas las luchas en curso y plantear un programa de salida a la crisis de las y los trabajadores.
Desde otros sectores del oficialismo promueven un “salario básico universal” de 14.000 pesos, una suma de indigencia que consolida un nuevo piso salarial de hambre y busca condenar a millones de trabajadores a un porvenir sin acceso al trabajo genuino ni derechos laborales. El proyecto impulsado por Cristina Fernández en el Senado llegaría solo a 1.700.000 personas, cuando son más de 14 millones quienes necesitan un ingreso que alcance.
Frente a la política de las coaliciones políticas patronales del ajuste y la complicidad de la burocracia sindical, el pueblo trabajador no se queda inmóvil. El movimiento piquetero combativo viene llenando las calles en su lucha por sus reivindicaciones más elementales, y protagonizó una nueva gran jornada el 28 de Julio. Los trabajadores del neumático y su sindicato, el SUTNA protagonizan una durísima lucha contra las patronales por recomposición salarial y para que se les reconozca el pago del 200 por ciento de las horas que trabajan los fines de semana, poniendo en cuestión al convenio sellado por la burocracia y las grandes patronales del rubro durante el menemismo. A los paros docentes de San Juan y La Rioja, se sumaron los maestros de Mendoza, Rio Negro y Chubut, con huelgas y masivas movilizaciones para exigir la recuperación salarial. Lo mismo sucede con las y los trabajadores de la salud de Jujuy y Río Negro y los vitivinícolas autoconvocados de Salta y Mendoza. La tarea de la hora es la intervención de la clase trabajadora en la crisis.
Denunciamos la criminalización de las luchas que avanza en todo el país, fuertemente instigada por la campaña de Cristina Kirchner contra el movimiento piquetero independiente, con causas contra dirigentes y compañeros de diferentes organizaciones. Reclamamos la anulación de las condenas a Cesar Arakaki y Daniel Ruiz, la absolución de todos los luchadores populares y el cierre de todas las causas.
El FITU apoya incondicionalmente estas luchas. Llamamos a los trabajadores a exigir un paro nacional y plan de lucha, en unidad entre ocupados y desocupados para derrotar el conjunto del plan del gran capital y sus representantes políticos. Y a debatir e impulsar una salida alternativa.
Que los salarios, las jubilaciones y los planes sociales se ajusten mensualmente según la inflación.
Que nadie gane menos del valor de la canasta familiar.
Por un seguro universal al desocupado equivalente al costo de una canasta básica. Por la apertura de los programas sociales, por un bono de $20.000 para quienes reciben planes sociales.
Basta de tarifazos. Nacionalización de todo el sistema energético y del conjunto de las empresas privatizadas bajo control de los trabajadores.
Por la ruptura con el FMI y el no pago de la usurera y fraudulenta deuda externa para destinar los recursos nacionales a resolver las necesidades populares urgentes.
Por el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, por la reducción de la jornada laboral a 6 horas sin reducción salarial. Por un plan nacional de obras públicas bajo control obrero y popular para construir un millón de viviendas populares que de trabajo a 4 millones de desocupados.
Por un sistema bancario nacional único bajo el control de los trabajadores, para evitar las fugas de divisas, resguardar los ahorros y que el ahorro nacional esté disponible para créditos baratos hipotecarios y a los pequeños comerciantes, y financiar el plan de obras públicas.
Por el monopolio estatal del comercio exterior, para evitar que un oligopolio privado de exportadores maneje a su antojo la rendición de las cosechas y vendan los alimentos a precios internacionales, y resguardar así las divisas para un desarrollo nacional en manos de la clase trabajadora. Por la estatización de todos los puertos privados bajo el control de los trabajadores.
Estas medidas deben ser parte de un plan económico obrero y popular y un programa integral que sólo podrá desarrollado integralmente imponiendo con la lucha y la organización un gobierno de las y los trabajadores.
Abajo el ajuste. Fuera el FMI. Viva la lucha de la clase trabajadora. Por una salida obrera a la crisis. Que la crisis la paguen los capitalistas.
Este 17 de agosto marchemos con el sindicalismo combativo a Plaza de Mayo y en todo el país.
FRENTE DE IZQUIERDA Y DE TRABAJADORES UNIDAD (FITU)