Jul 20, 2024 Last Updated 5:23 PM, Jul 20, 2024

Izquierda Socialista

Siguen renunciando ministros. Ahora se anuncia la salida de Jorge Ferraresi del ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat y de Juan Manzur de la Jefatura de Gabinete. Sumemos a esto los últimos dichos de Máximo Kirchner: “creo que Cristina no va a ser candidata”; “que un presidente vaya a las PASO con otros competidores es extraño” (liquidando también a Alberto Fernández) y “por lo que he leído, Sergio Massa dijo que no”, respecto a una eventual candidatura presidencial del actual ministro de Economía. Conclusión: la imágen que brinda el gobierno peronista del Frente de Todos es de un auténtico desbande. Agreguemos que la principal preocupación del presidente en estos días es desmentir a “Alfa” en el programa de Gran Hermano, y tenemos el panorama completo.
 
Por otro lado, mientras siguen las internas de Juntos por el Cambio, lo que los une a todos es la consigna de “volver” para hacer más rápido que en 2015 el ajuste contra el pueblo trabajador. Lo destacado ahora fue la presentación del libro de Mauricio Macri (“Para qué”), quien afirmó para que no queden dudas “ningún progre nos puede correr”.

Detrás de todo esto está lo que realmente importa, el sufrimiento de millones, el pueblo trabajador que ve que se continúan pulverizando salarios y jubilaciones, con una inflación que vuelve a tomar impulso en octubre. O las multitudinarias colas para cobrar los miserables 45.000 pesos en dos cuotas que ahora ofrece el gobierno exclusivamente para los que no cobran ninguna asistencia social.

Es que toda la política “seria” del gobierno está focalizada en un único objetivo, cumplir con el FMI. A esto apunta el presupuesto 2023 que se discute en estos días en el Congreso. Todo lo demás es postergado. Un ejemplo de ello fueron los dichos de la flamante ministra de Trabajo, Kelly Olmos, que ante el reclamo de 130% de aumento en la paritaria de Camioneros lo calificó de “excesivo”. Los millones de dólares presupuestados para pagarle al Fondo, en cambio, no le parecen “excesivos”.

Claro que las y los trabajadores no se quedan de brazos cruzados. Siguen creciendo las luchas. Los ferroviarios del Sarmiento realizaron una multitudinaria asamblea reclamando 100% de aumento. Salieron a la lucha los docentes de Santa Cruz. El paro de los Sutebas combativos. Crece el conflicto de las y los trabajadores de la salud, en los residentes, en el Garrahan. También salieron a luchar los residentes en Chaco, y fueron reprimidos. Estos son solo algunos ejemplos.

Se va delineando así la gran tarea del momento, cómo salimos a enfrentar el ajuste actual y el mayor que se viene. Con el norte en el aumento de salarios, para recuperar lo perdido, para que nadie gane menos que la canasta familiar. Exigiéndoles a los burócratas de la CGT y las CTA que rompan con el gobierno y convoquen a un plan de lucha. Tarea que va unida a otra imprescindible, la de construir una nueva dirección sindical combativa y democrática para la clase trabajadora. Hay que seguir ejemplos como el del Sutna, los ferroviarios del Sarmiento o los docentes de Ademys. Por eso decimos que es necesario que el Sutna convoque a un Encuentro del Sindicalismo Combativo, para apoyar y unir las luchas, pero también para postular esa nueva dirección que las y los trabajadores necesitan con urgencia.

Pero eso no es todo. Hay también un profundo debate político en curso. ¿Qué hacer ante un gobierno peronista que ha defraudado todas las expectativas? O ante el doble discurso de Cristina y el kirchnerismo que cada tanto salen hablando contra el FMI y el ajuste, mientras a la vez apoyaron la designación de Sergio Massa como super-ministro o ahora se aprestan a votar el presupuesto de ajuste dictado por el FMI.

La respuesta es una sola. El peronismo no va más, no ofrece ninguna alternativa para resolver las más elementales necesidades de la clase trabajadora. Hace falta una nueva alternativa política. Eso es lo que venimos construyendo desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad. Para que gobiernen los que nunca lo han hecho, las y los trabajadores, impulsando un programa de emergencia, obrero y popular, que comience por dejar de pagar la deuda y romper con el FMI, para que así haya salarios y jubilaciones dignas, trabajo genuino, salud, educación y vivienda. Para iniciar el camino hacia una Argentina socialista.

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Escribe José Castillo

La Cámara de Diputados de la Nación vota esta semana el proyecto de presupuesto nacional 2023. Todo el texto está orientado en una única dirección: cumplir con las exigencias del acuerdo con el FMI. Lo dice explícitamente el propio texto, en el mensaje que envía el Poder Ejecutivo: todo debe ser concordante con el acuerdo firmado con el Fondo en marzo pasado.

Es que, de acuerdo a esto, si ya en 2022 se debía realizar un brutal ajuste para reducir el déficit hasta el 2,5% del PBI, esto se tiene que agudizar el año próximo. Hay que seguir recortando hasta llegar a un déficit del 1,9%. Eso es lo que el Fondo exige que quede reflejado en el presupuesto que se vote para el año que viene.

Analizando el proyecto, podemos resumirlo en un solo punto. Todo se achica, menos los pagos de intereses de deuda, que crecen un 102%. La contrapartida, el gasto total será el más chico de todo el siglo XXI. En educación se reduce un 15,5%, que se suma al 5% que ya se está achicando este año. Otro dato terrorífico es que, mientras que se verifica que en nuestro país más de la mitad de les niñes y adolescentes son pobres, se reducen todas las partidas con ese destino en un 15% en promedio. Esto último es tan escandaloso que generó una presentación de Unicef en la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados advirtiendo: “riesgos de desfinanciamiento significativos para algunas políticas fundamentales para la niñez, como la prestación alimentaria”.

Claro que el recorte tiene excepciones. El proyecto de presupuesto viene acompañado de una separata donde se garantiza la continuidad de los beneficios (subsidios, exenciones impositivas) para los sectores más concentrados de la economía.

Párrafo aparte merece la discusión sobre si los jueces y magistrados del Poder Judicial deben pagar impuesto a las ganancias. Por supuesto que sí, y es vergonzoso el lobby que están realizando para mantener sus privilegios. Pero debemos hacer una aclaración, estamos en contra de que junto con ello se aproveche para obligar a pagar impuesto a las ganancias a los trabajadores judiciales. Ni ellos ni ningún trabajador debería hacerlo, por algo tan simple como que el salario no es ganancia.

Que este presupuesto es de ajuste y escrito a la medida del FMI no lo niega ni la propia oposición patronal de Juntos por el Cambio, que ha arbitrado todos los mecanismos para que sea aprobado, independientemente de que, en la votación, disimulen absteniéndose o incluso algunos diputados votando en contra. Los que así lo hacen, como López Murphy, reconocen que contiene un fuerte ajuste, pero exigen “más”. La misma posición que sostienen los liberfachos de Milei y Espert.

El Frente de Todos, en la diversidad de sus líneas internas y “subbloques”, votará a favor, siendo el proveedor de la mayor cantidad de legisladores para garantizar su aprobación. Esto a pesar de todos los discursos contra el ajuste, vacíos de contenido, ya que es el propio gobierno quien lo ejecuta con pleno acuerdo de Cristina, Alberto Fernández y Sergio Massa.

Desde el Frente de Izquierda Unidad, a través de nuestros diputados, denunciamos todo esto y somos los únicos que votamos en contra exigiendo un plan opuesto, que priorice las necesidades populares y no los pagos de deuda y las exigencias del FMI. Pero además, y más allá del desenlace de esta votación, llamamos a pelear contra las consecuencias del ajuste, apoyando todas y cada una de las luchas que ya está dando hoy y sin duda seguirá llevando adelante en el futuro el pueblo trabajador.

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Escribe José Castillo

La Cámpora, a través de uno de sus máximos referentes, Andrés “Cuervo” Larroque, afirmó sorprendentemente que el acuerdo con el FMI estaría “caído”. No es así, ni se cayó ni apuestan a que se caiga. Por el contrario, el gobierno peronista del Frente de Todos, en todas sus alas, sigue ajustando al pueblo trabajador e incrementando la pobreza y la marginación social.

El ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y referente de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, declaró que “el acuerdo con el FMI está caído de hecho”. A continuación le agregó algo que ya pertenece al género de la ciencia ficción: “y Massa lo está renegociando”.

El acuerdo no se cayó y todo el peronismo trabaja para que no se caiga

Empecemos por lo básico: el acuerdo con el Fondo está plenamente vigente, y el gobierno del Frente de Todos lo continúa llevando adelante a rajatabla.

No solo el superministro de Economía, Sergio Massa, está monitoreando día a día que se cumpla con la pauta de ajuste exigida con el FMI, para así llegar a la meta de reducción del déficit del PBI al 2,5%. Cada uno de sus pasos, incluyendo las dos visitas al FMI que realizó en septiembre y octubre respectivamente, se realizaron con pleno conocimiento y acuerdo tanto de Cristina como de Alberto Fernández.

Pero, además, el conjunto del peronismo está abocado a sostener el ajuste exigido por el Fondo el año próximo. Absolutamente todos los sectores del gobierno van a votar el proyecto de presupuesto 2023, que implica un ajuste mayor aún al de este año. Reducirá el déficit a apenas 1,9% del PBI, con achicamientos significativos en infinidad de partidas que afectan al conjunto de los sectores populares. Se trata de un presupuesto redactado a la medida de las exigencias del FMI. No votarlo sería una expresión efectiva de apostar a que “se caiga el programa”. ¿Acaso los diputados y senadores de La Cámpora piensan votar en contra? En absoluto, son una pata fundamental para que se apruebe dicho presupuesto.

¿Qué es lo que plantea La Cámpora?

Supongamos por un instante que el acuerdo con el Fondo estuviera efectivamente “caído”, o que La Cámpora estuviera planteando desconocer su vigencia y hacerlo caer (cosa que ya vimos que no es cierta). ¿Acaso el peronismo kirchnerista está planteando romper con el Fondo o desconocer la deuda con este organismo? Nada de eso. Se desprende de las propias palabras de Larroque. Lo que está planteando en concreto es que el acuerdo “debe renegociarse”. ¿Qué significa dicha renegociación? No otra cosa que correr plazos y obtener un “waiver” (perdón) por algunos puntos, que el gobierno argentino evidentemente no podrá cumplir, de lo firmado en marzo.

Esto sucederá sin duda. Es más, ya está sucediendo. Por ejemplo, nuestro país no llegó a la acumulación de reservas que se esperaba para el fin del tercer bimestre. Pero no significa en absoluto que el gobierno no esté cumpliendo (y lo siga haciendo en el futuro) con las exigencias del ajuste en curso.

Por otra parte, “renegociación” seguro que habrá. Lo sabe el propio FMI. Los pagos a partir de 2024 son multimillonarios e irrealizables. Es un secreto a voces que el nuevo gobierno que surja a partir de diciembre del año próximo (sea del signo político que sea) se verá obligado a renegociar el acuerdo. Pero también se sabe que dicha renegociación implicará condiciones más duras para nuestro país. En concreto, exigirá avanzar con las famosas “reformas estructurales”, léase achicar el tamaño del estado (afectando más aún salud, educación y políticas sociales), realizar una reforma jubilatoria con aumentos de la edad para acceder al beneficio, reducción de montos y liquidación de los regímenes especiales, exigirá también la llamada “reforma laboral”, un eufemismo detrás del cual se esconde la más salvaje flexibilización y el retroceso de décadas de conquistas de la clase trabajadora.

La verdadera salida

El planteo de La Cámpora tiene un solo objetivo. El intento discursivo de Cristina y el kirchnerismo de no quedar pegados a un ajuste que se profundiza día a día. Pero la realidad es que es realizado con el pleno y total acuerdo del conjunto del peronismo, con todas las alas que integran el Frente de Todos.

No debemos dejarnos confundir. Nos encontramos ante una nueva manifestación de lo que venimos afirmando hace tiempo que el peronismo no va más. Más allá de su doble discurso, no tiene nada para ofrecerle al pueblo trabajador. Solo más ajuste, pobreza y marginación social.

La salida pasa por apoyar otra alternativa política. La de los que venimos diciendo que es necesario otro programa económico, obrero y popular, que comience por suspender inmediatamente todos los pagos de deuda externa y romper con el FMI. Y que, de esa manera, priorice resolver las más urgentes necesidades populares de salarios y jubilaciones dignas, trabajo genuino, educación, salud y vivienda, poniendo todos los recursos. Un planteo que no levanta el kirchnerismo ni ningún otro sector del peronismo. Por el contrario, es la propuesta que sostenemos desde el Frente de Izquierda Unidad, propugnando un gobierno de los que no tienen complicidades con el desastre actual, de los que nunca gobernaron: las y los trabajadores, en camino a una Argentina socialista.

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Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo, Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
Este lunes 24 de octubre el diputado nacional del Frente de Todos, Máximo Kirchner, fue entrevistado por Roberto Navarro en el sitio oficialista El Destape. Ahí mostró una vez más que el peronismo kirchnerista no tiene ninguna propuesta alternativa ante la debacle política y económica del país. Lo mismo pasó con los actos del 17 de octubre, hubo varios pero ninguno mostró una salida para el pueblo trabajador.
 
El 17 de Octubre, “día de la Lealtad”, evidenció a un peronismo dividido y en crisis. Se hicieron tres actos (CGT, kirchnerismo y movimientos sociales oficialistas) y otro propio que organizó de emergencia el presidente, quien no fue invitado a ninguno. Ya señalamos que esos actos fueron una muestra de la pelea de aparatos dentro del peronismo en vistas a las elecciones del año que viene, alejados de las necesidades populares. La CGT, por ejemplo, pidió cargos en el PJ al grito de “los sindicatos son de Perón”. ¿Pueden ser más traidores? El Movimiento Evita de Pérsico hizo lo mismo. Pero siempre está el intento por despegarse de la debacle actual, como acostumbra hacer el peronismo kirchnerista, con críticas parciales al desastre al que nos ha llevado el Frente de Todos de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa.

Máximo con Massa… ¿y Larreta?

Como si se ubicara fuera del gobierno, Máximo Kirchner dijo en El Destape, que “los sectores del poder económico buscan dividir a la sociedad, llevarse una porción de los sectores populares y así obtener los votos suficientes para después implementar sus planes económicos”. ¡Qué novedad! Pero el peronismo en el gobierno no combate a los “sectores de poder”, sino que los beneficia. ¿Dónde quedó la expropiación a Vicentín? Verso total. Y si esos sectores se llevan cada vez más la porción que les toca a los trabajadores es porque el peronismo en el gobierno se lo garantiza. ¿O acaso Sergio Massa no embistió contra los obreros del Sutna intentando quebrar la huelga, siendo vocero de las patronales del neumático? ¿Cristina se diferenció de esto? Ni abrió la boca, complicidad total.

Al referirse a la inflación, Máximo dijo que “hay que hablar bien con los dueños de las empresas para explicarles y hacerles comprender que el pueblo argentino hace un gran esfuerzo”. ¿Esa es la batalla contra los formadores de precios? ¿“Hablarles bien a los dueños de las empresas”? ¿No, precios máximos y castigos para Arcor, Molinos, Cargill, Coto y otros tantos delincuentes de guante blanco? Parece un chiste.

A renglón seguido reconoció que fue la tropa parlamentaria de Cristina Kirchner la que votó a favor de la renegociación con los fondos buitres de Guzmán, que le endosó al país una deuda externa usurera y fraudulenta. Y si bien Máximo votó en contra del acuerdo con el FMI, lo hizo cuando tenía en claro que no peligraba su aprobación. Nunca propuso romper, solo más plazos de pago. Mueren las palabras cuando el kirchnerismo va a votar el Presupuesto 2023 con recortes directos en Educación y el Plan Conectar Igualdad.

¿Qué dice Máximo de Sergio Massa? “Tiene un conocimiento superior a Guzmán sobre el Estado Argentino”. Larroque había señalado “tenemos ministro de Economía después de tres años de Gobierno […] vino a sacarnos de la terapia intensiva”. Pero a un enfermo grave se lo saca con medicamentos correctos, no anulando el suero con más ajuste y entrega como está haciendo el tigrense.

Lo otro revelador fue cuando le preguntaron sobre Larreta. Máximo dijo: “yo creo que el candidato que tiene posibilidades reales va a ser Larreta […] tiene que perderle el miedo a Macri”. ¿Hay un Macri malo y un Larreta bueno? Hace tiempo otro peronista “progre”, Juan Grabois, había propuesto a Larreta como jefe de Gabinete del Frente de Todos, el que persigue a estudiantes y docentes y privatizó la Ciudad para el negocio inmobiliario.
 
Las tres banderas vendrán con una Argentina socialista

Todo esto confirma lo que venimos sosteniendo desde Izquierda Socialista, que el peronismo no va más. No es cierto que el peronismo esté más vigente que nunca, como dijo Cristina. El peronismo es más ajuste, saqueo, inflación, robo salarial y sometimiento al FMI, sosteniendo un sistema capitalista que genera todo tipo de atrocidades. Lo que incluye al kirchnerismo.

El gobierno siempre evoca las tres banderas de la justicia social, soberanía política e independencia económica. En los actos usan las imágenes de Perón y Evita. Pero esas banderas del viejo peronismo de sus orígenes fueron arriadas por los sucesivos gobiernos del PJ de las últimas décadas, gobernando para las patronales y el FMI como hoy lo hace el Frente de Todos, del cual participa el kirchnerismo.

Sabemos que muchos trabajadores y jóvenes, viendo lo que dice el macrismo o ante el peligro de Milei, se preguntan si es el momento de cambiar por la izquierda. Les decimos que sí. Ya muchos han dado el paso, “me fui del peronismo y ahora estoy probando con la izquierda”. Es que no se puede seguir con la alternancia entre gobiernos peronistas supuestamente “nacionales y populares” y la centroderecha. Es la tragedia que nos trajo hasta acá.

Si se quiere otro país no hay otra que sumarse al Frente de Izquierda Unidad. Para imponer un plan económico obrero y popular con un gobierno de las y los trabajadores y la izquierda, y una Argentina socialista (ver "La salida es la Izquierda"), con plena democracia para el pueblo trabajador. Desde Izquierda Socialista con la mayor unidad de la izquierda que conquistamos con el Frente de Izquierda Unidad luchamos por esa salida.

Escribe Mariano Barba
 
Los modelos sindicales de la dirigencia peronista y el del sindicalismo combativo son opuestos. Mientras los burócratas sindicales son los principales garantes de los planes de ajustes de todos los gobiernos y de las  patronales, los sindicatos combativos organizan democráticamente a los trabajadores para enfrentar los ajustes.

Un gran ejemplo de cómo actúan los burócratas se dio en el 58º encuentro del Coloquio de IDEA (ver "Coloquio de IDEA / Un escenario de “ideas” para aumentar la superexplotación"). Hubo un panel donde estuvieron el titular de la Uocra, Gerardo Martínez (32 años al frente del gremio) y el secretario general del Smata, Ricardo Pignanelli, junto a las grandes patronales del país. Daniel Herrero, CEO de Toyota y presidente de este encuentro, manifestó que: “hay que ceder para encontrar un camino de crecimiento sostenido”. La respuesta fue inmediata y a favor del pedido empresario cuando Aldo Pignanelli, unos de los máximos capitostes de la burocracia sindical, afirmó: “A la empresa no le puedo sacar más de lo que puede pagar”. Y agregó Gerardo Martínez: “Nosotros vamos a ceder y ustedes también tendrían que hacerlo”.  Pignanelli ya entregó las condiciones laborales a favor de Toyota cuando firmó el año pasado la flexibilización laboral, obligando a trabajar los sábados para aumentar en cerca del 20% las unidades producidas por la empresa.

La entrega de conquistas se repite en todos los gremios dirigidos por la burocracia sindical peronista, empezando por la firma de paritarias a la baja en medio de una inflación galopante. Hasta en el petróleo, que es una actividad de altas ganancias para las multinacionales la burocracia del sindicato Petroleros Privados, se sostuvo durante años un plan de flexibilización laboral y nuevos convenios de trabajo que derivó,entre otras cosas, en diez muertes de obreros por las condiciones laborales.

El control férreo del sindicato, evitando cualquier atisbo de democracia sindical y manejando millones de pesos de las obras sociales y otros negociados, les garantiza a estos burócratas permanecer atornillados a los sindicatos haciendo todo tipo de trampas para evitar que se presenten listas opositoras, persiguiendo y haciendo despedir activistas, y con la proscripción de listas como se intenta estos días con la lista Roja de la UTA. Algunos como Amadeo Genta de Municipales CABA lleva 39 años al frente del gremio; Luis Barrionuevo 37 años en Gastronómicos; Hugo Moyano 35 años en Camioneros; Armando Cavallieri 36 años en Comercio; Rodolfo Daer 37 años en Alimentación.

Este modelo de dirigencia sindical pro patronal e integrante del peronismo busca permanentemente aliarse al gobierno de turno para seguir siendo parte del poder, y ofreciendo sus servicios para que pasen los ajustes. Por eso su reclamo central en estos días, cuando la pobreza se extiende en el país, es que los incorporen en las listas de diputados del Frente de Todos para las elecciones del 2023. Esta dirigencia no va más, con ellos los trabajadores estamos pagando la crisis del capitalismo.
 
Fortalecer el sindicalismo combativo

Mientras los burócratas garantizan el plan de ajuste y los salarios a la baja, son miles los trabajadores y nuevos delegados luchadores que lo enfrentan. Docentes, estatales, trabajadores de servicios y empresas de diferentes provincias, están saliendo a luchar y deben enfrentar a estos burócratas para hacerlo.

Así lo vimos en el extraordinario triunfo de los obreros del neumático organizados en el Sutna encabezado por Alejandro Crespo. O en la enorme asamblea de la Unión Ferroviaria de Haedo para reclamar un 100% de aumento salarial, encabezada por el “Pollo” Sobrero y el Cuerpo de delegados de la Bordó.

No es casual que el “Pollo” y Crespo sean referentes del Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC), donde se impulsa la lucha para enfrentar los ajustes, apoyar a los sectores en lucha y coordinar para barrer a la burocracia sindical de los sindicatos.

En el PSC, además de la Unión Ferroviaria Oeste y el Sutna, están sindicatos como ATEN Capital (docentes de Neuquén) con Angélica Lagunas, que conquistaron la actualización trimestral automática de más de un 20% para el 2022; Ademys con Mariana Scayola y Jorge Adaro, que están en elecciones para consolidar una conducción que viene luchando hace años; el Sindicato Ceramista (Neuquén) con Alejandro López, que lucha en defensa de las gestiones obreras en las fábricas; las listas Multicolor docentes; o AGD-UBA y decenas de directivos y delegados combativos en todo el país. También los “elefantes” de la salud neuquina, y los docentes autoconvocados de La Rioja que organizan un nuevo sindicato combativo.

Desde Izquierda Socialista somos parte del fortalecimiento del PSC para desarrollar una nueva conducción combativa y democrática, independiente de los gobiernos, que encabece las luchas contra el ajuste y contra el FMI para que la crisis no la paguemos los trabajadores.

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