Sep 03, 2024 Last Updated 11:24 PM, Sep 2, 2024

Escribe Gabriel Massa

El 18 de julio el Knesset (Parlamento de Israel) votó por escaso margen -62 votos contra 55- una ley que declara a Israel “Estado nación del pueblo judío” en el que solo “los judíos tienen derecho a su autodeterminación”. Se establece además que el hebreo es la única lengua oficial, anulándose así el árabe como segunda lengua. Además, la ley declara a Jerusalén capital de Israel. Y da apoyo explícito y alienta la fundación de más colonias 
en los territorios ocupados por las tropas israelíes en Cisjordania.

Israel, que no tiene constitución, se rige por “leyes fundamentales” votadas por su Parlamento. Esta nueva ley fundamental, la número 12, va directamente en contra del texto de la declaración fundacional del Estado de Israel en 1948 que sostenía “la completa igualdad de derechos sociales políticos” para “todos sus habitantes” sin importar su religión, raza o sexo. Lo que supuestamente otorgaba plena ciudadanía al 20 por ciento de población árabe palestina y otras minorías que habitan el territorio. En realidad esa declaración era solo una cortina de humo para ocultar que la fundación de Israel era un robo de sus tierras al pueblo palestino. Lo que requirió un genocidio con cientos de miles de árabes asesinados y millones desplazados hacia los países vecinos.
La resolución inicial de la ONU avalada por Estados Unidos, las potencias europeas y la Unión Soviética entonces gobernada por Stalin, aseguraba que los palestinos tendrían su propio Estado en la mitad de lo que era su territorio, abarcando Cisjordania y Gaza y teniendo a Jerusalén como su capital.
Sin embargo, en sucesivas guerras contra las naciones árabes, Israel tomó el control militar de las tierras supuestamente reservadas para los palestinos, obligando a éstos a sobrevivir en campos de refugiados o ciudades ocupadas durante décadas, o a emigrar. Al mismo tiempo impuso continuas medidas de opresión contra los residentes árabes al interior de Israel lo que los ubicó como ciudadanos de “segunda”.
Lo que intenta el gobierno de Benjamin Netanyahu, con pleno aval de Donald Trump, es continuar una nueva ofensiva contra el pueblo palestino buscando legalizar esa situación de hecho de control militar y político por Israel de todo el territorio de la antigua Palestina. Esa nueva ofensiva tuvo su antecedente más inmediato en el traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv -la actual capital de Israel- a Jerusalén el pasado 14 de mayo. Dicho traslado fue respondido con multitudinarias movilizaciones de protesta del pueblo palestino en Gaza, reprimidas a sangre y fuego por las tropas sionistas.

La falsa solución de “los dos Estados”
Voceros de la Unión Europea se unieron al Vaticano y a grupos árabes y políticos judíos opositores en Israel y en Estados Unidos, asegurando que la nueva ley establece un “apartheid” contra los palestinos en Israel. En realidad, ese apartheid existe desde la fundación del Estado de Israel y se ha ido profundizando con el correr de las décadas. Lo que hay que denunciar es que lo que se pretende es darle un mayor estatus “legal” al régimen racista, genocida y de expansión militar permanente contra los árabes que existe en Israel desde su fundación.
Al mismo tiempo la Unión Europea y sus aliados aseguran que la nueva ley entorpece los esfuerzos por concretar la salida de “los dos Estados”. Esta salida, que surge de acuerdos firmados entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en 1992 en la ciudad de Oslo, reafirmaba el derecho de los palestinos a tener su propio “Estado” junto al de Israel, ocupando Cisjordania (margen occidental del río Jordán) y Gaza, con capital en Jerusalén oriental. 
Con la firma de ese acuerdo la OLP instaló un “gobierno” de la “Autoridad Palestina” en la ciudad de Nablus, que supuestamente ejerce soberanía sobre Cisjordania y Gaza. Pero en los hechos la presencia militar israelí nunca cesó como nunca abandonó su control de la totalidad de Jerusalén y su pretensión de convertirla en su capital.
La realidad ha demostrado que frente a ese monstruo racista y genocida permanente que es Israel la salida de los dos Estados es una utopía. La única salida para terminar con el régimen de apartheid es con la destrucción de Israel y la construcción de un Estado palestino laico, democrático y no racista en todo el territorio de Palestina. La nueva agresión que significa la ley votada ahora por el Knesset tendrá tarde o temprano también su respuesta del heroico pueblo palestino, el que, más allá de las traiciones de sus dirigentes, nunca ha dejado de luchar por el derecho a su existencia.

Daniel Ortega se envalentonó luego de que su “operación limpieza” lograra desalojar la semana pasada a los activistas en las calles y barricadas de Masaya y otras localidades. Ahora rechaza toda negociación con la Iglesia Católica y otros sectores para adelantar elecciones, pero siguen las movilizaciones masivas en Managua.
Miles de militares, policías y paramilitares se han lanzado en todo el país reprimiendo duramente a los manifestantes que reclaman que se vaya Ortega, al que denuncian por corrupto y dictador. Hasta el 10 de julio se contaban 306 civiles muertos entre la oposición al gobierno y 45 bajas entre las fuerzas represivas. Esa cifra necesariamente habrá aumentado con el accionar represivo de los últimos días, en particular durante el ataque a Masaya el 18 de julio.


A pesar de la durísima represión y de que el gobierno salió a rechazar cualquier negociación sintiéndose fortalecido, el 20 de julio hubo una gran movilización en Managua con miles de manifestantes reclamando el fin de la represión y que se vaya Ortega.
Mientras tanto el imperialismo yanqui pretende presionar al gobierno de Ortega con nuevas sanciones económicas contra Nicaragua. Como sabemos, esas sanciones golpean fundamentalmente al pueblo y no favorecen ninguna salida positiva. Tampoco responde a las demandas del pueblo movilizado la postura de la Iglesia Católica de negociar un adelanto de las elecciones presidenciales (que deberían ser en 2021) para 2019 y controladas por el mismo gobierno de Ortega.
Como venimos sosteniendo desde estas páginas la solución pasa por seguir avanzando con la movilización, la organización popular y la formación de comités de autodefensa la constitución de una coordinadora de la juventud y el campesinado para terminar con el gobierno patronal y represivo de Ortega avanzando hacia un gobierno de los trabajadores, los campesinos y la juventud.
G.M.

Martes 10/4, 14 hs., Cancillería (Esmeralda 1212, frente Pza. San Martín) 

Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda realizará un acto frente a la Cancillería Argentina en repudio a la visita de Rajoy. El Diputado Nacional de Izquierda Socialista en el FIT, Juan Carlos Giordano, quien será el orador del mismo, señaló: “Vamos a repudiar al presidente ajustador y represor del pueblo catalán que visita nuestro país de la mano de Macri”.

Giordano, agregó: “Macri va a declarar ciudadano ilustre y recibe con todos los honores al presidente corrupto y represor del pueblo catalán, Mariano Rajoy. Rajoy, la monarquía y su justicia tiene detenidos a dirigentes y trabajadores que luchan por la independencia de Cataluña. Desde el referéndum de fines del año pasado donde ganó el SI, Rajoy y sus fuerzas represivas contestó con presos, 1.500 heridos, agresiones fascistas, páginas web censuradas y otros atropellos. Ante la venida de Rajoy ratificamos todo nuestro apoyo al pueblo catalán en su lucha por la autodeterminación nacional y reclamamos por la libertad de todos los presos”.

Giordano finalizó: “Rajoy viene con 70 empresarios para seguir haciendo negociados. Rajoy es representante de Repsol, Telefónica, los bancos Santander y BBVA, Indra (la del negocio con los escrutinios electorales) y Gas Natural Fenosa (beneficiada con los tarifazos del gas), entre otros empresarios mafiosos. Macri dice que estas patronales nos van a salvar, mientras la multinacional francesa Carrefour, por ejemplo, quiere despedir a cientos de trabajadores y la yanqui Cargill suspendió a otros tantos trabajadores en Argentina. ¡Fuera Rajoy representante de banqueros y multinacionales negreras y explotadoras!”

Contacto:

Juan Carlos Giordano

Teléfono: 15-3119-3003

Twitter: @GiordanoGringo

Del 30 de marzo al 1° de abril, en la localidad de Juiz de Fora, Brasil se realizó el Octavo Encuentro de Mujeres Estudiantes (EME) que reunió cerca de dos mil participantes de todas las universidades del país. Este año se convocó bajo el lema “La resistencia de las mujeres en las universidades y en las calles” y tuvo como eje central el pedido de justicia por Marielle Franco, la concejala negra, feminista, lesbiana y defensora de los derechos humanos del PSOL que fue asesinada el pasado 14 de marzo por ser una de las voces que más se opuso a la intervención del ejército y militarización de Río de Janeiro.

La Corriente Socialista de Trabajadores (CST), partido hermano de Izquierda Socialista e integrante del PSOL, participó con una nutrida delegación de mujeres estudiantes representantes de cuatro universidades, referenciadas en la agrupación juvenil Vamos A Luta. Nuestra compañera Mercedes Trimarchi, diputada electa por la provincia de Buenos Aires y dirigente de la agrupación Isadora, participó del EME con el objetivo de intercambiar experiencias sobre la organización del movimiento de mujeres en ambos países y, fundamentalmente, para fortalecer la campaña de justicia por Marielle.

Además de intervenir en el acto de apertura y en las comisiones de debate, Vamos A Luta organizó una charla titulada “Ni Una Menos - Marielle Vive” en la que Mercedes expuso acerca de la importancia de la organización internacional de las mujeres y de continuar el legado de Marielle, señalando que “repudiamos este crimen político, no queremos impunidad sino justicia. Y estamos preparadas para continuar su lucha por un mundo feminista y socialista”.

A su vez, remarcó la pelea que se está llevando adelante en Argentina para lograr el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, reclamo con el que se solidarizaron las mujeres brasileras porque allí también el aborto clandestino se cobra la vida de las mujeres pobres y jóvenes. Incluso vienen resistiendo desde el año pasado un intento de diputados conservadores y religiosos para eliminar las causales que habilitan el derecho al aborto: violación, peligro de vida de la mujer y malformaciones fetales graves.

Desde 2015, Brasil con su primavera feminista se suma, al igual que Argentina, a la oleada de movilizaciones de mujeres que recorre el mundo, exigiendo el fin de las violencias machistas, los femicidios y por el aborto legal. El pasado 8M, en el segundo Paro Internacional de Mujeres, quedó demostrada la fortaleza del movimiento feminista que en todo el mundo sale a las calles por sus derechos y contra los planes de ajuste de todos los gobiernos.

Escribe Mariana Morena

“Soy partidario del traslado forzoso, no veo nada inmoral en él.” Así se expresaba el líder sionista David Ben Gurion en 1938, insinuando el plan de limpieza étnica que diez años después el movimiento sionista ejecutaría en Palestina para crear un Estado exclusivamente judío, supuestamente sobre “una tierra vacía”.

A partir de marzo de 1948, la política sionista apuntó a la expulsión forzosa y sistemática de vastas áreas rurales y urbanas del país. De este modo, el Plan D (Dalet en hebreo) fue el más contundente proyecto para Palestina. Al término de seis meses, se expulsó a más de la mitad de su población nativa (cerca de 800.000 personas), se destruyeron 531 aldeas y se vaciaron once barrios urbanos.

 

Un plan sistemático de limpieza étnica

Las operaciones de limpieza étnica comenzaron en diciembre de 1947, una vez que la ONU definió la partición de Palestina en dos Estados, con la ciudad de Jerusalén bajo un régimen internacional especial (Resolución 181 de la Asamblea General, 29/11/1947). Lo hizo capitulando a las exigencias nacionalistas del sionismo y buscando compensar a los judíos por los horrores del genocidio nazi en Europa. De esta forma, se les entregó un territorio que abarcaba más de la mitad del país, con la mayor cantidad de tierra fértil y que incluía unas cuatrocientas aldeas palestinas. Los sionistas se lanzaron a la ofensiva y en diciembre comenzaron las primeras acciones contra unas pocas aldeas indefensas, que se intensificaron en los meses siguientes.

El 10 de marzo de 1948 se adoptó el Plan Dalet, que sería desarrollado por un ejército profesional que llegó a contar con 80.000 soldados bien entrenados, la Haganá (hasta entonces cuerpo paramilitar sionista en la zona); fuerza aérea, tanques, vehículos blindados, artillería pesada y lanzallamas. Operaron junto con otras organizaciones terroristas: el Irgún, dirigido por Menachem Begin (futuro primer ministro), la banda de Stern (Lehi) y las unidades de comando especiales del Palmaj. Las fuerzas sionistas recibieron órdenes militares donde se asignaba a cada unidad una lista de aldeas y barrios, detallando los métodos que deberían emplearse para el desalojo por la fuerza de los palestinos. Entre ellos, la intimidación a gran escala, el asedio y bombardeo, el incendio y demolición de propiedades, el saqueo, la expulsión y transferencia, el envenenamiento de fuentes de agua potable y la siembra de minas entre los escombros para impedir el regreso. La expulsión masiva fue acompañada de masacres, violaciones, torturas, encarcelamiento en campos de trabajo forzoso y actos de terrorismo.

Einstein condenó la masacre

La primera avanzada del Plan Dalet ocurrió entre abril y mayo de 1948. Se seleccionaron las aldeas rurales de las laderas occidentales de las montañas de Jerusalén, a lo largo de la carretera hacia Tel Aviv, con la orden de que no se perdonara a ninguna. Una por una fueron rodeadas, atacadas y ocupadas, sus habitantes expulsados y sus edificaciones demolidas, algunas veces acompañadas por masacres como la de Deir Yassin, una aldea pastoril que tenía un acuerdo de no agresión con la Haganá.

Los soldados judíos del Irgún y Lehi irrumpieron en la aldea con fuego de ametralladora, matando a muchos de sus habitantes. Después reunieron al resto y los asesinaron a sangre fría, decapitándolos, destripándolos, violando mujeres y maltratando cadáveres. Finalmente, se dinamitaron las casas que todavía quedaban en pie. Algunos sobrevivientes fueron paseados en camiones por las calles de Jerusalén Occidental, mientras los residentes judíos los insultaban, escupían y lanzaban piedras.

La masacre de Deir Yassin impulsó el éxodo masivo de los palestinos aterrorizados. Albert Einstein y otros judíos reconocidos de Nueva York la condenaron en una carta publicada el 4 de diciembre de 1948 en el New York Times.
El Estado de Israel se constituyó meses después sobre masacres como esta. Y no ha dejado de oprimir, asesinar y expulsar palestinos hasta el día de hoy. Los socialistas revolucionarios seguimos impulsando la solidaridad incondicional con el pueblo palestino, el retorno de los refugiados, el fin del Estado racista y terrorista de Israel y el establecimiento de un único Estado en Palestina, laico, democrático y no racista.

 

Fuentes: Ilan Pappé, La limpieza étnica de Palestina, Crítica, Barcelona, 2008. | “La masacre del poblado palestino de Deir Yassin: por qué el mundo nunca debe de olvidar”, Palestinalibre.org, 2008. | “Testimonies from the censored Deir Yassin Massacre: ‘They piled bodies and burned them’”,
Haaretz, 2017.

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