Nov 22, 2024 Last Updated 9:43 PM, Nov 21, 2024

El pueblo de Rosario se desangra. Pullaro, Bullrich y Milei son responsables

Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad ante el asesinato de los cuatro trabajadores exigimos Justicia, cárcel a los autores materiales e intelectuales y nos solidarizamos con sus familias.

Estamos viviendo una nueva (y la más sangrienta) escalada de la violencia narco. Cuatro trabajadores asesinados por sicarios para enviar mensajes al gobierno provincial. Pero no es un hecho nuevo. En 2023 tuvimos varios casos de asesinados “al azar”, para enviar mensajes al gobierno, al servicio penitenciario o incluso a otra banda de narcotraficantes.

La violencia narco comenzó en Rosario con inusitada fuerza en 2013. Atravesó tres gobiernos provinciales, y tres nacionales, de distintos signos políticos. Socialistas, Macristas, Radicales y Peronistas. Todos dijeron que iban a solucionar el problema con el envío de “Fuerzas Federales”. Lo hicieron en 11 oportunidades desde el estallido de la violencia y los asesinatos. Los resultados están a la vista. En 2023 Rosario tuvo, por lejos, el mayor índice de homicidios del país, sumando una nueva “modalidad”: asesinar al azar para enviar mensajes.

Ahora Pullaro, Bullrich y Milei retoman la idea de enviar al Ejército para “ayudar” en la guerra contra el narcotráfico. En 2023 ya lo había intentado Alberto Fernández, sin ningún éxito. Quieren meter a los militares para darles algo de prestigio y favorecer la posibilidad de que participen en la represión interior, lo que está prohibido desde la salida de la dictadura en 1983.
¿Solucionaron el problema del narcotráfico con el ejército, los países que lo intentaron, como Ecuador o México? No. Incluso el problema creció en muertos y con más militares involucrados en negocios con bandas de narcotraficantes, como ya sucede con la policía y las “fuerzas federales” en nuestro país.

A esta altura, y en base a los múltiples casos y denuncias judiciales -varias de ellas que terminaron con condenas- queda claro que no es posible que existan bandas de narcotraficantes-de semejante poder e impunidad- sin el aval de sectores de la política oficial, la justicia y la policía. Ante tal desastre, el pedido que recorre el pueblo rosarino es “más seguridad”, lo que –pese a la obvia desconfianza en la policía-, termina desembocando en el pedido de poner en la calle más policías o gendarmes. Lo que ya se hizo, y muchas veces. Y estamos cada vez peor.

Mientras esta alianza de narcotraficantes, policías, jueces, políticos y empresarios se mantenga, la violencia crecerá, como sucede en Ecuador, Brasil, México o Haití. ¿Cómo se puede romper este pacto de violencia y muerte? Hay que terminar con las drogas como negocio ilegal, lo que da ganancias fabulosas que se reparten entre “los socios” sin dejar rastros, incluso a “respetables” empresarios que viven de lavar la plata manchada de sangre. En Rosario, esto se potencia por la presencia de múltiples puertos privados que despachan centenares de barcos a todo el mundo, sirviendo de nudo logístico internacional para el narcotráfico.

Varios países ya han empezado a legalizar algunas drogas y a tomar el problema como una cuestión de salud pública. Terminando -o al menos achicando- el negocio del narcotráfico, y la violencia que genera. La “Ley seca” en la década del 20 –y su posterior derogación- en EEUU, fue una cabal muestra del desastre que genera el prohibicionismo.

Pero también denunciamos que las bandas narcos han crecido y se han fortalecido en un tejido social destruido, con barrios hundidos en la miseria, centros de salud y escuelas que se caen a pedazos, o clubes sin ningún financiamiento para rescatar a los pibes que pueden caer en bandas narcos como una opción de vida y de muerte. Necesitamos inversión en los barrios populares, empezando por trabajo genuino para la juventud, que permita también estudiar, así como presupuesto para educación y la salud pública. Pero en lugar de esto Milei y Pullaro profundizan un ajuste que destruye cualquier posibilidad de futuro para la juventud y trabajadores. Pagar la deuda al FMI y los banqueros son sus prioridades. Hasta que no frenemos esta sangría e impongamos un plan económico obrero y popular no tendremos solución a la violencia y la miseria que ahogan a Rosario.

En esta situación es muy importante que las CGT y CTA convoquen al paro Regional que, desde Amsafe Rosario, ya se está impulsando, así también una urgente movilización para ganar las calles contra la violencia narco-criminal.

Izquierda Socialista Rosario

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