Jul 16, 2024 Last Updated 6:38 PM, Jul 16, 2024

Izquierda Socialista

Redacción de Izquierda Socialista y de El Socialista

La reunión del Consejo del Salario fue una vergüenza. Al finalizar, Macri decretó un aumento miserable. La burocracia sindical y la oposición patronal dejan pasar este nuevo robo salarial. Solo el sindicalismo combativo y la izquierda proponen enfrentarlo.

Escribe Rubén “Pollo” Sobrero, secretario general de la Unión Ferroviaria seccional Oeste y candidato a diputado provincial por Buenos Aires

El 30 de agosto pasado se realizó la reunión del Consejo del Salario. En él, representantes del gobierno, las patronales y la burocracia de la CGT y las CTA discutieron la actualización del Salario Mínimo, Vital y Móvil, que estaba en la absurda cifra de 12.500 pesos. 

La CGT había dicho que iba a esa reunión a “exigir” 140% de aumento, elevando así el mínimo a 31.934 pesos, el valor de la canasta básica antes de la devaluación. Claro que aclarando que no estaba “ni en estudio” la posibilidad de una medida de fuerza para imponerla.

El resultado final de la reunión estaba cantando: ni bien salieron de la reunión, el gobierno decretó un aumento del 35% en tres tramos, no acumulativos: 13% en agosto; 12% en septiembre y 10% en octubre, que llevará el mínimo a 16.875 recién en ese entonces. ¡Una vergüenza! ¡La mitad de lo que se necesita para no ser pobre! Todo esto en medio de la disparada del dólar y su inexorable efecto en la inflación, que se calcula que este año superará el 60%. Así Macri continúa metiendo la mano en los bolsillos del pueblo trabajador y condenándonos a la miseria y pobreza.
El valor en que se establece el salario mínimo es muy importante. Hay tres millones de trabajadores registrados que cobran ese importe. Y otros cinco millones en negro, que perciben aún menos y frente a los cuales las patronales usan la referencia del “mínimo vital y móvil” para pagarles. Además, por ejemplo, el salario mínimo inicial docente está fijado en un 20% más del mínimo vital y móvil, por lo que quedará debajo del nivel de la pobreza. Y la jubilación mínima se fija en un 82% del valor del salario mínimo.

¡Hay que frenar este atropello! Sin embargo, más allá de las expectativas que tienen amplios sectores, tenemos que decir que el peronismo en todas sus variantes, lo ha dejado pasar. El binomio Fernández- Fernández, Massa, los gobernadores, el kirchnerismo, la burocracia sindical, Lavagna, el papa Francisco, aunque todos “critican”, dejan que Macri haga el “trabajo sucio”, el “ajuste” del FMI, que sumerge en la miseria generalizada al pueblo trabajador. Dicen que es por la “gobernabilidad”, pero están siendo cómplices del ajuste y lo aplican donde gobiernan.

El Frente de Izquierda y el Sindicalismo Combativo contra el ajuste

El sindicalismo combativo y la izquierda marchamos el 30 de agosto a la Secretaría de Trabajo, donde se reunía el Consejo del Salario. Fuimos a reclamar un aumento de emergencia igual a la canasta familiar, y a exigir que la CGT y las CTA que rompan la tregua con el gobierno y convoquen a un paro general, que sea el inicio de un plan de lucha para derrotar el ajuste.

A diferencia del peronismo, proponemos medidas de emergencia contra la miseria: un aumento de emergencia que lleve a que nadie cobre menos de 48.000 pesos, valor de la canasta familiar calculada por los trabajadores de ATE- Indec;  que la jubilación mínima sea  de 33.973 pesos, según cálculos de la Defensoría de la Tercera Edad y la inmediata implementación de 82 % móvil para los jubilados.

Somos los únicos que decimos que hay que decirle no al FMI, pues ninguna política económica independiente y a favor de los trabajadores puede llevarse adelante si nuestro país permanece atado a sus dictados. Hay que dejar de pagar  la deuda externa, para usar ese dinero para salarios, trabajo, vivienda, salud y educación. Por eso, también en las elecciones de octubre, no hay que votar a quienes se niegan ahora a defender y luchar por los derechos de los trabajadores y el pueblo. Llamamos a votar al Frente de Izquierda Unidad, para demostrar que somos muchos los que no estamos de acuerdo con cumplir el ajuste del FMI. Para meter diputados de izquierda que acompañan todas las luchas y denuncian a todos los gobiernos hambreadores. Y para fortalecer una alternativa política de la izquierda y los trabajadores.
  

Tags

Responsabilizamos por los incendios que están devorando el Amazonas al derechista presidente brasilero, Jair Bolsonaro, con el apoyo de Donald Trump. También se están quemando casi 10.000 km cuadrados en el bosque seco chiquitano de Bolivia, bajo el gobierno de Evo Morales. Ambientalistas han calculado que recuperar el bosque puede llevar entre 100 y 200 años. Llamamos a parar este desastre con la movilización.

Escribe Miguel Lamas

La Amazonia es la mayor selva tropical del mundo. Abarca 7 millones de kilómetros cuadrados, cubre casi el 40% de Brasil y se extiende por otros ocho países. El Amazonas provoca las lluvias para irrigar los suelos y amortigua el calentamiento global. Posee la mayor biodiversidad y cuenca hidrográfica del mundo, la reserva del 20% del agua dulce disponible en el planeta y en ella habitan diversos tipos de plantas, peces, mamíferos, aves e insectos. Posee 35 millones de habitantes, tres millones de ellos son indígenas. Esto es lo que se está destruyendo.

Bajo el gobierno Bolsonaro se ha incrementado un 50% la deforestación y un 85% los incendios forestales desde 2018. Los terratenientes -a quienes Bolsonaro defiende y representa-, deforestan indiscriminadamente y luego producen las quemas para usar esas tierras para el agro negocio, avasallando a los pueblos originarios, privando de oxígeno a la humanidad y liquidando las reservas de fauna y flora.

Bolsonaro, mientras culpa a las ONG de los incendios, “relajó” las reglas de preservación y protección del medio ambiente y las reservas indígenas, hizo recortes presupuestarios, persigue y despide a empleados y especialistas (como el presidente del INPE despedido a principios de este mes) y “reestructuró” importantes organismos como el ICMBio (con recortes presupuestarios en marzo de 5,4 millones de reales para la inspección y la lucha contra incendios) y la reducción del 50% del presupuesto del IBAMA para PrevFogo (prevención de incendios), según denuncia nuestro partido hermano de Brasil, la CST/PSOL.

Los incendios son parte de la expansión de la frontera agrícola en beneficio de los terratenientes, multinacionales y grandes empresarios. Los distintos gobiernos, como el de Bolsonaro, obedecen a los mandatos de las multinacionales de la alimentación y el “biocombustible” (gasolinas fabricadas con vegetales), muchas de ellas impulsando los monocultivos en el Cono Sur. En gran parte para la ganadería, también para la soja transgénica (resistente a la sequía y venenos) y el azúcar para producir biocombustibles.

El flagelo de la deforestación, que se vino dando también bajo los anteriores gobiernos de Lula-Dilma Rousseff y el PT, ahora se acrecentó.
En Bolivia, por su parte, el vicepresidente García Linera prometió públicamente el año pasado a los agroindustriales deforestar 10.000 km cuadrados anuales. En el mes de julio un decreto de Evo Morales autorizó la “quema controlada” (lo cual es imposible), desatando el incendio en gran escala. Y en el caso de Argentina, se está entre los diez países del mundo que más destruyen sus bosques. Con Mauricio Macri y los gobernadores peronistas, a pesar de la Ley de Bosques, en 2018 se deforestaron 112.766 hectáreas de las cuales el 40% pertenecen a bosques protegidos.

Hay que salvar al planeta
Los grandes negocios con el suelo, el aire y el agua están llevando a nuestro planeta a la destrucción. Los incendios no hacen más que agravar la situación climática mundial. Un reciente informe de la ONU elaborado por 250 científicos sobre el cambio climático pronosticó que en 2050 la tierra será inhabitable para la especie humana, culpa del calentamiento global. Esto a pesar de los acuerdos que firman los gobiernos imperialistas simulando combatir ese mal, mientras Estados Unidos y China son los dos países con mayores emisiones de dióxido de carbono (CO2) del mundo.

La última cumbre climática llevada a cabo en Polonia el año pasado no tiene compromisos concretos. Estados Unidos se retiró del Acuerdo de París en 2017 firmado por 195 naciones en 2015 que establece una “reducción voluntaria” de las emisiones de CO2 que producen los combustibles fósiles al quemarse. El presidente francés Emmanuel Macron ha sancionado a Brasil posando de ambientalista, cuando él mismo aplicó un aumentazo a los combustibles y reprimió a los chalecos amarillos, siendo el jefe de multinacionales depredadoras francesas.

Aunque el G7, que agrupa a los principales países imperialistas, resolvió una ayuda para combatir los incendios amazónicos, los principales beneficiarios de la destrucción del Amazonas son las multinacionales agroindustriales, como la norteamericana alemana Monsanto-Bayer, la suiza Syngenta, Dupont Pioneer, Dow y Basf, que son las que venden semillas transgénicas, fertilizantes y agrovenenos en todo el mundo.

Los socialistas luchamos para combatir de raíz a este sistema capitalista y reemplazarlo por el socialismo, que expropie a quienes nos llevan a la destrucción (terratenientes, megamineras, petroleras, multinacionales de las semillas, etcétera). En ese camino, ponemos toda nuestra fuerza para acompañar, impulsar y ser parte de las luchas juveniles, campesinas, obreras e indígenas por la defensa del medio ambiente y los recursos naturales, impulsando las movilizaciones que se dan hoy en Brasil y Bolivia, exigiendo medidas contra los incendios de la selva y la prohibición de la deforestación.

La enorme derrota electoral que sufrieron Macri y Cambiemos generó un terremoto político en el gobierno con el fracaso de su reelección. Sectores de luchadores y de izquierda, incluso en partidos del FIT-Unidad, impactados por esta derrota, plantean equivocadamente que la gran tarea de los revolucionarios y la izquierda, sería “que se vaya Macri ya” y, como dicen el MST y la Tendencia de Altamira, “se convoque a una Asamblea Constituyente”.

Escribe Guillermo Sánchez Porta

En el día a día, la brutal devaluación, el aumento de los precios, dándonos un nuevo golpe a nuestro salario y aumentando la pobreza, genera en todas las familias trabajadoras la pregunta de cómo llegar a fin de mes.

Después de las PASO hay certeza que el futuro gobierno será encabezado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Por eso, ya al día siguiente, diferentes grupos empresariales y hasta la delegación del FMI buscaron entrevistarse con Alberto Fernández. Lo mismo hicieron los burócratas de la CGT y las CTA quienes, en acuerdo con Fernández, dijeron que “no van a hacer ningún paro general” para evitar la “desestabilización en la transición al nuevo gobierno” y que se llegue a las elecciones en octubre. O sea, que van a seguir dejando pasar este nuevo ajuste anti popular.

Sectores de izquierda, impactados por la gran derrota de Macri y las declaraciones del FMI (que dijo y luego desmintió que hay “vacío político”) consideran que hay que poner el centro de la política en “Que se vaya Macri”, como si estuviéramos en diciembre de 2001. La situación es muy distinta. El movimiento de masas y los trabajadores no hemos ganado aún las calles en repudio al ajuste y al gobierno de Macri, como sí lo hicimos masivamente en el Argentinazo que tiró a De la Rúa al grito de “que se vayan todos”. Además, el resultado de las PASO si bien liquidó a Macri, fortaleció una nueva alternativa de poder patronal, una nueva alianza del peronismo unificado, con Alberto, el kirchnerismo, Massa, los gobernadores, los intendentes del conurbano, los movimientos sociales “San Cayetano”, las burocracias de la CGT y CTA y la Iglesia de Francisco.

Por eso hay una alternativa clara de gobierno si se va Macri: Alberto Fernández y el Frente de Todos. El “vacío político” a que se refiere el FMI es la incapacidad y debilidad política de Macri para tomar las medidas de ajuste necesarias en esta coyuntura, la inutilidad de hacer hoy algún acuerdo con su gobierno y la necesidad de esperar hasta que Fernández asuma.

¿“Que se vaya Macri” para que asuma Alberto Fernández?
Entre los luchadores, la izquierda y muchísimos trabajadores, la idea de que Macri se vaya cuanto antes genera entusiasmo. Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda queremos derrotar su ajuste y que se vaya, para aplicar otro plan económico, con medidas alternativas, que ajusten a los de arriba. Pero para cualquier trabajador hoy decir “que se vaya Macri” no tiene otra lectura que decir “que asuma Alberto ya”. Esta es la realidad.

Por eso la principal tarea que tenemos los revolucionarios es buscar la más amplia movilización obrera y popular para enfrentar este nuevo ajuste. Como lo están haciendo los trabajadores de Chubut. Ese es el camino para derrotar al FMI.
Si lográramos arrancar un nuevo paro nacional de la CGT-CTA, con una fuerte movilización nacional y derrotar este nuevo ajuste, ahí el gobierno de Macri quedaría posiblemente en el aire. En ese momento la gran discusión sería “¿quién debe reemplazar a este gobierno?”. Y la izquierda debería impulsar un gobierno de los trabajadores y el pueblo, no una salida patronal dentro del régimen democrático burgués, como lo plantean el MST y la Tendencia de Altamira, al proponer una “Asamblea Constituyente”. También poner hoy como centro del llamado a un paro de 36 horas “para que se vaya Macri”, es un error que lleva al oportunismo político.

El MST dice que con la derrota electoral “el macrismo está deslegitimado”. Por eso plantea “que se adelanten las elecciones presidenciales” y que las mismas sean “para que se convoque a una Asamblea Constituyente”, donde el pueblo resuelva con sus diputados constituyentes electos las medidas para salir de la crisis. La realidad es que el adelantamiento de las elecciones sería para que Alberto asuma antes. Y una Asamblea Constituyente daría una mayoría abrumadora del Frente de Todos, seguidos por Cambiemos. ¿Alguna de esas dos salidas puede servir para superar la crisis económica de los trabajadores y derrotar el ajuste del FMI? ¿Una Constituyente controlada por los partidos patronales pueden aprobar las medidas de emergencia que proponemos como FIT-Unidad, el no pago de la deuda, la nacionalización de la banca, la reestatización de las privatizadas y un aumento general de salarios y jubilaciones? De ninguna manera. El camino que propone el MST lleva a los trabajadores y al pueblo a un callejón sin salida y los desvía de la tarea central, la movilización.

Plantear, como propone Altamira y diferentes agrupaciones, que el paro general debería ser “para echar a Macri”, no ayuda a masificar la movilización contra el ajuste del FMI.

Las salidas que propone el MST terminan siendo desmovilizadoras y electoralistas y, de implementarse, llevarían a variantes patronales. Sólo un gobierno de los trabajadores y de la izquierda podrá tomar las medidas de fondo que necesitamos para salir de la crisis, rompiendo definitivamente con el imperialismo y el FMI. Y para ello es indispensable profundizar la movilización obrera y popular que derrote al gobierno y su ajuste.

Estos y otros debates se han dado tanto en la Mesa Nacional del FIT-Unidad, como en diferentes encuentros, asambleas sindicales y el Plenario del Sindicalismo Combativo. Las declaraciones del FIT-Unidad y del Plenario del Sindicalismo Combativo y las acciones que estamos convocando unificadamente, se han dado en el marco correcto de salir a enfrentar el ajuste exigiendo un paro general CGT-CTA y a pelear por el no pago de la deuda y un plan económico alternativo obrero y popular, contra Macri y denunciando al Frente de Todos. Sin generar expectativas en ninguna salida electoral dentro del régimen. Ese es el camino a profundizar.


El PTS reivindica al parlamento burgués

Apenas asumió el nuevo ministro de economía Hernán Lacunza, propuso a todos los candidatos presidenciales reunirse para discutir medidas para salir de la crisis. Nuestro candidato presidencial Nicolás del Caño, del PTS, rechazó la invitación, declarando que “no tenemos nada que consensuar con Lacunza”. Los principales referentes del PTS coincidieron en expresar que “convocan para compartir el ajuste. A eso llaman diálogo. Respondemos que hay que romper con el Fondo, invertir las prioridades y tomar medidas de emergencia a favor de las mayorías populares. Para discutir está el Congreso, nada de espaldas al pueblo”, “El Congreso Nacional no puede seguir de vacaciones. Proponemos convocar en forma inmediata a sesión, desde la oposición hay que hacer un llamado urgente”, dijo Miriam Bregman. “Que se haga un debate allí, televisado”, insistieron Del Caño y Cristian Castillo. (laizquierdadiario.com)

Para Izquierda Socialista es correcto no buscar ningún consenso con el gobierno de Macri. Efectivamente, tenemos un programa de gobierno opuesto, no pagar la deuda y tomar medidas para que la crisis la paguen las multinacionales, no los trabajadores y el pueblo. Pero no coincidimos con el PTS en reivindicar o embellecer el rol del parlamento burgués, televisado o no. Para nosotros el Congreso es “una cueva bandidos”, de representantes de las multinacionales y los empresarios, la iglesia y los terratenientes. Nada bueno para los trabajadores puede salir de allí. La única manera que el parlamento adopte alguna medida a favor de los trabajadores es si está acosado por una fuerte movilización social que se la imponga. La política de la izquierda revolucionaria es discutir y debatir con los trabajadores y sus organismos las propuestas para salir de la crisis. Y que sean acompañadas por la lucha y la movilización para imponérselas a los gobiernos patronales, desenmascarando el rol de agentes de la burguesía y de las multinacionales de los parlamentarios, mientras fortalecemos una alternativa de izquierda y de los trabajadores como opción de gobierno. Rechazamos este criterio “parlamentarista burgués” que equivocadamente plantean los compañeros de PTS.

Escribe Mercedes de Mendieta, Legisladora electa de Izquierda Socialista/FIT y candidata a legisladora porteña

Bajo el grito de #YoSiTeCreo y “No Me Ciudan, Me Violan” la movilización feminista sacudió el país contra la violencia sexual y la falta de respuesta política del gobierno de López Obrador. La noticia de la violación de una joven de 17 años por un grupo de 4 policías fue el detonante de una nueva oleada de movilizaciones que pusieran al descubierto la crítica situación que viven las mexicanas, que salen a la calle sin saber si volverán.

Es que hablamos en un país dónde los índices de violencia de género son los más altos de la región y dónde ocurren 4 violaciones por hora y tres femicidios por día. Tan solo en la ciudad de México se registraron 3.233 delitos sexuales de enero a julio, según cifras oficiales. Pero el 93% de los delitos quedan sin resolverse.

El hartazgo del movimiento feminista, volvió a las calles para exigir el fin de la impunidad y de las violaciones y la violencia patriarcal. La llegada del progresista López Obrador al gobierno mexicano y de Claudia Sheinbaum, la primera mujer jefa de gobierno de la Ciudad de México, había generado expectativas en que darían respuesta ante la situación que viven diariamente las mujeres. Pero ante la primera movilización ocurrida el 12 de agosto, la jefa de gobierno dijo que “no caería en provocaciones” y deja abierta posibles investigaciones sobre las participantes de las acciones. La respuesta del movimiento feminista fue reforzar la movilización bajo el lema #ExigirJusticiaNoesProvocación, y se realizaron acciones en 14 estados.

Las compañeras de nuestro partido hermano del MAS de México, participan activamente de este movimiento para desarrollar la organización independiente de las mujeres contra la impunidad y exigiendo al gobierno del López Obrador respuestas políticas contra la violencia patriarcal. Un nuevo grito de lucha se levanta en México, con miles de mujeres en todo el país luchando contra la violencia patriarcal que escribe un nuevo capítulo en este proceso mundial de luchas feministas.

Tags

Editorial

La palabra crisis es la más citada en diarios, portales y canales. También es la que más surge en los lugares de trabajo o en cada mesa familiar. Crisis económica, crisis política, crisis social. Se vuelven a recordar viejos nombres que parecían olvidados, como default, riesgo país, cepo… O se inventan nuevos, como “reperfilar”, para graficar la vieja receta para países como el nuestro que se endeudan, pagan hasta desangrarnos y después cuando llega un cuello de botella dicen que hay que renegociar… ¡para seguir pagando! Todo mezclado con nuevas postales, como las largas colas en los bancos ante el miedo a que se repita el corralito, las que se suman a las desoladoras imágenes de empresas cerradas, comedores populares abarrotados o la de los docentes y estatales de Chubut que, en el medio de tanta desolación, con su enorme dignidad paran, ocupan edificios y cortan rutas porque no cobran sus salarios.

A todo esto que los medios describen pero no le ponen nombre, para los socialistas son las terribles consecuencias del ajuste capitalista que aplican Macri y el FMI con la complicidad de los gobernadores.

Macri salió ampliamente derrotado de las PASO, pero sigue el ajuste, el hambre y la pobreza. Mientras desde el gobierno le dicen al pueblo trabajador “está todo controlado, hay que tener paciencia y esperar”, la descarga de la crisis es brutal. A tal punto que anunciaron un salario mínimo de 16.500 pesos a cobrar recién en tres meses, que representa la mitad de la canasta de pobreza. Lo mismo pasa con la mínima para los jubilados de 11.500 pesos que ni llega a cubrir la canasta de indigencia. ¿No hay plata para un aumento digno? Claro que hay. Pero esa plata que generan millones con su trabajo cotidiano se la siguen llevando los bancos, los usureros internacionales y los grandes empresarios.

Este gobierno nos endeudó en más de 150.000 millones de dólares diciendo que nos íbamos a salvar. Pero ya se han patinado gran parte de ello (por ejemplo los 46.000 millones del FMI) y sigue la recesión, se duplicó la inflación, la desocupación y la pobreza. Precisamente porque esa plata se está yendo para cubrir el hueco de la fuga de capitales y pagar vencimientos de una deuda que en una bola de nieve imparable y sin fin. Lo mismo pasa con las reservas del Banco Central, las que se están usando para “controlar el dólar” -es decir para los especuladores, bancos y multinacionales que de la mano de Donald Trump y el FMI trafican con el billete verde-, no para un plan de viviendas que reactive la economía, o para aumentar salarios, jubilaciones o invertir en escuelas y hospitales públicos como decimos desde la izquierda.

Alberto Fernández, por su parte, viajó una semana a España. Y Cristina volvió de su viaje a Cuba tras visitar a su hija. Es tal el desastre nacional que al Frente de Todos le basta poner el “piloto automático” para ni siquiera opinar sobre las medidas del gobierno porque ya cuenta con un seguro triunfo electoral en octubre. Pero lo que corresponde debatir con los votantes de los Fernández es a quién le sirve esa conducta adoptada por su candidato en quien depositan importantes expectativas, precisamente ante un inusitado ataque al nivel de vida contra el movimiento obrero y popular.

Compartimos el deseo de terminar cuanto antes con el ajuste de Macri y sabemos que millones tienen esperanzas en el Frente de Todos. Pero señalamos que fue el propio Fernández quien aconsejó un dólar a sesenta pesos (avalando la devaluación) y reclamó que el gobierno abra una renegociación de la deuda. Lejos está Alberto Fernández de mostrar su programa de gobierno para “terminar con la catástrofe de Macri”, como está diciendo. No habla de aumento de salario ni de jubilaciones, tampoco dice que hay que prohibir los despidos, convalidó los tarifazos de las privatizadas, y jura y perjura que va a seguir bajo las órdenes del FMI pagando una deuda que a todas luces se demostró ilegítima y fraudulenta. A tal punto que el propio Fernández denunció que la plata del FMI fue para financiar la fuga de capitales y a renglón seguido dijo que igual la iba a pagar. Como lo hizo el gobierno anterior, Alberto Fernández sigue los pasos del kirchnerismo, reafirmándose como pagador serial hasta de una deuda que viene de la dictadura. Y por supuesto, no dice que hay que nacionalizar la banca para frenar la fuga de 30.000 millones por año. Si a esto le agregamos el rol cómplice de los dirigentes sindicales que le responden, como Daer o Hugo Moyano, quienes se niegan a fijar una medida nacional de protesta ante todo lo que está sucediendo, el silencio de Fernández es más complicidad que otra cosa.

Si Macri ya fue, y con Alberto Fernández va a seguir el FMI, el Frente de Izquierda Unidad le vuelve a decir a millones de trabajadores, mujeres y a la juventud que la salida viene por izquierda.

Primero, porque junto al sindicalismo combativo ya nos movilizamos dos veces después de las PASO llamando a no “tener paciencia” ante el ajuste como reclama el gobierno, el peronismo, la burocracia sindical y la Iglesia Católica. Es la izquierda la que llama a apoyar a las valientes trabajadoras y trabajadores de Chubut en lucha contra el gobernador Arcioni que responde a Fernández, exigiendo a la CGT y CTA el paro de 36 horas y plan de lucha nacional.

Segundo, desde el Frente de Izquierda Unidad volvemos a insistir en que no hay salida si se sigue bajo los condicionamientos económicos y políticos del FMI y del imperialismo. Renegociar, reperfilar o reprogramar el acuerdo con el Fondo Monetario y seguir con los pagos de la deuda significará más hambre, miseria y entrega. La salida es la que propuso nuestra diputada Mónica Schlotthauer con su proyecto de ley en el Congreso, desconocer el acuerdo con el FMI y suspender en forma inmediata los pagos para volcar esos fondos a combatir los males sociales. Medida que, junto a la nacionalización de la banca y el comercio exterior, un fuerte impuesto a los de arriba y la reestatización de las privatizadas, son indispensables para planificar un plan económico alternativo, obrero y popular, que dé trabajo, salario y reactive la economía.

Para todo esto hay que luchar y votar al Frente de Izquierda Unidad. El FIT Unidad se prepara con la fórmula Del Caño-Del Plá a la pelea electoral que se avecina. Votar al Frente de Izquierda Unidad va a servir para fortalecer una alternativa política de los trabajadores y de la unidad de la izquierda que pelee por esta salida de fondo, por un gobierno de los trabajadores y la izquierda.

Tags

Isadora

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

La suscripción del periódico impreso nos permite también seguir editándolo, ya que nos financiamos con nuestros propios aportes y del de los suscriptos.

 

Suscribite a la versión Impresa

Más Leídos

Asonada militar frustrada en Bolivia

Asonada militar frustrada en Bolivi…

03 Jul 2024 El Socialista N° 585

Pacto de Mayo en Tucumán / Milei firma “el acta de la dependencia”

Pacto de Mayo en Tucumán / Milei f…

08 Jul 2024 COMUNICADOS DE PRENSA

Después de la Ley Bases / Un gobierno en crisis

Después de la Ley Bases / Un gobie…

03 Jul 2024 El Socialista N° 585

Loan: la desaparición que indigna a un país

Loan: la desaparición que indigna …

03 Jul 2024 El Socialista N° 585