Escribe Pili Barbas, dirigenta nacional de la Juventud de Izquierda Socialista (JIS)
El cuatrimestre culmina estas semanas con un conflicto en las universidades sin resolver. Las conducciones lograron desarticular la lucha, pero las perspectivas para continuar la pelea en defensa de la universidad pública y gratuita siguen abiertas.
Estas semanas está terminando la cursada en todas las universidades nacionales. Un cierre de año donde fuimos parte de unos de los conflictos más importantes contra el gobierno de Javier Milei. La pelea de las universidades no solo involucró a estudiantes, docentes y nodocentes, sino a la clase trabajadora que en su conjunto fue parte de las masivas movilizaciones del 23 de Abril y 2 de Octubre.
Del balance más general se desprende que la lucha sirvió para conseguir triunfos parciales contra una política brutal de ataque a la educación superior en Argentina. El plan que en campaña Milei había esbozado no se materializó, no pudo avanzar en la privatización de la educación superior, ni mucho menos cerrar el conjunto de las universidades. Las enormes marchas consiguieron el presupuesto para seguir con las puertas abiertas, y un parcial aumento salarial a algunos sectores de docentes y nodocentes. Pero sobre todo conquistamos el ascenso de un movimiento estudiantil que venía sin protagonizar grandes procesos desde el 2018 para acá. Estos son elementos fundamentales en relación a las tareas que tendremos como movimiento estudiantil, junto a nuestrxs docentes y nodocentes para conquistar todo lo que nos falta.
Los salarios, las becas y el boleto educativo nacional, junto a un presupuesto acorde para el funcionamiento de todas las universidades nacionales, son las peleas que quedan abiertas.
El gran problema de las direcciones.
El CIN (rectores), junto a las conducciones burocráticas de los sindicatos y federaciones estudiantiles en manos de la UCR y el peronismo/kirchnerismo hicieron todo por desarticular las históricas tomas y sembrar confianza en el Congreso. Luego de la marcha de abril se jugaron a fondo a la negociación con el gobierno que hasta ellos mismos denunciaban venía a liquidar la universidad pública. El CIN encabezó esa política, y al igual que la CGT, congeló cualquier acción contra el gobierno una vez que recibió los fondos que les interesaban, los del funcionamiento. A partir de allí su política giró para depositar todas sus fichas en el parlamento y en el cabildeo, sembrando confianza en que los diputados y senadores del peronismo y la UCR iban a conseguir el presupuesto que se necesitaba.
En ese marco, luego de la masiva marcha del 2 de octubre y en el medio del proceso de las tomas en todo el país, se negaron rotundamente a convocar a la Tercera Marcha Federal, el momento de mayor radicalización de la lucha estudiantil era el momento justo para golpear nuevamente a Milei con una acción masiva y coordinada nacionalmente pero se jugaron a dilatar a la espera del fin de año. En las diferentes reuniones de coordinación los rectores ya anunciaban que la lucha por el salario era para el siguiente año. Mientras tanto, docentes y no docentes veían pulverizados sus salarios con un 60% de pérdida del poder adquisitivo, solo en este año. Cientos de investigadores y becarixs en peligro ante el congelamiento del dinero destinado para investigación y la amenaza de Milei de cerrar el CONICET y otros organismos, incluida la recientemente denunciada persecución ideológica. Se podría creer entonces que la antorcha de la lucha la llevarían adelante los sindicatos docentes y no docentes, pero tampoco sucedió. Las cabezas de los sindicatos burocráticos se plegaron a la actitud del CIN, prácticamente abandonando las tomas que protagonizamos lxs estudiantes, sin generar ningún tipo de alianza por fuera de su estructura sindical, quebrando de hecho la unidad contra Milei que se daba en las marchas. El plan de la mesa gremial se centró en convocatorias de festivales o marchas pequeñas disgregadas en muchas provincias, sin ninguna preparación real para que fueran masivas, en muchos casos sin siquiera salir a convocar por los medios y lanzando las convocatorias con escasos días de anticipación y en el momento en que ya había empezado a bajar el nivel de radicalización estudiantil. En AMBA llegaron al punto de no convocar ni siquiera a un festival para el 22 de noviembre, dejando en claro su orientación de acordar unas migajas y con una política de cerrar el año sin dar ninguna pelea más en las calles.
En cuanto a las conducciones estudiantiles, la Franja Morada (UCR) jugó un rol clave en la desarticulación del conflicto, oponiéndose abiertamente en todo el país a las ocupaciones de las facultades e incluso, como pasó en facultades de la UNC, movilizando a sectores conservadores para repudiar las tomas y sin convocar asambleas en los centros donde conducen.
El peronismo/kirchnerismo estudiantil tuvo sus matices. En algunas facultades actuó igual que la Franja Morada sin convocar asambleas y contra las ocupaciones. En otras, intentó contener el desborde desde dentro, siendo parte de las asambleas y ocupaciones pero intentando que sean medidas de pocos días y con el menor debate político posible. Se jugaron a quedar mejor parados ante el activismo estudiantil, pero siguiendo firmes en la línea más general de no apostar al desborde ni la articulación del conflicto. Por eso no participaron de las interfacultades y no llamaron a ninguna acción por fuera de las definiciones de las conducciones sindicales burocráticas y todo se fue orientando hacia “la pelea por el presupuesto 2025”. De hecho, en medio del conflicto, vimos a Máximo Kirchner plantear que “no había que patalear” ante los vetos de Milei y que la tarea central pasaba por votar a los diputados del peronismo en 2025, ninguneando no sólo el potencial de la lucha sino también que sectores del PJ contribuyeron, junto a otros de la UCR y el PRO, a garantizar el veto.
La especulación de todos estos sectores llevó a la desmovilización, y se desaprovechó una oportunidad importante para golpear nuevamente al gobierno de Milei y sacarle más de lo que estaba dispuesto a dar, tal como ocurrió a principio de año con el 270% de aumento para el funcionamiento. Esto llevó a que muchos sectores vieran o creyeran que este año terminó en derrota para el conflicto universitario, desde JIS-Juventud de Izquierda Socialista no acordamos con esos balances. La conquista más grande que tuvimos fue poner de nuevo de pie a un movimiento estudiantil que no ha sido derrotado, y que aprendió de una experiencia de lucha que no tenía hace años. Eso, más el apoyo contundente de la sociedad en la defensa de la Universidad Pública, nos da la chance de salir el año que viene con más fuerza a disputar contra Milei. Por eso, es importante el fortalecimiento de todos los espacios independientes y combativos en perspectiva de seguir peleando contra los ataques del gobierno. El movimiento estudiantil tendrá que ser parte, junto ala clase trabajadora, de todas las peleas que se den contra el plan motosierra en estos meses, en perspectiva de buscar las mejores condiciones para comenzar una nueva pelea en el 2025 en defensa de lo nuestro. Con una consigna clara por aumento del presupuesto, en contra del pago de la deuda externa, levantando la necesidad de un nuevo paro general y el impulso de la Tercera Marcha Federal al comienzo del cuatrimestre para que se vuelva a poner en las calles el conflicto universitario.
El rol de la izquierda y de los sectores independientes y combativos
Nos parece importante poner en debate para el conjunto del movimiento estudiantil algunos elementos del conflicto. Sin dudas el 9 de octubre, luego del veto a la Ley de Presupuesto Universitario,se abrió una etapa del conflicto diferente y disruptiva que pensamos que amerita sacar algunas conclusiones. A partir de ese momento, el movimiento estudiantil que venía acompañando las acciones de las burocracias estudiantiles, empezó a generar un plan de lucha alternativo, llegando a tomar casi 100 facultades cuando la mayoría de las conducciones burocráticas estaban en contra de esta medida.
Este momento del conflicto fue clave y se dio en el marco del Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias en Jujuy donde cientes de estudiantes de las distintas universidades participamos de una Asamblea Autoconvocada en el medio de la toma de la UNJU que puso una fecha para una marcha nacional.
Desde JIS-Juventud de Izquierda Socialista, tuvimos un eje claro en todo el país, planteando que las tareas inmediatas en el alza del conflicto pasaban por fortalecer las Asambleas, impulsar las tomas de las facultades y preparar una Tercera Marcha Federal para el 23 de Octubre, tal como se había planteado en el Encuentro Plurinacional de Jujuy. Más allá de la dilación y boicot que trataban de imponer las conducciones, el nivel de radicalización de esos días permitía ir más allá, no sólo desde el planteo de la “exigencia” a las conducciones, sino también construir la movilización desde las asambleas, tal como sucedió en la UNC. Esa marcha tenía que tener una consigna de presupuesto extraordinario ya, para otorgarle el salario a los trabajadores y dar una respuesta inmediata a las reivindicaciones estudiantiles. Lamentablemente en el pico del conflicto quedamos solos en esa perspectiva, si bien programáticamente otras agrupaciones de izquierda coinciden con el planteo con la exigencia de una tercera marcha federal en los hechos priorizaron otra línea de intervención. El ejemplo de Córdoba es una muestra de eso, ya que a partir de una buena coordinación entre la izquierda y las asambleas se llevó a poder impulsar esa marcha para el día 22, que fue muy importante, la presión de las bases hizo que las organizaciones estudiantiles peronistas y el gremio docente Conadu-Adiuc, que una semana antes había planteado realizar un “abrazo” , tuvieran que movilizar y que Franja Morada tuviera que lanzar la convocatoria, pese a que después no movilizó.
Lxs compañerxs de PTS, que ahora correctamente toman con jerarquía la necesidad de la tercera marcha federal, en la UBA y otras universidades, se la pasaron en ese momento clave del conflicto priorizando su autoconstrucción y postulación de Miryam Bregman, su línea central no pasaba por construir esa marcha sino por impulsar medidas de visibilización mediática tales como la convocatoria a cortes de calle.En algunos casos llegaron al punto de estar en contra de continuar las tomas, como fue en la Universidad de La Plata, o a tomar posiciones opuestas en diferentes facultades en la Universidad del Comahue, absteniéndose a continuar con las tomas en Trabajo Social, pero votando a favor en Humanidades al día siguiente.
El Partido Obrero, mientras en Córdoba tenía una posición de no hacer absolutamente nada con sectores que no fueran de izquierda o combativos, en la UBA, que son parte de la directiva de AGD, priorizaron durante la primera semana de radicalización del conflicto plegarse al plan de la mesa sindical esperando a que esta convocara a un plan de acción que nunca llegó,, Y en la interfacultades de AMBA, en vez de actuar en común con las agrupaciones del Frente de Izquierda Unidad, priorizaron acordar con el Ya Basta-NMAS, pretendiendo tener preponderancia de intervenciones a partir de los Centros en los que son conducción, lo cual tampoco ayudó a generar acciones en común desde un polo independiente y combativo y, más bien, alimentó las maniobras divisionistas y autoprocamatorias del Ya Basta-NMAS, que es un sector que llevaba al extremo posiciones que conducían al aislamiento, como las tomas “hasta que caiga Milei”, o expresar que lxs estudiantes tenían que cortarse solxs con su plan de lucha (también contra los sectores docentes y nodocentes combativos) o incluso enfrentándose contra activistas independientes. Toda una línea autoproclamatoria al extremo que no construye ningún lazo de intervención y aleja a un sector del estudiantado que en muchos casos está haciendo sus primeras experiencias de lucha.
Este debate nos parece importante darlo de cara a las peleas y perspectivas que tenemos el año que viene ya que las conducciones burocráticas, viendo lo sucedido en 2024, intentarán por todos los medios evitar los desbordes y la radicalización de la lucha. En ese sentido será fundamental lograr una coordinación a fondo entre los sectores combativos, donde lo fundamental es encontrar puntos de acuerdo al servicio de desarrollar la lucha y no levantar intereses fraccionales que juegan en contra de esa perspectiva.
Desde JIS-Juventud de Izquierda Socialista apostamos a que se desarrolle el conflicto desde las asambleas interclaustro por facultad y mejorar la coordinación interfacultades, como método organizativo que sume a toda la comunidad educativa, contra la política del Frente Gremial de desconocer lo resuelto en las asambleas y tomas por facultad. Además, los burócratas de los gremios docentes y nodocentes se la jugaron a dividir a nodocentes, a docentes y a estudiantes, como han hecho en distintas tomas de facultades al denunciar a lxs estudiantes por llevar tomas “contra los nodocentes”. Esta política divisionista ayudó a apaciguar el conflicto, por lo que desde nuestra juventud reafirmamos la importancia de continuar las tomas, discutiendo las distintas acciones con todos los claustros y para desarrollar una gran marcha unitaria, masiva, que golpee de lleno al gobierno ajustador de Milei.
Es importante la superación de estas posiciones sectarias y autoproclamatorias que no contribuyen a que seamos una dirección combativa que pueda postularse para conducir con un plan de lucha coherente junto al movimiento estudiantil. Es crucial que podamos, en unidad, fortalecer una oposición ante las conducciones burocráticas que pretenden que el estudiantado sea un mero espectador que va detrás de definiciones tomadas a puertas cerradas, la historia nos muestra que el movimiento estudiantil es un potente agente de cambio, capaz de elaborar, discutir y protagonizar un plan político propio y que también busque la solidaridad y coordinación con el resto del movimiento obrero. Creemos que esa es la perspectiva a desarrollar para enfrentar a este gobierno de Milei en defensa delas necesidades populares y de nuestras universidades públicas y gratuitas.
Escribe Pili Barbas, dirigente de la Juventud de Izquierda Socialista y secretaria Federación Universitaria Argentina (FUA)
El cuatrimestre culmina estas semanas con un conflicto en las universidades sin resolver. Las conducciones lograron desarticular la lucha, pero las perspectivas para continuar la pelea en defensa de la universidad pública y gratuita siguen abiertas.
Estas semanas está terminando la cursada en todas las universidades nacionales. Un cierre de año donde fuimos parte de unos de los conflictos más importantes contra el gobierno de Javier Milei. Del balance más general se desprende que la lucha sirvió para conseguir triunfos parciales contra una política contundente de ataque a la educación superior en el país. Las enormes marchas consiguieron el presupuesto para seguir con las puertas abiertas, y un parcial aumento salarial a algunos sectores de trabajadores docentes y nodocentes. Pero sobre todo lo que permitió fue el ascenso de un movimiento estudiantil que venía sin protagonizar grandes procesos desde el 2018 para acá. Estos son elementos fundamentales en relación a las tareas que tendremos como movimiento estudiantil, junto a nuestrxs docentes y nodocentes para conquistar todo lo que nos falta.
Los salarios, las becas y el boleto educativo nacional, junto a un presupuesto acorde para el funcionamiento de todas las universidades nacionales, son las peleas que quedan abiertas.
El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), junto a las conducciones burocráticas de los sindicatos y federaciones estudiantiles en manos de la UCR y el peronismo hicieron todo por desarticular las históricas tomas y confiar de nuevo en el Congreso. Llegaron al punto de no convocar ni siquiera un festival para el 22 de noviembre dejando en claro su orientación de acordar unas migajas, con un política consecuente de no dar ninguna pelea más en las calles.
Más allá de cómo se de la propia pulseada parlamentaria sobre el presupuesto 2025, sabemos que terminarán acordando un presupuesto insuficiente para nuestras universidades, de más recorte en educación, salud y cualquier derecho de la clase trabajadora para pagarle al FMI. Por eso, es importante el fortalecimiento de todos los espacios independientes y combativos en perspectiva de seguir peleando contra el ataque del gobierno de Milei. El movimiento estudiantil tendrá que ser parte de todas las peleas que se den contra el plan motosierra en estos meses, en perspectiva de buscar las mejores condiciones para comenzar una nueva pelea en el 2025 en defensa de lo nuestro.
Escribe Pili Barbas, dirigenta nacional de la Juventud de Izquierda Socialista y secretaria de la FUA
Después de las históricas tomas en todo el país, donde el movimiento estudiantil despertó ante la ratificación del veto a la Ley de Presupuesto Universitario, las burocracias estudiantiles en manos del radicalismo y el peronismo hicieron todo porque el conflicto universitario no siga escalando. Nuevamente apostaron a la discusión parlamentaria confiando en el Congreso.
El gobierno nacional de Javier Milei ya declaró un presupuesto de guerra a la clase trabajadora. Por eso no podemos tener ninguna expectativa en ese presupuesto, que no solo propone un recorte sin precedentes al presupuesto universitario, sino también a todos los derechos de les trabajadores, para destinar plata para deuda externa.
Por eso, desde la Juventud de Izquierda Socialista (JIS) desde el primer momento discutimos que lo necesario era seguir impulsando la lucha, con una Marcha Federal Educativa Nacional, para conseguir un presupuesto extraordinario que contemple los salarios de les docentes y nodocentes, las becas y el boleto educativo nacional.
En esa perspectiva, en las interfacultades de AMBA, Córdoba y otras regionales votamos una movilización nacional universitaria para el 12 de noviembre, coordinada con los espacios combativos e independientes en un Encuentro Nacional de Estudiantes.
La Franja Morada y también las agrupaciones peronistas kirchneristas, en cambio, desconocieron estos espacios de organización, como la propia interfacultades y la movilización del 12, de la cual no participaron.
Se rumoreó que para el día 22 de noviembre, en conmemoración de la gratuidad universitaria, se estaba organizando un festival en el Congreso. A diez días de este anuncio todavía no tiene una convocatoria en concreto.
¿De qué manera pretende el CIN conseguir el presupuesto?
Desde los espacios independientes y combativos exigimos que, al menos ese festival sea con movilización. Para colmo, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) convocó una noche de las universidades para el 21 de noviembre. También impulsa “consultas populares” en la Facultad de Exactas de la UBA o la Unqui. Para nosotres claramente ese no es el camino, los derechos como son la educación pública y gratuita no se plebiscitan. Ya se demostró en las calles con las masivas e históricas marchas del 23A y 2 de octubre que es un derecho que la clase trabajadora va a defender.
Por eso, desde la Juventud de Izquierda Socialista, en los centros combativos que conducimos (como en Cehuma y el Cetraso de Comahue), así como en todas las universidades a nivel nacional que intervenimos, seguimos impulsando acciones de visibilización y lucha para conseguir el presupuesto.
Concretamente, exigimos a los gremios nacionales docentes y nodocentes, a las conducciones burocráticas en manos de la Franja Morada y el peronismo y al CIN que salgan del inmovilismo y convoquen a otra movilización federal nacional para conseguir el presupuesto ya.
Ninguna confianza en el presupuesto 2025. Vamos por una partida presupuestaria extraordinaria para salarios docentes y nodocentes, becas, boleto educativo y todas nuestras demandas.
Escribe Pilar Barbas, dirigenta nacional de la Juventud de Izquierda Socialista y secretaria FUA.
A quince días de las enormes tomas que protagonizó el movimiento estudiantil en todo el país, se abre un nuevo momento en el conflicto. Las burocracias estudiantiles de la UCR (Franja Morada) y el peronismo, junto a las acciones convocadas por la mesa intergremial, lograron bajar la dinámica del conflicto. Tenemos que profundizar el plan de lucha por el presupuesto extraordinario ya.
Ante la ratificación del veto a la Ley de Presupuesto Universitario, el movimiento estudiantil radicalizó la lucha tomando más de cien facultades de norte a sur del país. Abrió un momento importantísimo ante la pulseada en defensa de la universidad pública. Por primera vez en todo el año se desbordaba el plan de lucha elaborado por la mesa intergremial, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y la FUA, y les estudiantes tomaban en sus manos la deliberación del plan de lucha contra los ataques del gobierno de Milei.
Para contener la enorme fuerza de la base estudiantil, la Franja Morada y el peronismo implementaron todas las tácticas posibles para desarticular el movimiento. La Franja Morada más abiertamente se posicionó contra las tomas en la mayoría de las universidades, no llamó a asambleas en las facultades donde conduce e impulsó los movimientos anti tomas para romper cualquier instancia que no podría controlar. El peronismo, en sus diferentes variantes, aunque no era su política, presionados por la radicalización del movimiento estudiantil convocaron tímidamente a las tomas. Desde un inicio, intentaron poner frenos, imponiendo la toma por tiempo determinado e incluso los últimos días directamente levantando cualquier espacio asambleario que pudiera profundizar el plan de lucha. La Campora más leal al pedido de “no patalear” de Maximo Kirchner se acopló rápidamente a desmovilizar el movimiento estudiantil. La Mella y otros espacios kirchneristas se vieron más presionados y jugaron a desinflar de a poco las medidas de lucha.
Pero queda claro que, más radicalmente o más gradualmente, por las presiones, las conducciones de los gremios y las Federaciones de la UCR y el peronismo trabajaron para que la disrupción del movimiento estudiantil baje, tratando de volver a controlar el ritmo del conflicto. El debate es muy profundo, a pesar de las diferencias, tanto la UCR como el peronismo están por dejar que el año termine y empezar a negociar un presupuesto 2025 que incluya una insignificante mejoría a lo que el gobierno de Milei ofrece para nuestras universidades. No podemos esperar, el presupuesto 2025 lo rechazamos en su conjunto, ya que solo significa más ajuste a todos los derechos de la clase trabajadora a costa de pagar la deuda externa. Quedó demostrado que el gobierno nacional va a seguir ahogando presupuestariamente nuestras universidades. No podemos confiar en las negociaciones del Congreso como lo demostró el veto a les jubilades y las universidades. Necesitamos una partida extraordinaria para recomposición salarial, becas, boleto educativo, ciencia, etcétera. ¡Y la necesitamos ahora!
El sábado 26 se convocó a una Asamblea Interfacultades de las universidades del AMBA. Esta instancia fue impulsada desde la Juventud de Izquierda Socialista (JIS) junto a otras organizaciones de estudiantes independientes y partidos de izquierda en todas las asambleas de cada facultad y terciarios. Como también ocurrió en Córdoba, La Plata, Neuquén, tenía el enorme desafío de coordinar la lucha de nuestras universidades, contra las burocracias estudiantiles de la UCR y el peronismo que están haciendo todo para “planchar” el conflicto. Si bien exigimos a las conducciones de los centros en cada asamblea que sean parte de esta Interfacultades, las conducciones peronistas o radicales, brillaron por su ausencia. Para nosotres, la lucha tiene que seguir creciendo para ganar una partida presupuestaria extraordinaria que contemple el aumento salarial de nuestros docentes y nodocentes, las becas, el boleto educativo y todo lo que necesitamos para mantener nuestras universidades. Para lograrlo, el movimiento estudiantil tiene que seguir en la pelea y el plan de lucha a pesar de las conducciones que están decididas a vaciar las calles y negociar en el Congreso, profundizando la unidad obrero-estudiantil. Plata hay, el gobierno ultraderechista de Milei definió que el presupuesto vaya para pagar la deuda externa y no para la educación y la universidad.
Por eso, desde el primer momento desde la Juventud de Izquierda Socialista ante la ratificación del veto, planteamos la necesidad de no volver a la normalidad e impulsar un plan de lucha junto a nuestres docentes y nodocentes con tomas y clases públicas, coordinar acciones con las demás facultades, universidades y terciarios y, sobre todo, ponerle fecha a una nueva Marcha Federal Universitaria como fue la del 23 de abril y el 2 de octubre que unifique a todas las luchas que se vienen dando. Un plan de lucha que desarrollemos en todas las universidades e instancias asamblearias.
Seguir impulsando el plan de lucha unitario rumbo a la Tercera Marcha Federal
La Asamblea Interfacultades tuvo el enorme desafío de trazar el camino para la construcción de la Tercera Marcha Federal, con la participación de estudiantes independientes y autoconvocades que vienen siendo vanguardia en la lucha, y exigir a las conducciones de los centros de estudiantes y federaciones, así como a toda la mesa intergremial y al CIN, que convoquen a esa marcha. Fue un triunfo de una política correcta que desde la JIS impulsamos junto a otras organizaciones de izquierda, para poder concretar ese plan de lucha en la Interfacultades de AMBA, así como también en la realizada en los diferentes puntos del país como Córdoba, La Plata, Neuquén.
Nuestra principal tarea es llevar adelante lo votado, de cara a la construcción de la marcha.
El CIN, la mesa intergremial y la conducción de la Franja Morada de la FUA, están llamando a un festival el 22 de noviembre y acciones en torno al presupuesto 2025 para desviar la lucha. Es al revés de lo que plantean, si arrancamos plata ahora, se fortalece la pelea contra el presupuesto 2025. Por eso seguimos impulsando la Movilización Federal del 12 de noviembre y exigimos a las conducciones que convoquen y que la CGT llame a movilizar, no como ocurrió el 2 de octubre.
Escribe Pilar Barbas, dirigenta nacional de la Juventud de Izquierda Socialista y secretaria FUA.
Si bien consideramos que la Interfacultades de AMBA cumplió su propósito de ponerle fecha a la Marcha Federal y un plan de acción, hubo un accionar poco responsable por parte de algunas organizaciones de izquierda como el Partido Obrero (PO) y el NMAS. Desde la Juventud de Izquierda Socialista tuvimos una postura diferente de las demás fuerzas del Frente de Izquierda Unidad (PTS, PO, MST) y al NMAS, sobre el rol de la izquierda en este momento político, ante un conflicto universitario que las burocracias de la Franja Morada y el peronismo quieren desarmar. Consideramos que ante esta situaciòn ameritaba actuar con la mayor seriedad y responsabilidad, sin actitudes sectarias y autoproclamatorias, sino de unidad, para ser un polo de referencia para el conflicto. Lamentablemente les compañeres del PO y el NMAS eligieron el camino opuesto. El sábado 26 el NMAS (secundado por el PO) hicieron de la Interfacultades un acto propio para privilegiar a sus centros de estudiantes antes que la coordinación de la lucha genuina con estudiantes independientes y autoconvocades. Desde la Juventud de Izquierda Socialista tenemos una visión metodológica totalmente diferente a la impuesta por el NMAS. Lo vivido el sábado 26 respecto a los insultos y agravios hacia estudiantes independientes y autoconvocades que fueron parte de la Interfacultades el sábado pasado son métodos que desde la Juventud de Izquierda Socialista no avalamos y repudiamos. Son métodos violentos que el NMAS sigue profundizando y creemos altamente dañinos para el movimiento estudiantil y el debate fraterno entre las diferencias políticas de las corrientes. Por eso hacemos un llamamiento a que en las próximas acciones que se den en unidad, se dejen atrás los métodos que nada tienen que ver con la organización del movimiento estudiantil y la clase trabajadora, sino que son propias de las patotas de las burocracias que combatimos diariamente.
Además de los métodos expulsivos, el contenido de la intervención del Ya Basta-NMAS resulta contrario a la unidad entre estudiantes y trabajadores universitaries que se puso en pie en concreto con las tomas con clases públicas en muchos lugares. En un momento de profunda solidaridad de les estudiantes hacia quienes sostienen con sus sueldos de miseria la universidad pública, el Ya Basta convoca a romper toda articulación con les docentes y nodocentes sin distinguir entre las conducciones burocráticas y las combativas. Han llegado al punto de afirmar que los gremios docentes opositores son meros “sellos de goma”. De ahí también el profundo error político del PO (que tiene un rol en la conducción de esos gremios) de secundar la orientación del NMAS.
Esperamos que modifiquen su posición equivocada y sus métodos patoteriles para poder seguir construyendo junto a les estudiantes independientes el plan de lucha que necesitamos para conquistar el presupuesto necesario para que las universidades puedan seguir funcionando.