Sep 03, 2024 Last Updated 11:24 PM, Sep 2, 2024

Escribe Martín Fú

El pasado lunes fuimos parte de la convocatoria del Comité Argentino de Solidaridad con Palestina de la campaña bajo la consigna “Yo quiero ser palestin@”, que a nivel mundial se realizo en diversas ciudades del mundo en el marco del Día Internacional de solidaridad con el Pueblo Palestino.
La campaña tiene el fin de visualizar el multitudinario compromiso que la justa causa palestina tiene en distintas partes del mundo.

En la jornada se solicitó la nacionalidad palestina en la sede diplomática mediante un formulario donde cada pedido recibió una constancia del trámite ante la presencia del Primer Consejero de la Embajada, Riyad Alhalabi.

Juan Carlos Giordano, diputado nacional por Izquierda Socialista/Frente de Izquierda Unidad, presente en la jornada junto a nuestra compañera Laura Marrone, legisladora porteña (mc), recibió el saludo del embajador Husni Abdel Wahed y remarcó: “solicitar la nacionalidad palestina es un orgullo. Somos solidarios una vez más con un pueblo sometido por más de sesenta años a una ocupación militar, apartheid, colonialismo y violación sistemática a sus derechos humanos”. Giordano recordó con orgullo cómo con militancia y nuestras bancas nos volcamos al servicio de la heroica lucha del pueblo palestino. El diputado encabezó con Laura Marrone una delegación de Izquierda Socialista junto a diversas figuras y personalidades,  que se hicieron presentes una vez más en defensa de  Palestina, como Nora Cortiñas, Tilda Rabi de la Federación de Entidades Argentino-Palestinas y otras destacadas personalidades de los derechos humanos y organizaciones políticas, sociales y de la comunidad islámica de Buenos Aires.

Por Partido Socialismo y Libertad, Venezuela

El próximo domingo 21 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones regionales en Venezuela, en las que se elegirán gobernadores, alcaldes, concejales y miembros de los consejos legislativos de las 23 entidades federales y 335 municipios del país.

Estas elecciones se realizarán con el trasfondo de una aguda crisis económica y social, sin parangón en la historia reciente del país. En medio de 7 años de recesión y 4 de hiperinflación. Con una producción petrolera que para el pasado mes de octubre fue de 590 mil barriles diarios, una cantidad aproximada a lo que se producía a principios de la década del 40 del pasado siglo.

Con los servicios públicos por el suelo. Con graves fallas eléctricas, pésimo servicio de telecomunicaciones, sin agua en casi todo el país, y con una llamativa escasez de gasolina y gas, en un país que el gobierno se ufana en decir tiene las mayores reservas de petróleo del mundo. En un país donde el salario mínimo no llega ni a dos dólares, y con el cestaticket apenas alcanza los 3 dólares y medio.

Toda esta dramática situación ha generado un éxodo desconocido en Venezuela. Al final de este año, según la ONU, 6 millones de venezolanos habrían dejado el país, en los últimos 5 años.

Estamos a 3 días para la realización de las elecciones regionales. Lo que caracteriza el ambiente preelectoral es una proverbial indiferencia, que contrasta con la urgencia del pueblo trabajador con darle respuesta al día a día en medio de la tragedia social que padecemos.

Conseguir los alimentos cada vez más caros con salarios de hambre, erosionados por la escalada vertiginosa de la cotización del dólar. Con continuas devaluaciones de la moneda y sin planes agroalimentarios. Sortear las vicisitudes creadas por la escasez de gasolina, de gas y agua, es la preocupación central del pueblo y los trabajadores.

Toda esta situación se ha visto severamente afectada por los efectos de la pandemia, desde marzo del pasado año. En el contexto de un sistema de salud que ya estaba por el suelo, y con enfermeras, médicos y personal de salud sin medicinas ni recursos sanitarios, y con salarios de hambre.

Sin duda, las sanciones económicas impuestas por el imperialismo norteamericano, Inglaterra y la Unión Europea, avaladas por Juan Guaidó y los partidos patronales, medidas criminales que repudiamos categóricamente, han agravado la situación preexistente, pero no son la causa fundamental de una tragedia social que ya tiene una década. Este es el marco socioeconómico en el cual se llevarán a cabo las elecciones del próximo domingo.

Por su parte el gobierno logró conformar una oposición a su medida, algo que venía tejiendo desde hace algún tiempo. Pero ahora logró incorporar al proceso electoral a casi toda la oposición patronal, incluyendo al llamado G-4, la cual, después de fracasar en su política golpista auspiciada por el imperialismo norteamericano y encabezada por Juan Guaidó, optó por entrar en la vía electoral. Dirigentes como Henrique Capriles Radonski, están participando activamente en las elecciones. Incluso algunos que se habían ido del país como Manuel Rosales y Américo De Grazia, regresaron con la anuencia gubernamental, para postularse como candidatos.

Desde el Partido Socialismo y Libertad creemos que la mayoría del pueblo y los trabajadores, no ven que estas elecciones puedan resolver sus problemas más acuciantes, y lo que los ha originado, de allí su poco interés en estos comicios. El pueblo trabajador visualiza que la razón fundamental del deterioro de su nivel de vida es el gobierno chavista del Psuv, encarnado en el presidente Maduro. Lo que quiere e  pueblo es la salida de este gobierno. No ve que renovando gobernadores o alcaldes se pueda resolver la grave crisis que atravesamos.

Sin duda, el referendo revocatorio podría haberse convertido en un movilizador de millones de trabajadoras y trabajadores, y el conjunto de los sectores populares. Pero ni el gobierno ni la oposición patronal tenían ningún interés en esto.

Estas son unas elecciones que se realizarán con partidos ilegalizados, como el caso de nuestro partido. Con dirigentes políticos presos, perseguidos, inhabilitados o en el exilio. Es decir, son unos comicios sin ninguna garantía ni transparencia. Y el pueblo también está consciente de ello.

Entendemos que algunos sectores del pueblo participarán con el ánimo de derrotar a los representantes locales y regionales del partido de gobierno, no obstante desde el PSL creemos que no hay ninguna razón para participar en estos comicios fraguados entre el gobierno y la oposición patronal, en medio de la crisis más severa conocida por nuestro pueblo, y sin las más mínimas garantías democráticas de participación política.

El Partido Socialismo y Libertad llama al pueblo y a los trabajadores y trabajadoras a no avalar con su voto al gobierno y a sus representantes locales y regionales. Creemos que el pueblo venezolano tiene derecho a elecciones presidenciales, parlamentarias y regionales verdaderamente transparentes y con garantías, pero esto solo se logrará con su movilización masiva.

El PSL plantea que hoy más que nunca debemos organizarnos en las comunidades, fábricas, universidades y empresas para movilizarnos, para salir a pelear por nuestros reclamos más urgentes y plenas libertades democráticas. Contra los planes capitalistas de entrega de nuestros recursos al capital privado y transnacional que adelanta el gobierno a través del Arco Minero del Orinoco, la ley de Zonas Económicas Especiales, la ley Antibloqueo, la entrega de Pdvsa y las empresas básicas, abaratando la mano de obra, eliminando los sindicatos, las contrataciones colectivas y demás reivindicaciones laborales, todo avalado por el memorando 2792.

Debemos luchar por la libertad de las trabajadoras y trabajadores presos, quienes están en esa condición por reclamar reivindicaciones y denunciar la corrupción.

En la perspectiva estratégica de lograr un gobierno de los trabajadores y el pueblo, llamamos a luchar por un Plan Económico y Popular de emergencia, alternativo al paquetazo del gobierno. ¡Por un salario igual a la canasta básica! ¡Por una renta de cuarentena para los trabajadores y trabajadoras informales! ¡Por un impuesto progresivo a los capitalistas, banqueros y transnacionales! suspensión de los contratos de empresas mixtas, ¡petróleo 100% estatal sin transnacionales!, eliminación de las sanciones económicas imperialistas y recuperación del dinero apropiado por EE.UU. y potencias europeas, confiscación de bienes de corruptos e importadores fraudulentos, ¡no pago de la deuda externa!, suspensión de gastos militares, y con todos esos recursos conformar un ¡Fondo Social de Emergencia para enfrentar la terrible crisis social!, impulsar un plan masivo de adquisición de alimentos, medicinas e insumos sanitarios para dotar a los hospitales.

18 de noviembre de 2021

Por Miguel Ángel Hernández, dirigente del PSL-Venezuela y la UIT-CI

16/11/2021. El pasado lunes 15 fue un día de mucha tensión y expectativa en Cuba. Para ese día estaba prevista la realización de una marcha en La Habana y otras ciudades de la isla, convocada por el grupo Archipiélago, encabezado por el dramaturgo Yunior García.

Desde los días anteriores el gobierno dictatorial y de partido único de Díaz Canel, se dio a la tarea de detener, perseguir y hostigar a distintos activistas y disidentes, tanto de Archipiélago como de organizaciones de la llamada izquierda crítica cubana. Todo con el objetivo de impedir la concreción de la convocatoria.

El lunes la tensión acumulada se trocó en impotencia. Fue imposible que se produjeran las marchas. Ese día el gobierno a través de la seguridad del Estado desarrolló un vasto operativo policial y de grupos de civiles del Partido Comunista y otras organizaciones controladas por el régimen, para intimidar a los que pretendieran marchas.

Entre el domingo y el lunes se detuvo a varios activistas; se apostaron policías de civil en las viviendas de otros, imponiéndoles arresto domiciliario para impedir que marcharan; se hizo lo mismo con conocidos periodistas, para evitar que informaran sobre la situación de represión que se estaba produciendo. Cercaron sedes de medios independientes como fue el caso de La Hora de Cuba en Camagüey. Se cortó el internet y las comunicaciones vía celular. Además se movilizó a militantes del Partido Comunista, de la Unión Jóvenes Comunistas (UJC), de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), miembros de los CDR para llevar a cabo unos aberrantes “actos de repudio” frente a las residencias de los activistas y organizadores de la marcha. Como ya desde el domingo se había hecho con Yunior García, al que se le impidió caminar ese día, como previamente había anunciado.

Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores/Cuarta Internacional (UIT-CI), rechazamos todas estas medidas represivas ejercidas por el régimen autoritario y de partido único de Cuba, contra las personas que intentaban marchar el pasado lunes 15. Nuestra corriente internacional difiere totalmente de las posiciones políticas del grupo Archipiélago y de los convocantes de la marcha prevista para el pasado lunes, pero reivindicamos su derecho a protestar, lo cual no se le permite a nadie en Cuba, so pena de ser despedido de su trabajo, ser detenido o condenado a largas penas de cárcel, como ya ocurrió con algunas personas que salieron a marchar el 11 de julio.

El pasado 11 de julio se produjo una inédita y masiva protesta surgida en los barrios más pobres y olvidados de La Habana y otras ciudades. Miles de cubanas y cubanos salieron a las calles hartos de la pobreza y la desigualdad que padecen; agravada por el paquetazo de ajuste denominado eufemísticamente “Tarea de Reordenamiento”, que el gobierno de Díaz Canel viene aplicando desde enero, profundizando el hambre y las carencias.

Sin duda que el bloqueo imperialista que aún persiste también influye en la situación social. Si bien rechazamos el criminal bloqueo y las sanciones más recientes, consideramos que esa no es la causa fundamental de los males que sufre el pueblo cubano.

En Cuba ya no hay socialismo. Desde hace años existe un capitalismo “a la cubana con inversiones extranjeras y empresa mixtas con multinacionales. Un sistema represivo y totalitario donde se han profundizado las desigualdades sociales. Mientras las trabajadoras y trabajadores viven en viviendas ruinosas y ganan salarios miserables de 30 o 40 dólares al mes, los dirigentes del partido, los jefes de los CDR, de las organizaciones sindicales, y los militares viven en lujosas mansiones y construyen grandes hoteles para la industria turística explotada conjuntamente por el gobierno y las transnacionales. Tienen altos ingresos, acceso a dólares y a las exclusivas Tiendas en Moneda Convertible (MLC), donde pueden adquirir todo género de artículos importados.

Desde las protestas de julio el gobierno ha incrementado la persecución y represión a los disidentes, incluyendo a los activistas de las organizaciones de la izquierda crítica cubana. Su argumentación es que se trataría de protestas “desestabilizadora”, lo mismo que decían los gobiernos derechistas de Piñera en Chile y Duque en Colombia, ante las recientes rebeliones populares en esos países.

Desde la UIT-CI reivindicamos el derecho del pueblo trabajador cubano a movilizarse por libertades democráticas y contra el ajuste del gobierno, y apoyamos y nos solidarizamos con la lucha popular por: ¡Plenas libertades para el pueblo y los trabajadores cubanos! Libertad para los presos políticos! Por el derecho a disentir y protestar; por el derecho a huelga, a la libertad y autonomía de las organizaciones sindicales, estudiantiles y populares. ¡Basta de régimen de partido único, por la libre organización de partidos políticos! ! Basta de discriminaciones racistas! Plenos derechos al movimiento de mujeres y de LGTB¡ Libertad de expresión e información; libre uso del internet y redes sociales. No más censura, ¡Plena libertad en el arte y la cultura; plena autonomía académica en las universidades!

Apoyamos toda movilización de la clase trabajadora y del pueblo cubano contra los salarios de miseria pactados entre el gobierno y las transnacionales. Libertad de discusión salarial y contractual en el Grupo de Administración Empresarial, S.A. (Gaesa), que agrupa a más de 57 empresas y controlado por los militares, así como en todas las empresas mixtas, no mixtas y públicas. ¡Por un salario mínimo en dólares! ¡Basta de los privilegios de los burócratas y funcionarios del régimen! ¡No más tiendas ni mercados para ricos que se pagan en divisa con tarjetas especiales! ¡Basta de salarios de privilegios para los funcionarios del gobierno, del PCC y las Fuerzas Armadas! Que cobren el salario medio de un trabajador cubano. ¡No a las empresas capitalistas, mixtas o privadas! ¡Por un plan económico nacional de emergencia, con democracia obrera y popular, que termine con las desigualdades sociales, y con la corrupción de los altos funcionarios!

¡Por un plan de producción de alimentos, basado en la consulta a las y los productores, cooperativas agrarias, campesinos y las y los trabajadores de la industria alimenticia, que termine con la escasez y la importación del 80% de lo que se consume! ¡Por la recuperación de las conquistas en salud y educación logradas en los primeros años de la revolución! Menos gasto e inversión en hoteles de lujo y más inversión en salario, comida, viviendas, educación y salud.

El verdadero cambio de fondo en Cuba pasa por lograr un gobierno de la clase trabajadora, la juventud y el pueblo que avance en un verdadero socialismo sin represión y con democracia para el pueblo trabajador.

A continuación reproducimos el reportaje realizado por La Voz de los Trabajadores, periódico del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) de República Dominicana (UIT-CI). Se entrevista a Salomon Gustave, dirigente de la Red de Organizaciones Populares de la Zona Oeste (ROZO).

De la crisis que atraviesa Haití se habla con cierta frecuencia en los medios internacionales y dominicanos. En el caso de la prensa capitalista dominicana, casi sin excepción el tema se aborda desde la perspectiva del apoyo a la intervención del imperialismo en el vecino país, en sintonía con la posición del gobierno del PRM (Partido Revolucionario Moderno). Poco o nada se amplifican las voces del propio pueblo haitiano, de sus activistas más comprometidos, de sus dirigentes populares, sindicales, campesinos y de las organizaciones de mujeres. Es casi inexistente la difusión internacional de las salidas que desde el propio pueblo haitiano se proponen ante la crisis, a contracorriente de la permanente injerencia destructiva del imperialismo estadounidense. Es muy importante el rol que pueden jugar las organizaciones de trabajadores y de la izquierda en Latinoamérica y el Caribe para abrir brechas en este aislamiento internacional al que se ha sometido al pueblo haitiano, que sigue resistiendo a la opresión y la explotación en condiciones extremadamente difíciles.
Como parte del necesario esfuerzo por construir puentes de solidaridad con el pueblo haitiano, hemos entrevistado a Salomón Gustave, dirigente de la Red de Organizaciones Populares de la Zona Oeste (ROZO).
-La Voz de los Trabajadores (LVdT): Después de las grandes movilizaciones de 2018, 2019 y 2020, la huelga general de los días 18 y 19 de octubre, así como la del 25 al 27, tuvieron un gran impacto. Háblenos de la organización de esta huelga y de sus exigencias al gobierno de facto de Ariel Henry.

-Salomón Gustave (SG): Estas series de huelgas fueron organizadas por el sindicato de transportistas públicos, entre ellos el FOSSAH (Fos Sendikal pou sove Ayiti) dirigido por Jacques Anderson Derosche y la APCH (Association des Proprietaires et Chauffeurs d’Haiti) dirigida por Mehu Changeux. El objetivo de estos sindicatos estaba claramente formulado como “No a la inseguridad en el país”. Estos sindicatos querían sensibilizar y, al mismo tiempo, obligar al Primer Ministro Ariel Henry a asumir su responsabilidad.

-LVdT: Las agresiones a inmigrantes haitianos por parte de la policía fronteriza en Texas el 19 de septiembre tuvieron una gran repercusión, y el enviado especial del Departamento de Estado de Estados Unidos para Haití, Daniel Foote, dimitió para denunciar el maltrato a los inmigrantes y las deportaciones masivas. En su carta de dimisión, también criticó la negativa del gobierno estadounidense a reconocer el derecho del pueblo haitiano a la autodeterminación. Lamentablemente, hemos visto que otros gobiernos, como el de López Obrador en México, o el de Abinader en la República Dominicana, también tienen una política de persecución extrema contra los inmigrantes haitianos. ¿Qué reacciones provocó la dimisión de Foote en Haití? ¿Cuál es el origen de la actual ola migratoria y cuál debe ser la respuesta de las organizaciones de izquierda y antirracistas de la región a estas políticas represivas?

-SG: Hay un video en las redes sociales que muestra el carácter racista de los policías de Texas que estaban bajo el puente en la localidad de Del Río. Causó un gran revuelo en el mundo y fue un recordatorio de las acciones de los estadounidenses blancos racistas contra personas pobres y negras inocentes. Daniel Foote no hace más que repetir lo que los haitianos, las organizaciones de derechos humanos en Haití y en el extranjero han venido planteando. Reconoce que las políticas de su país tienen un impacto negativo. La única manera de resolver el problema de los inmigrantes y otros es romper con esta política de dominación de Estados Unidos sobre Haití. Haití debe elegir libremente su propio camino.

En cuanto a la política antimigratoria, no nos sorprende. Tanto como el presidente López Obrador, Abinader es un lacayo del gobierno estadounidense. Actúa según los deseos de su amo para ganarse su confianza y asegurar su protección. ¿Qué más se puede esperar de un Abinader? ¡Absolutamente nada! Su comportamiento actual en el caso de los estudiantes haitianos nos lo revela, decidió suspender el otorgamiento de visados, con el pretexto de evitar la invasión de las bandas en la República Dominicana. Pero en el pasado el gobierno dominicano recibió y apoyó a paramilitares como Guy Phillipe, Ernest Ravix y Jodel Chamblain. Si el gobierno de Estados Unidos le pide al gobierno dominicano recibir a líderes de bandas para que se exilien, ¿qué responderá éste último?

En cuanto al problema de la migración, no es nuevo. No quiero hacer la historia de la migración haitiana. Pero sabemos que comenzó con la ocupación estadounidense de Haití. Los motivos actuales de esta nueva oleada siguen siendo los mismos: violencia, miseria, desempleo e inseguridad general. La diferencia entre el período pasado y el actual de la inmigración es la combinación y el juego de los actores locales e internacionales. El actor local, las pandillas, no existía antes.

-LVdT: ¿Cuál es la situación en relación con las bandas criminales?

-SG: Tienen vía libre y son los únicos amos a bordo después del Core Group, encabezada por la embajada americana. Imponen su voluntad a quien quieren. El ejemplo del 17 de octubre de 2021, cuando impusieron al Primer Ministro Ariel Henry es ilustrativo. Hay numerosos ejemplos de connivencia y convergencia de intereses entre las pandillas y sectores mafiosos de la derecha política. Toda la situación de seguridad generada con el auge de estos grupos es consecuencia directa del régimen de ocupación extranjera de catorce años por parte de la Minustah.

Estados Unidos tiene responsabilidad incluso en el hecho de que los financistas y organizadores del atentado contra Jovenel Moïse están residenciados en Florida y no han sido procesados criminalmente por el gobierno de Estados Unidos. Asimismo existen señalamientos sobre la posible participación de Claude Joseph y Ariel Henry en el atentado. Moïse era agente del imperialismo estadounidense, pero decidieron deshacerse de él cuando dejó de servirles.

-LVdT: ¿Es posible presentar una alternativa de los trabajadores y la izquierda para salir de la crisis?

-SG: Desde 2018, los movimientos de protesta en las calles exigen un nuevo sistema. El hecho es que somos el país más pobre de América. No somos capaces de satisfacer las necesidades más básicas de los necesitados. Tenemos una tasa de inflación del 12,7%, un déficit comercial, un crecimiento nulo y un desempleo endémico. No hace falta decir que es necesario sustituir este sistema injusto por otro verdaderamente justo. La redistribución de la riqueza es una necesidad absoluta para reducir la brecha entre las clases sociales y atender a las urgentes necesidades de las masas en Haití. Tenemos un sistema de apartheid social que no dice su verdadero nombre. La brecha social es demasiado grande. Estamos al borde de una explosión social. Por eso promovemos estas ideas de cambio de fondo. Creemos que si logran penetrar en las masas, serán la salvación de Haití.

Dedicada a la dura derrota política-militar que ha sufrido el imperialismo norteamericano en Afganistán, al desgaste de los gobiernos capitalistas ajustadores, a la crisis ambiental, a la derrota electoral del gobierno peronista en Argentina y a las luchas de los pueblos del mundo.
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