Aug 01, 2024 Last Updated 8:20 PM, Jul 31, 2024

Izquierda Socialista

Tras dieciocho meses sin aumento salarial, el Sindicato de Trabajadores Municipales de La Matanza (Stmlm) cerró un acuerdo con el municipio desoyendo el mandato expresado por las bases en distintas asambleas. Reclamábamos un aumento que nos permita alcanzar la canasta básica, pero el sindicato cerró un acuerdo muy por debajo. El sueldo básico de la categoría más baja pasó de 10.000 a 12.500 pesos aproximadamente. Para “votarlo” llamaron a una discusión express, se dio una hora de reloj para que se contemple la propuesta, y  firmaron el acuerdo sin que la mayoría pudiera debatir. La propuesta aceptada incluye un ítem de “ayuda alimentaria extraordinaria”, lo cual da cuenta de que el municipio paga salarios de hambre. Este ítem ni siquiera es remunerativo, por lo cual no lo cobran los compañeros y compañeras de planta transitoria ni los jubilados, que son los que en peor situación se encuentran. Frente a este acuerdo vergonzoso que firmó la conducción gremial, un grupo de delegados, junto con varios trabajadores, se dirigió al sindicato a pedirle explicaciones al secretario general, Daniel Troncoso, quien no solo no dio la cara sino que mandó a reprimir con patotas armadas con palos y cadenas a los trabajadores que se manifestaron, entre los que había varios jubilados. Repudiamos la represión de parte de la conducción del sindicato y le reclamamos a Espinoza el pase a  planta permanente del personal contratado, salarios que alcancen la canasta familiar, condiciones dignas y elementos de trabajo.

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Escriben Rubén “Pollo” Sobrero y Edgardo Reynoso, comisión de reclamos, ferroviarios del Sarmiento

El viernes 6 de noviembre recibimos una noticia que nos entristeció. Murió Pino Solanas. Afectado por el coronavirus, estaba internado en París, Francia. Con Pino tuvimos muchas discusiones políticas. Pocas veces coincidimos, pero era uno de esos tipos con los que nos daba gusto charlar.

Lo conocimos entre 2006 y 2007 en Castelar. Fue así, de repente, cayó en una asamblea ferroviaria y ahí nomás comenzó a filmar. Terminada nuestra asamblea, y todavía un poco sorprendidos, nos reunimos en la sala de guardas y nos comenzó a contar su proyecto, la película que se iba a llamar La próxima estación. Nos dijo que le interesaba nuestra propuesta de reestatización y nuestra reivindicación de Scalabrini Ortiz en cuanto a los ferrocarriles. Le llamaba la atención que hiciéramos estos planteos desde adentro, desde nuestro lugar como delegados. Ahí lo sorprendimos nosotros, porque él siempre había creído que el tema ferroviario se debatía lejos de las vías, que no había quedado nadie que cuestionara la privatización y el desmonte desde adentro del ferrocarril.

Posiblemente, esa conversación hizo que él siempre nos haya respetado mucho. Más allá de la película seguimos manteniendo siempre un contacto afectuoso y nos visitó muchas veces en la seccional Haedo acercándonos sus textos. Escuchaba nuestro planteo de control obrero y de usuarios del ferrocarril y, aunque no lo compartía, no cambió su actitud hacia nosotros ni polemizó por ello.

La película nos hizo bastante visibles y ayudó mucho para poner en discusión el tema de los ferrocarriles y la salida, que es volver a reestatizarlos. No hay que olvidar el contexto, fue durante el gobierno peronista de Néstor Kirchner quien se negó a sacarles los trenes a las empresas privadas y les prorrogó indefinidamente las concesiones a ladrones y corruptos como Cirigliano, Romero, Urquía o Fortabat y tenía de funcionarios a Jaime, De Vido y Luna.

Él siempre decía que el argumento por el cual se había privatizado el ferrocarril era la pérdida económica, y enseguida se preguntaba ¿los servicios públicos están para dar ganancia? ¿Deben ser rentables las escuelas y los hospitales?

El día del estreno de la película tuvimos un problema en Castelar. Un tren se quedó parado y bloqueó el servicio, lo que provocó la ira de los pasajeros que apedrearon el edificio del ferrocarril y se produjeron destrozos. Esto era algo habitual por el pésimo estado de las formaciones y las vías –que desembocó en la masacre de Once–, pero como se dio justo en ese momento, al impresentable Aníbal Fernández, funcionario del gobierno peronista kirchnerista, no se le ocurrió mejor idea que decir que era una acción combinada entre Pino y nosotros, los ferroviarios del Sarmiento, para promocionar la película. ¡Un absurdo!

Un absurdo que marca una contradicción de Pino, entre otras, que tuvo en su vida política, como el de haber terminado sus días siendo embajador de un gobierno peronista que él tanto criticaba en relación con los ferrocarriles. 

Pero, como decía Marx, “nada de lo humano nos es ajeno”. Hoy ante su muerte, más allá de las diferencias políticas que tuvimos, preferimos recordarlo por esa relación de camaradería que conseguimos construir gracias a su proyecto cinematográfico y a las denuncias contra la privatización del ferrocarril. Y que está muy bien pintada en una anécdota. Durante la filmación hacía algunas tomas individuales donde le hacía preguntas a los compañeros. Cuando me toca a mí (Edgardo), la hace dentro de un coche comedor fuera de servicio. De repente, desde atrás de la cámara me pregunta quién había influido en mi formación y yo, naturalmente, le respondo Nahuel Moreno, y el entonces grita “corten” y, muerto de risa, dice a los gritos: “¡Quién me manda a meterme con los trotskistas! No te pregunté de tu vida política, te pregunté en el ferrocarril”. De esta forma, despedimos a Pino Solanas.

¡Luchemos por una salida independiente ante la crisis y por un gobierno de los trabajadores!

En las alturas del descompuesto régimen político, el Congreso ha vacado al gobierno de Vizcarra. De esta manera, AP, SP, PP y APP, los partidos del régimen, cambiaron oportunistamente su posición, rompiendo coyunturalmente el Pacto Perú que negociaron con Vizcarra, sacándolo del gobierno con el único objetivo de negociar mejor y sin intermediarios sus intereses patronales para repartirse el botín que, con la reactivación económica neoliberal, les roban a los trabajadores formales, informales y a los pueblos. Desde el Partido de los Trabajadores Uníos y nuestro compañero Enrique Fernández, votamos a favor de la vacancia desde una perspectiva independiente, de la clase trabajadora y anticapitalista: Vizcarra se debía ir por corrupto, pero también por explotador y por ser, junto a la Confiep, el responsable de los salarios y las pensiones de hambre, de los siete millones de despidos y del salvataje a los grandes empresarios. Llamamos a los trabajadores a no dejarse estafar por ninguna de las dos facciones en pugna. No defender a Vizcarra ni confiar en Merino y su nuevo gabinete. Los trabajadores y los pueblos debemos ganar las calles contra el actual gobierno de Merino que, gracias a la Constitución heredada del fujimorismo, se queda ahora con el poder para usarlo contra el pueblo trabajador siguiendo la detonada cadena de mando del Estado capitalista. Los trabajadores y el pueblo debemos movilizarnos para conquistar las medidas urgentes para salir de la crisis, no para cuidar a Vizcarra o a Merino, ni esperar algo bueno de la estafa electoral 2021. Necesitamos poner en pie la unidad de las luchas y luchadores por un inmediato aumento de salarios y jubilaciones sin AFP, para anular los decretos de urgencia 14 y 16, para terminar con la suspensión perfecta de labores, prohibir los despidos y suspensiones, repartir las horas de trabajo e incorporar a los miles de desocupados e informales al trabajo formal, terminar con los CAS y la tercerización. Exigimos un inmediato aumento de presupuesto para la salud y la educación no menor a 8% del PBI, terminar con la especulación de la salud privada que hace negocios con más de 30.000 muertos por Covid-19. ¡Por una salud y educación 100% pública, laica, gratuita y de calidad! Rechazamos la política neoliberal de Vizcarra y la de Merino, que representa la continuidad, y exigimos plata para empleo, salud, educación y que se termine con los subsidios a los grandes empresarios que se llevaron más de S./130.000 millones de soles en los últimos diez años mientras el pueblo vive en la pobreza y la informalidad. ¡Este modelo no va más! Luchemos por una asamblea constituyente libre y soberana sin restricciones que garantice la participación de todas las organizaciones obreras, sociales, populares, campesinas, de las mujeres y la juventud para terminar con la Constitución del ’93, que solo privilegia a los ricos, sostiene la explotación y permite el pasamanos del gobierno en manos de los poderosos. Luchemos en las calles por un gobierno de los que nunca gobernaron, por un gobierno de las y los trabajadores y el pueblo para que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores. ¡Abajo el ajuste neoliberal de Vizcarra, la Confiep y Merino contra el pueblo trabajador! ¡Luchemos en las calles por salario, jubilaciones y para terminar con los despidos y las suspensiones! ¡Más plata para empleo, salud y educación, no para los capitalistas! ¡Asamblea constituyente libre y soberana! ¡Por un gobierno de los trabajadores y los pueblos!

Partido de los Trabajadores - Uníos, 10/11/2020

¡Construyamos el Partido de los Trabajadores-Uníos!

Desde hace más de veinte años nuestra corriente, Alternativa Socialista, trató denodadamente de construirse como una alternativa socialista revolucionaria en Ayacucho. Hemos hecho nuestra experiencia, desde un pequeño grupo fundacional, que apenas “cabía en un sillón”, como decía Lenin, hasta un grupo de vanguardia de compañeros fieles a la causa de Marx, Lenin, Trotsky y Moreno. ¿Trotskismo en Ayacucho?, sí compañeros, desde el bastión histórico del maoísmo y del estalinismo, en un combate a muerte contra el frentepopulismo, el reformismo y el socialismo del siglo XXI. Por nuestra corriente han pasado innumerables compañeros, retirados porque fueron ganados a la vida y porque no les ofrecimos comodidades ni puestos estatales, a partir de acondicionarnos al facilismo de apostar por cualquier proyecto burgués o de izquierda reformista, solo les ofrecimos socialismo, sacrificio y entrega concentrada en la clase trabajadora y sus aspiraciones.

Desde nuestros inicios hasta ahora hemos demostrado coherencia programática y política, luchando siempre y en donde sea por nuestros postulados, a pesar de estar en minoría, recibir insultos y otras diatribas. En la universidad, Frente de Defensa, sindicatos y lugares donde nos ha tocado intervenir, lo hemos hecho siempre con honestidad y moral revolucionaria, entregando lo mejor a nuestra clase y pueblo.

Hoy, que los partidos burgueses y reformistas de toda laya no tienen ninguna respuesta al problema económico, político y social del pueblo trabajador, ahondando la crisis del capitalismo neoliberal y su régimen democrático burgués decadente, ha llegado la hora de unificar nuestros esfuerzos con otros compañeros que tienen el mismo programa, la mismas lecturas políticas sobre la realidad y que ofrecen construir un referente nacional e internacional, fiel a las enseñanzas del marxismo leninismo y con el objetivo de impulsar el gobierno de los trabajadores, que no es más ni menos el socialismo, con democracia obrera, que será forjada por los propios trabajadores, con un programa de recuperación de nuestra soberanía, combate a muerte contra el imperialismo y el capitalismo y sus depredaciones, luchando contra la burguesía, ya sea nacional e internacional, vividora de la fuerza de trabajo ajena.

Es en este contexto que Alternativa Socialista-Ayacucho desde hoy pasará a unificarse para ser parte del Partido de los Trabajadores-Uníos, con su referente internacional, la UIT (Unidad Internacional de los Trabajadores) en el objetivo estratégico de reconstruir la IV Internacional, para lo cual llamamos a los trabajadores ayacuchanos y peruanos en general a venir a construir una herramienta política de los ellos mismos, de los trabajadores. Llamamos a los campesinos, a las amas de casa que día a día trabajan, a los maestros, a la juventud estudiosa, a la mujer combativa, a compartir nuestro proyecto, a discutir nuestro programa, en suma, a militar con nosotros.

¡Por un gobierno de los trabajadores!

¡Hasta el socialismo… siempre!                                                      

Comisión política Alternativa Socialista-Ayacucho

#PartidoDeLosTrabajadores-Uníos

 

El gobierno peronista de Alberto Fernández trata de hacernos creer, esta semana, que estamos rodeados de “buenas noticias”. Así fue anunciada la compra de 25 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V, que llegaría al país antes de fin de año. Al mismo tiempo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se muestra sonriente y triunfante, afirmando que se logró “domesticar” al dólar porque en estos días se achicó la brecha entre el blue y el oficial. 

¿Pero cuál es la realidad que vive el pueblo trabajador? Que los números de la pandemia siguen siendo de terror. Todas las semanas pasamos un nuevo récord, ahora superamos a Gran Bretaña en número de fallecidos por habitante. Y seguimos con hospitales colapsados, en particular en el interior del país. En distritos como CABA, mientras se demuestra que ya no hay confiabilidad en los números de contagiados ni en el seguimiento (repitiendo lo que ya se había visto en la provincia de Buenos Aires de Kicillof), el gobierno de Cambiemos de Larreta también juega al “hagamos como que está todo bien” con la reapertura trucha de las escuelas, fuertemente repudiada por los docentes de Ademys.  

Visto desde el bolsillo del pueblo trabajador, con respecto a la economía tampoco hay nada para festejar. A los datos ya conocidos, de la pobreza récord, del desempleo en alza, de salarios y jubilaciones pulverizados, se suman en estos días los sostenidos aumentos en los precios de los productos de la canasta familiar. La inflación, que nunca se detuvo, se apresta a pegar un nuevo zarpazo. 

En las últimas semanas, el gobierno de Fernández y Cristina sigue profundizando lo que ya venía haciendo desde el comienzo de su mandato, una política de beneficios para los ricos y nada para los de abajo. Ahora avanzó más en esa dirección hasta transformarse en “palos” para los de abajo. El Frente de Todos gobierna contra los más vulnerables. Pero repasemos los últimos hechos.

La semana pasada se inició con Cristina Fernández llamando a un gran acuerdo que incluyera a los empresarios, la burocracia sindical, los grandes medios y la oposición de Juntos por el Cambio. ¿En qué consistía dicho pacto? No era, como tal vez pensara alguno, un primer paso para lanzar “medidas de reactivación económica y social” tras la pandemia. Por el contrario, lo que se buscaba era el “compromiso” de todos para compartir el mayor ajuste que se viene de la mano de la firma del nuevo acuerdo con el FMI.

El contenido concreto de ese acuerdo o pacto social propuesto por la vicepresidenta se fue completando en la semana. El miércoles a la noche se aprobó en la Cámara de Diputados el presupuesto nacional 2021, a la medida del ajuste exigido por el Fondo. Esa misma madrugada se dio el feroz desalojo con represión en Guernica. En los días siguientes se sucedieron reuniones con los más importantes empresarios de la Argentina, de las que las patronales salieron con beneficios concretos a su favor. 

Un dato destacado fue el anuncio de un nuevo “festival de bonos” (léase más endeudamiento externo) para dejar contentos a los especuladores financieros y, en particular, a usureros internacionales como Pimco y Templeton. Además, el ministro Guzmán declaró que el presupuesto tendrá un carácter “plurianual”, anunciando el ajuste permanente para garantizar el pago de la deuda y los compromisos con el Fondo. El final de esta saga, hasta ahora, el martes por la mañana, fue un nuevo desalojo por la fuerza y quema de viviendas realizado por el gobierno de Kicillof, esta vez en Escobar. Toda una señal al establishment de cómo se “defiende la propiedad privada”.

En síntesis, el gobierno del Frente de Todos está recorriendo el camino del “pacto social” pedido por Cristina, no importa si alguna vez se reunirá o no una “mesa” formal. Dependerá de las conveniencias políticas, de si le interesa a Juntos por el Cambio o no formalizarlo. Lo que sí es claro es que Cambiemos obviamente comparte lo central de la orientación del gobierno. El Frente de Todos, con su doble discurso, y agitando el fantasma “contra la derecha”. Cambiemos tratando de capitalizar el descontento general y sosteniendo a su base electoral. Pero ambos acordando en lo fundamental, a favor del FMI, de los pulpos acreedores y de las grandes patronales. Y que para esto hay que ajustar a los más vulnerables y al pueblo trabajador. Es evidente que por este camino no habrá “redistribución de la riqueza” ni vivienda para los que la necesitan, ni salarios o jubilaciones que cubran la canasta familiar, ni trabajo para los que hoy no lo tienen.

Tenemos, entonces, que luchar contra el ajuste. El que se está dando ahora y el que se profundizará en los próximos meses. Por eso, desde Izquierda Socialista, nos hicimos presentes con toda nuestra solidaridad apoyando a los vecinos de Guernica, repudiamos la represión, las mentiras del Larroque y Berni y seguimos exigiendo solución para esas familias. Así como continuamos acompañando a los despedidos de Latam, a las y los trabajadores de la salud, a los docentes que se niegan a volver a clases presenciales en medio de la pandemia y a todas y cada una de las luchas que se están dando. Y fortaleciendo al Plenario del Sindicalismo Combativo que sigue enfrentando el pacto para dejar pasar el ajuste de las burocracias de la CGT y las CTA.

Pero además de dar todas estas peleas tenemos que oponer, al ajuste permanente y a los privilegios para los ricos, los pagos de deuda y el FMI, otro plan económico, obrero y popular, que ponga como prioridad atender las más urgentes necesidades populares. Un aumento de salarios y jubilaciones hasta alcanzar el valor de la canasta familiar (73.470 pesos, según ATE-Indec). La reapertura de las paritarias. Un ingreso de emergencia de 40.000 pesos mensuales para todo el que lo necesite. Plata para atender el coronavirus, con más personal de salud, con salarios dignos, más infraestructura, testeos y un sistema de salud centralizado. Terminar con los desalojos y poner en marcha un plan de viviendas populares para resolver el déficit habitacional. Todas medidas que solo se pueden llevar adelante si dejamos de pagar la deuda externa, rompemos con el FMI, nacionalizamos la banca y el comercio exterior para terminar con la especulación y la fuga de divisas, e imponemos un verdadero impuesto a las grandes riquezas.

El programa alternativo que postulamos va de la mano con la necesidad de avanzar en la construcción de una alternativa política distinta, para la clase trabajadora, como lo venimos haciendo con el Frente de Izquierda Unidad. Desde Izquierda Socialista nos comprometemos a seguir trabajando en esta dirección.

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Artículos de Iván Ponce

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