Escribe María Meza, Izquierda Socialista. Precandidata a 1° Diputada Nacional “Unir y Fortalecer la Izquierda” FIT-U

Su estratégica ubicación geográfica por su cercanía con la Antártida y la posibilidad de un cruce interoceánico y la cantidad de recursos naturales de que dispone (petróleo, gas, turba, agua), Tierra del Fuego se convierte en un lugar de disputa interimperialista. No es casual la repercusión y/o intervención nacional sobre los proyectos que diferentes potencias imperialistas intentan en la Isla. Esto lo dejó claro, en su visita al país, la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, cuando dijo que EE.UU. defiende sus intereses, con relación a su disputa con China y nuestros recursos naturales y su estrategia geopolítica.

La empresa china Shaanxi Chemical Industry Group firmó un memorándum con el gobierno de Melella que autoriza la construcción de un puerto multipropósito, una terminal portuaria apta para todo tipo de operaciones, una central eléctrica y, como si fuera poco, un centro de acopio de insumos industriales y agrotóxicos, con el peligro que esto conlleva. Este puerto privado no tendría intervención del Estado.

Es por esto por lo que los puertos son una cuestión de Soberanía estratégica y los únicos que, consecuentemente, la van a defender son las y los trabajadores, y no funcionarios coimeros y corruptos.

Los discursos sobre soberanía del gobierno nacional y provincial se van por la cañería, cuando desesperados por los negociados y apretados por el FMI para cobrar la deuda, no dudan en entregar tanto los recursos naturales como la soberanía, cediendo nuestra posición clave en cuestión geopolítica.

La realidad es que al gobierno no le importa a qué potencia entregarse. Sino cómo se explica la aceptación de Melella de que la empresa LEOLABS ARGENTINA S.R.L. integrada por dos sociedades extranjeras: LEO LABS SPACE HOLDING LIMITED de Irlanda y LEOLABS LIMITED de Inglaterra, y recomendada por el embajador norteamericano Marc Stanley, para instalar radares, con capacidad de inteligencia militar, en Tierra del Fuego.

Es llamativo que Andrés Dachary, secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales, defendiera en sus declaraciones públicas dicha instalación diciendo que el proyecto "nada tiene que ver con funciones militares". O este funcionario les cree a los ingleses o nos miente descaradamente. Evidentemente en este punto la defensa de Malvinas no entra en la ecuación del gobierno.

Para Izquierda Socialista los puertos tienen que ser estatales bajo control de sus trabajadores. No se puede dejar en manos de potencias imperialistas el manejo y control de lo que entra y sale por esos puertos. El control de los trabajadores es central para para evitar, entre otras cosas, la fuga de divisas por maniobras en la exportación e importación, porque son los que pueden monitorear in situ que contienen la inmensa cantidad de containers que ingresan permanentemente; como sucedió con el ingreso de basura tecnológica haciéndola pasar por insumos, para fugar dólares, aprovechando los beneficios de la promoción industrial de Tierra del Fuego le da a las patronales.