Después de seis horas de cerradas las mesas de votación, y sin que hubiera antes un solo dato de cómo iba el escrutinio, el presidente del Consejo Nacional Electoral venezolano, Elvis Amoroso, declaró al presidente Nicolás Maduro como vencedor de la contienda con 5.150.092 votos, un 51,20%, por delante del opositor Edmundo González Urrutia quien obtuvo un 44,2% (4.445.978 votos), con 80% de las mesas escrutadas.
Casi nadie, salvo los allegados al gobierno de Maduro, cree en esos resultados ni confía en la limpieza del conteo de los votos de las urnas. Menos los millones de personas que fueron masivamente a votar con la esperanza equivocada de que se respetaría su voluntad, y terminar así con el régimen dictatorial y hambreador de Maduro.
El fraude se venía venir, aunque la oposición patronal encabezada por María Corina Machado insistía en que se podía derrotar al gobierno solo votando, descartando la imprescindible movilización popular. A pesar de que no es la primera vez que ocurre un fraude en Venezuela.
Este año el gobierno de Maduro venía profundizando las restricciones a las libertades democráticas y utilizando abusivamente a su favor los recursos estatales. Inhabilitó dirigentes políticos, impugnó candidatos, reprimió abiertamente deteniendo en plena campaña electoral a más de 70 activistas y dirigentes de los partidos de la oposición patronal, y además limitó la posibilidad de que millones de emigrantes venezolanos en distintos países pudieran ejercer el derecho al voto.
El gobierno de Maduro cerró toda posibilidad de que la izquierda independiente y opositora a su gobierno de falso socialismo, presentara una candidatura que reflejara los intereses del pueblo trabajador.
Desde el Partido Socialismo y Libertad (PSL), integrante de la Unidad de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), hemos defendido las libertades democráticas, y reivindicamos los derechos políticos y electorales del pueblo trabajador. El PSL, junto al PPT/APR, Marea Socialista y la LTS, concretó un acuerdo de denuncia del gobierno y el fraude y la defensa de la independencia política de la clase trabajadora, con la consigna: “la clase trabajadora no tiene candidato”. Sobre la base de esa consigna definimos llamar a votar nulo, ya que ninguno de los candidatos, particularmente Maduro y González Urrutia, reflejaban los intereses de los trabajadores, las trabajadoras, las mujeres y jóvenes de los sectores populares.
En ese marco, desde el PSL y la UIT-CI fuimos denunciando el fraude que se venía orquestando, y defendimos el derecho a que se respetara el voto de millones que iban a votar contra el gobierno, más allá de que no apoyamos ni tenemos ninguna coincidencia con la alianza electoral opositora patronal y de derecha que encabezan Edmundo González Urrutia y María Corina Machado.
La mayoría del pueblo venezolano está harta de este gobierno que aplica un duro ajuste capitalista, con salarios menores a 4 dólares y con los servicios públicos, la salud y educación destruidos. Ante la ausencia de otra opción, el voto castigo lo canalizó la candidatura de la derecha liberal de González Urrutia. Esta alianza patronal reúne a los restos de la vieja política patronal, oligárquica y pro yanky de Venezuela que siempre gobernó contra las y los trabajadores. Los mismos que dieron lugar a la histórica insurrección popular conocida como el Caracazo en el año 1989, contra el paquetazo de ajuste del entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
La crisis social de los años 90 y el descrédito del pueblo con esa vieja dirigencia proimperialista y entreguista del petróleo y demás riquezas del país, facilitó el surgimiento del nuevo fenómeno político de Hugo Chávez, quien llegó al gobierno en 1998 con un discurso popular, antiimperialista y que hasta llegó a proclamar (2005) que se estaba construyendo un “Socialismo del siglo XXI”. Eso abrió enormes expectativas y apoyos en Venezuela y en toda Latinoamérica. Pero esto fue un engaño. Nuestra corriente de izquierda trotskista, encabezada en Venezuela por los dirigentes obreros Orlando Chirino y José Bodas, denunció desde el primer momento que en realidad el gobierno de Chávez y luego Maduro, no estaban construyendo ningún socialismo, que en realidad su proyecto con un supuesto discurso antiimperialista tenía como objetivo pactar con las transnacionales petroleras a través de empresas mixtas con la estatal PDVSA.
Lo anterior también lo hizo con grandes empresarios como Cisneros y otros, mientras fomentaba el surgimiento de empresas que hacían negocios con el Estado o ligados a las Fuerzas Armadas, generando un nuevo sector que se conoció como “boliburguesía”, todo en el marco de una política antiobrera de bajos salarios y de ataques a las organizaciones obreras y de izquierda independiente. Nada más alejado de un auténtico socialismo y de la verdadera izquierda.
Maduro asumió luego de la muerte de Chávez en el 2013 y no hizo otra cosa que darle continuidad y profundizar esta política. En la medida en que fue perdiendo apoyo popular debido a la creciente miseria y al duro ajuste que aplica, fue agudizando la represión.
En ese sentido es importante recalcar que en Venezuela no fracasó el socialismo, como pregona la derecha; fracasó el chavismo. Es otro fracaso de los gobiernos de conciliación de clases y mentirosos, del “doble discurso”, que dicen una cosa a los sectores populares mientras pactan con las patronales y las transnacionales, gobiernos que ya fracasaron como el peronismo en Argentina, Lula-PT en Brasil o Syriza en Grecia. Desde el PSL y la UIT-CI luchamos por lograr gobiernos de las y los trabajadores que inicien el camino del verdadero socialismo con democracia obrera y popular.
El gobierno de Maduro, habla de antiimperialismo, posa de izquierdista y hace discursos contra el facho de Milei, pero no deja de ser una dictadura burguesa que hambrea y reprime al pueblo trabajador. Los pueblos del mundo no deben confundirse: el escandaloso fraude electoral es parte de esa política.
Consideramos que solo con la movilización se podrá derrotar al gobierno de Maduro y al fraude. La oposición patronal de González Urrutia-María Corina Machado en sus primeras declaraciones no han convocado a movilizarse contra el fraude, reiterando su política vacilante y centrada en negociaciones. Ya en Caracas y otras ciudades han comenzado a producirse algunos cacerolazos espontáneos. Llamamos a que el pueblo salga a las calles para derrotar el fraude y al gobierno de Maduro. En el camino de los cambios de fondo que necesita el pueblo trabajador de Venezuela
Unidad de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
29 de julio 2024