Escribe: José “Pepe” Rusconi
A comienzos de 1976, cuando el accionar de las bandas fascistas amparadas por el gobierno de Isabel Perón preparaban el ambiente para el golpe militar, en la noche del 13 de enero fue secuestrado en Ensenada Carlos Scafide, trabajador de Propulsora Siderúrgica (hoy Siderar/Techint) y militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST).
Carlitos, como todos lo llamábamos, era un querido compañero y reconocido activista de esa fábrica. Vecino de Ensenada muy conocido y apreciado.
Pertenecía a ASIMRA, el gremio de los supervisores metalúrgicos. Pero estaba totalmente comprometido con la lucha de los compañeros afiliados a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) que enfrentaban a la dirección burocrática del sindicato y no los reconocían como la verdadera conducción del establecimiento elegidos por sus compañeros.
Cuando lo asesinaron, el PST ya venía de sufrir varios golpes, como la Masacre de Pacheco y la Masacre de La Plata, convirtiéndose Carlitos en el decimosexto asesinado del partido bajo los gobiernos de Perón e Isabel.
Bandas fascistas de la CNU (Concentración Nacionalista Universitaria) y de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), que se identificaron como personal del Ejército, secuestraron de la casa de su madre a Carlitos. También secuestraron al “Pampa” Delaturi, otro obrero y reconocido activista de Propulsora, y a Peláez, un activista del Astillero Rio Santiago, dejando sus cadáveres dinamitados y acribillados a balazos como estilaban hacer para que fuese un mensaje terrorífico para todo el activismo.
La respuesta exigiendo justicia por parte de los trabajadores de Propulsora no se hizo esperar. Resolvieron en asamblea parar todos los turnos desde el miércoles 14 por la mañana hasta el sábado siguiente por la tarde. En Astilleros resolvieron paros progresivos hasta el viernes. Hubo trabajadores de otras fábricas que se solidarizaron con las medidas de fuerza como Petroquímica Sudamericana de Olmos y Metalúrgica OFA de Villa Elisa. La Coordinadora de Gremios en Lucha llamó a un paro para el siguiente martes, al que se sumó una línea de micros y varios comercios de Ensenada. Se realizó un acto cuando enterraron a los compañeros, al cual asistieron 600 trabajadores de Propulsora (aproximadamente la mitad del personal de la fábrica).
José “el Petiso” Páez, histórico dirigente de Fiat del Sitrac Sitram y del “Cordobazo” habló en el acto en nombre de la dirección nacional del PST. Señaló que “la única posibilidad que tenemos los trabajadores de frenar estos ataques es nuestra movilización y nuestra organización para la defensa, en cada fábrica, en cada barrio, en cada lugar de trabajo; denunciando la tolerancia del gobierno y exigiendo la investigación y el castigo del salvaje crimen”.
A 48 años del asesinato de Carlitos Scafide, desde Izquierda Socialista, seguimos exigiendo juicio y castigo a los responsables de su muerte. Lo asesinaron a los 29 años, pero su vida y militancia son un ejemplo para las nuevas y viejas generaciones de militantes revolucionarios que día a día dedican sus vidas en defensa de la clase obrera y en la lucha por un gobierno de trabajadores y el socialismo.
Carlos Scafide, compañeros asesinados y detenidos-desaparecidos del PST, ¡Presentes! ¡Hasta el socialismo, siempre!