Jul 26, 2024 Last Updated 9:21 PM, Jul 25, 2024

Izquierda Socialista


Escribe Agxs Mermet, candidate a la legislatura de CABA. Izquierda Socialista /FIT Unidad

Tras el ascenso de la marea verde y feminista que impuso la legalización del aborto, y con las crecientes protestas de la disidencia por la desaparición de Tehuel, el gobierno tuvo que legalizar el cupo laboral travesti trans, y ahora reconocer vía DNU la obtención de DNI con una nomenclatura para “sexo” que no sea F/M, algo que quiso presentarse como “DNI no binarie”.

 Es una conquista celebrable, pues permite que muches podamos destrabar nuestros trámites de rectificación realizados en las partidas de nacimiento, pero que se nos negaba a reflejar en el DNI, dejándonos en un “limbo” legal.
Pero es una solución insuficiente y cosmética:  se limita a registrarnos con “sexo” no binario, indeterminado, no especificado, indefinido, no informado, autopercibido, no consignado. La incorporación de la X no responde a la exigencia de visibilización que sostenemos muches no binaries, travestis, lesbianas, maricas, agénero y otras diversas identidades. No todes somos una X, y creemos que nuestras identidades merecen ser reconocidas y visibilizadas como tales, en el marco del cumplimiento pleno de la Ley de Identidad de Género.

Los dichos de Alberto luego de que activistas le interpelaran en pleno acto, dejó en evidencia su poca formación: habló de “orientación sexual” para referirse a nuestras identidades.
Hoy en día, un gran número de trámites estatales son con lógicas binarias, como las pensiones y jubilaciones. A esto se suma que los tratamientos quirúrgicos y hormonales para la reafirmación de género contemplados en la Ley de Identidad de Género no son accesibles en muchos hospitales por falta de presupuesto. Sigue sin aplicarse el cupo laboral travesti trans, poniendo en riesgo nuestra integridad, como vimos en el caso de Tehuel. Por todo esto, llamamos a seguir organizándonos y movilizades por el cumplimiento pleno de nuestros derechos; por la implementación inmediata y con presupuesto del cupo laboral travesti trans y la Ley de Identidad de Género en todo el país. Vamos por eso, y por un documento que reconozca explícitamente la identidad de cada une.

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI
 
Finalmente, a más de un mes de la segunda vuelta electoral y tras los intentos de Keiko Fujimori y la derecha por desconocer el resultado, la autoridad electoral proclamó el triunfo de Castillo para la presidencia. ¿Será un gobierno a favor del pueblo trabajador?
 
Castillo asume en medio de una crisis económica y de salud muy profunda. Perú es uno de los países del mundo con más fallecidos en proporción a su población por la pandemia. Su modelo económico capitalista -sometido al imperialismo- de privatizaciones, corrupción, minería multinacional depredadora y destrucción de la legislación laboral, ha dejado a tres de cada diez personas hundidas en la pobreza y a más de 70% de los trabajadores en el mercado informal.
Castillo encabezó en 2017 la huelga nacional de maestros, que duró tres meses, contra el gobierno de Kutzinsky, en defensa del estatuto docente. Por esto, por su origen campesino y por la decepción de millones en los políticos patronales, fue visto como una alternativa por un cambio a favor del pueblo trabajador.  

Pedro Castillo tuvo votaciones que superaron el 80% en el sur del país, en los sectores campesinos que más lucharon contra las multinacionales mineras que destruyen su agricultura.
Se produjo un giro electoral a la izquierda de millones de trabajadores y trabajadoras hartos de los gobiernos patronales y corruptos que sirven a las multinacionales y los empresarios.
 
Castillo propone gobernar con los grandes capitalistas

Pero Castillo no va a responder a las expectativas de sus votantes, representa a una izquierda reformista que va a reproducir un nuevo gobiernos de conciliación de clases o de centroizquierda. Como ya sucedió con Chávez-Maduro en Venezuela, Lula-Dilma en Brasil, o Evo Morales en Bolivia.

El primer anuncio concreto de Castillo, diciendo que va a cobrar como presidente su salario de maestro, cayó muy bien popularmente.
Sin embargo, también muestra que se apresta a gobernar en acuerdo con los grandes capitalistas. Su asesor económico, y muy probable ministro de Economía, es Pedro Francke, quien tiene excelentes relaciones con los grandes empresarios. Dice Francke que impulsarán “la economía popular con mercados”, que “es un modelo de libre actuación de la empresa privada, como lo hemos tenido hasta ahora, pero con un mayor componente redistributivo de parte del Estado” (BBC Mundo).

En plena crisis económica dice que “la libre actuación de la empresa privada” (incluidas las mineras que están devastando la agricultura peruana) es compatible con una “redistribución”.
Explica además que su modelo es similar al de Evo Morales en Bolivia: “La economía boliviana tiene un buen componente de impuestos, pero en la producción petrolera y de hidrocarburos siguen las empresas transnacionales. En el sector industrial y agrario también hay empresas privadas y no existe control de precios”.

Como resultado de ese modelo, de gobernar con los capitalistas en Bolivia en los catorce años de gestión de Evo Morales, los precios fueron muy favorables para sus exportaciones de gas y minerales, pero no hubo ningún cambio en la estructura económica. Y como sucede en Perú, más de 70% está en la economía informal, mientras las transnacionales y los oligarcas se llevan la riqueza y el país atraviesa también una profunda crisis económica.
 
¡Que la crisis la paguen los capitalistas!

Una de las promesas de Castillo, y demanda popular, es cambiar la Constitución que hizo la dictadura de Fujimori con una asamblea constituyente. Una de las consignas que gritaban en las calles de Lima miles de jóvenes fue “Por la constituyente, Castillo presidente”. Pero ahora, y en función de sus intentos de acuerdo con la derecha que tiene mayoría parlamentaria, es posible que la constituyente sea olvidada.
La crisis política en Perú sigue abierta y es muy probable que el pueblo trabajador que le dio el triunfo a Castillo se empiece a movilizar por sus demandas urgentes.

El Partido de los Trabajadores-Uníos (UIT-CI) y Alternativa Socialista de Ayacucho realizan su congreso de fusión los días 28 y 29 de julio. Fueron parte de la campaña llamando a votar a Pedro Castillo frente a la candidatura de Keiko Fujimori. Pero en la campaña, y ahora, no depositan confianza en el nuevo gobierno. Tienen una política independiente y llaman a confiar solo en la movilización y a luchar por ¡plata para trabajo, salud y educación. No para el FMI y los capitalistas! ¡Impuesto a las grandes fortunas ya!

“¡Para derrotar al modelo y el sistema hambreador sostengamos la movilización y lucha por una salida obrera, popular y campesina para que la crisis no la paguen los trabajadores y los pueblos, que la paguen los capitalistas!”.
 

 

Irán: se extienden las protestas populares y la huelga petrolera

Lleva más de un mes la huelga de 60.000 obreros petroleros que reclaman por salarios y exigen una nueva nacionalización del petróleo, ya que el régimen teocrático lo está privatizando. Pero además se extienden las protestas por la falta de agua para riego y consumo, que comenzaron en Juzestán, rica en petróleo. En la última semana, miles de manifestantes en esta provincia organizaron huelgas, bloqueos de carreteras y grandes manifestaciones. La policía los reprimió violentamente. Se reportaron cuatro muertos y decenas de heridos. Miles de jóvenes, mujeres y minorías étnicas vienen enfrentando al régimen con consignas como “tenemos sed, muerte a la República Islámica”.



Juegos Olímpicos: judocas de Argelia y Sudán se retiran del torneo en repudio a Israel

Mohamed Abdalrasool, de Sudán, y Fethi Nourin, de Argelia, se retiraron de los Juegos Olímpicos negándose a competir con el judoca israelí Tohar Butbul. Esto fue descrito por muchos medios de prensa como “discriminación”. Pero es en realidad una impresionante muestra de solidaridad de otros pueblos árabes, Argelia y Sudán en este caso, con el pueblo palestino, masacrado y ocupado por el Estado sionista de Israel. Son muchos los deportistas que han adherido a la campaña internacional de boicot a Israel, negándose a participar en torneos con representantes de ese Estado genocida.



Cuba: Silvio Rodríguez y Pablo Milanés contra la represión

Los dos célebres cantautores históricos de la revolución cubana condenaron públicamente la represión en la isla. Pablo Milanés afirmó: “Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que al final lo que hace es encarcelarlo”. Y manifestó que confía “en el pueblo cubano para buscar el mejor sistema posible de convivencia y prosperidad, con libertades plenas, sin represión y sin hambre”. Por su parte, Silvio Rodríguez reclamó la libertad de los que protestaron pacíficamente en Cuba.

Este evento se organizará en Brasil entre los días 2 y 6 de agosto
Se trata de una actividad vinculada al II Encuentro Internacional León Trotsky 2020, suspendido por la pandemia.
Mercedes Petit, dirigenta de Izquierda Socialista y de la UIT-CI, participará en la mesa redonda “La historia del trotskismo” el jueves 5 de agosto, de 19 a 21.30, junto con otros participantes.

Mercedes Petit colaboró muchos años con Nahuel Moreno en tareas de elaboración teórica. Publicaron juntos Conceptos políticos elementales y Apuntes para la historia del trotskismo, entre otros títulos. Escribe en El Socialista (www.izquierdasocialista.org.ar) y en Correspondencia internacional (www.uit-ci.org).

Compañeras y compañeros, los invitamos a participar de esta mesa redonda. Consulten el programa y compártanlo.
Web: https://encuentrotrotsky.org
Facebook: https://www.facebook.com/EncuentroTrotsky
Youtube: https://www.youtube.com/channel/UC3apvkGoWvdFA8EQtd0Eayw

Libro de resúmenes:
https://ia601401.us.archive.org/16/items/cadernost/Caderno%20de%20resumosw.pdf

Publicación de Noticias Perfil del 19/07/2021

Miguel Sorans comandó la Brigada Internacional Simón Bolívar. Sus encuentros con Ortega y el detalle de la guerra civil que hoy cumple 42 años.

Miguel Sorans manotea un pedazo de papel de su bolsillo y escribe a las apuradas: “Adhesión Brigada Simón Bolívar”. La revolución sandinista triunfó hace menos de un día y frente al argentino, de verde oliva de pies a cabeza y con un revólver calibre 32 en la cintura, hay una multitud agitada en la parte oriental de Managua. El plan del joven trotskista es que la milicia internacional que comandó durante la guerra tenga algún reconocimiento público de parte del hombre parado a metros suyo, y por eso le toca el hombro a quien tiene inmediatamente a su derecha en el escenario. La anotación empieza a girar hasta que llega a las manos de Daniel Ortega, el héroe en aquel julio de 1979 para gran parte de la izquierda mundial. Es en ese momento que sucede algo inesperado: el nicaragüense levanta la cabeza, mira a Sorans ¿sorprendido? ¿con desprecio?, hace un bollo con la hoja y la tira. Días después, Sorans y los 200 soldados que viajaron de todo el planeta para apoyar la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza serían echados del país a punta de pistola.

“Esa fue la primera represión de Ortega, que hoy es un dictador”, recuerda Sorans para NOTICIAS, en el día en que se cumplen 42 años desde que triunfó la revolución en la que participó. El militante del Partido Socialista de los Trabajadores, que comandaba Nahuel Moreno, tenía en aquel entonces 32 años y era un prominente delegado sindical. Hay que entender que cuatro décadas atrás el mundo era muy distinto: se acababan de cumplir veinte años desde el triunfo cubano y la sensación de que la revolución estaba a la vuelta de la esquina no se había disipado ni con el golpe de Videla. Para todos los soñadores del mundo, la bandera a levantar en aquel momento era la de la sandinismo, que venía en abierta lucha contra una dictadura represiva y colonial. “La idea fue repetir la experiencia de las brigadas internacionales durante la Guerra Civil español”, relata Sorans.

Moreno, exiliado en Colombia, fue el que empezó a diseñar un plan para apoyar al sandinismo. Sorans era una pieza clave en ese armado: era de los pocos del PST -partido predilecto como blanco tanto para la Triple A como para la dictadura- que tenía entrenamiento militar y político, y tenía el cuero curtido luego de tres años de vivir en la clandestinidad. Por eso el trotskista salió oculto del país, vía Brasil, y se reencontró con su líder. Después de una semana en Colombia, donde protagonizaron una gran colecta para recaudar fondos (cuenta Sorans que una metralladora M16 o un fusil Garand estaban 250 dólares en el mercado negro) y sumar apoyos públicos, viajaron hasta Costa Rica. Ahí Sorans se convirtió en uno de los tres líderes de un grupo de 80 personas –había nicaragüenses, costaricenses, un alemán y otra argentina, Nora Ciapponi, famosa por ser la primera mujer en llevar la lucha por el aborto legal a una campaña política- que luego se sumaron a la lucha, bajo la bandera de Simón Bolívar. Para el fin de la guerra, la brigada internacional contaría a más de 200 soldados en sus filas y tres muertos en combate.

Noticias: Se jugó la vida saliendo del país y en la guerra. ¿Qué lo movió para ir a luchar en un país que no era el suyo?

Miguel Sorans: Nos movía la solidaridad internacional. En ese momento las dictaduras predominaban, y la posible caída de Somoza era vista como lo que fue, una caída que empezaría a debilitar a todas las otras dictaduras del continente. Y además no fue una decisión sólo personal, fui como parte de una corriente internacional para jugar un papel de organizador de la Brigada. Fue una decisión global de la corriente. Por supuesto que uno duda o tiene miedos, no porque uno es revolucionario deja de tener temores o ignora lo que se juega. Como toda lucha es un riesgo, pero es un riesgo que se toma para hacer un cambio. En este caso logramos ese cambio pero no fue lamentablemente todo lo positivo que nos gustaría y lamentablemente Ortega  dejó de lado aquellas reivindicaciones sociales y políticas por las cuales se hizo la revolución.

Noticias: Usted tenía experiencia política pero hacerse cargo de una milicia en una guerra debe haber tenido sus retos. ¿Qué fue lo más difícil?

Sorans: Lo encaramos desde el punto de vista de que teníamos algo en común, una idea. Obvio que no todo es color de rosas, éramos todos de nacionalidades distintas y algunos con poca experiencia. Hubo detalles pero se trató de que haya una disciplina para el combate y para actuar. A veces teníamos que dormir en condiciones muy malas, la comida era siempre arroz, los mosquitos eran tan grandes que pesaban y a la noche hacían cuarenta grados. La zona a la que fuimos destinados, en Bluefield, al sur de Nicaragua, sólo se accedía por lancha. Además había una pobreza muy grande en el país. Para que te des una idea de las limitaciones materiales, no pudimos hacer muchas fotos porque nos quedamos sin rollo de la cámara rápido y no se podía conseguir uno en toda Nicaragua.

Noticias: ¿Cómo los recibió el pueblo nicaragüense? ¿Y el Frente Sandinista?

Sorans: Ahí vino el contraste. De parte del pueblo la recepción fue excelente. En cambio al sandinismo, a medida que se fue estableciendo, le empieza a caer mal nuestra presencia y nuestras ideas. Después de que triunfe la revolución mucha gente quería retener las armas, y nosotros nos sumamos a ese reclamo.

Et tu. El 19 de julio de 1979 las últimas fuerzas de la Guardia Civil de Ortega se rindieron. Unos días antes la Brigada Simón Bolívar que lideraba Sorans –había otra en el frente sur, donde se dieron los combates más sangrientos- había cumplido con éxito su objetivo y tomado Blufield. “Lo logramos con pocos tiros, la moral del enemigo estaba muy baja y rápidamente nos hicimos con el control de la ciudad y armamos un gobierno asambleario”, dice Sorans.

La popularidad de la Brigada fue tal que antes de que termine julio, una decena de sindicatos -que la propia milicia internacional había ayudado a construir- propuso en un plenario darles la nacionalidad nicaragüense a cada uno de los soldados latinoamericanos. Pero cuando Sorans empezó a escuchar que un pedido se repetía en la radio oficial del sandinismo intuyó que algo andaba mal. “Brigada Simón Bolívar, brigada Simón Bolivar, tienen que presentarse mañana a las 17 en la Comandancia General en Managua”, era el pedido que repetía una y otra vez la emisora.

Hasta ese momento Sorans sólo había visto a Ortega en el acto en que rompió el papel. Ese llamado, luego de ese incidente, no prometía nada bueno. Y no se equivocó: a pesar de que la Brigada llegó al encuentro con seis de los nueve altos comandantes del sandinismo -entre ellos los dos hermanos Ortega- acompañada por una manifestación de apoyo popular de cinco mil personas (en una ciudad que entonces tenía 500 mil habitantes), las cosas se torcieron rápido. La reunión, que había comenzado con cierta tirantez, se terminó de romper cuando Sorans pidió la palabra para comentar que era opinión de la Brigada que Nicaragua debía desconocer la deuda externa. Bayardo Arce, el único comandante de aquel 1979 que hoy sigue al lado de Ortega, le sacó el micrófono, lo cortó en seco y lo trató de iluso. Les prometieron que a los dos días volverían a reunirse para resolver la situación de la Brigada pero todo fue una trampa: cuando Sorans y los suyos volvieron los retuvieron con excusas y finalmente los llevaron al aeropuerto para deportarlos a punta de pistola. “Tuve más miedo ahí que en toda la guerra”, dice el hombre, que al día de hoy es integrante de Izquierda Socialista.

Sorans: No tuve tiempo ni de agarrar mi pasaporte. Nos levantaron a las dos de la mañana, sorpresivamente, y nos cargaron en unos buses sin decirnos adónde íbamos. Pensé que nos iban a liquidar para después decir que había sido una escaramuza.

Noticias: ¿Hasta entonces que visión tenían de Ortega como líder revolucionario?

Sorans: Lo respetábamos por haber dirigido el proceso revolucionario, pero teníamos una diferente concepción política, de hacia dónde tenía que ir a la revolución. Él estaba formado por el castrismo, y con la URSS todavía viva, había un odio al trotskismo, aunque nosotros no los odiábamos a ellos. Esperábamos que el proceso avanzara y que ahí se pudieran subsanar estas diferencias, ellos no creían en profundizar la revolución y nosotros sí.

Noticias: Hoy Nicaragua está sumida en una crisis dictatorial con Ortega, en otro momento revolucionario, al mando. Usted lo miró a los ojos: ¿le sorprende el giro?

Sorans: No, en última instancia el giro actual de Ortega lo podemos encontrar, sin pedantería, en esto trato con la Brigada. Podemos decir que esa fue la primera represión. Apenas lograron el poder Ortega gobernó con Violeta Chamorro, a quien nosotros decíamos que había de sacar del gobierno porque era pro yanqui. Hoy en día Ortega pone a la hija de Chamorro presa acusándola de pro yanqui, fíjate la paradoja. Al no romper, apenas triunfada la revolución, con la burguesía, al pactar con la Iglesia, con los conservadores y con los grandes azucareros, el giro de hoy ya estaba anunciado.

Noticias: ¿Qué desenlace le pronostica?

Sorans: Espero que lo más rápido posible el pueblo nicaragüense lo eche a patadas, podrá durar un tiempo más reprimiendo pero finalmente va a caer. Me interesa dejar bien en claro que es una dictadura, hay sectores de la izquierda que todavía lo defienden pero no, allí no hay socialismo ni gobierno de izquierda. Usa las antiguas banderas del sandinismo y el antimperialismo para gobernar robando y pactando con las grandes mafias empresarias. Va a caer, los pueblos en algún momento se van a rebelar. A Ortega le va a quedar el lugar del traidor en la historia. Las mentiras que nos hizo a nosotros después se las traslado al pueblo nicaragüense.

Noticias: ¿Qué sensación le queda haber participado de una revolución que termina de esta manera? ¿Es frustrante?

Sorans: Frustrante en un sentido que no se logró avanzar habiendo condiciones tan grandes para salir de la miseria y avanzar hacia el socialismo. Eso sí es frustrante, pero por otro lado no, no creo que haya sido en vano lo nuestro, contribuyó a pequeña escala para la tarea de aquel entonces que era que empezaran a caer las dictaduras. Fue un estímulo y una alegría para todos los pueblos del continente.  

Noticias: Pasaron 42 años de la lucha, y, teniendo en cuenta que Nicaragua está como está, ¿su fe revolucionaria sigue intacta?

Sorans: Sí, sigue igual. Este proceso se burocratizó como pasó con la URRSS; por eso nosotros seguimos a Trotsky, que lo echaron por querer luchar por un socialismo con democracia. Seguimos creyendo en el socialismo, sabemos que no es fácil pero que tampoco es una utopía. Y seguimos luchando por eso.

 

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