Escribe Claudio Funes

Como todos los años, desde aquel 26 de junio de 2002, cuando una feroz represión terminó con la vida de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, en este 18° aniversario se realizó una movilización al puente Pueyrredón exigiendo el juicio y castigo a los responsables políticos de aquella masacre.

Estos aberrantes sucesos se dieron durante el gobierno peronista de Eduardo Duhalde, quien intentó quebrar a sangre y fuego al movimiento piquetero que enfrentaba el hambre y la desocupación.

Los medios de comunicación hegemónicos difundieron entonces que las muertes de Darío y Maxi habían sido producto de un enfrentamiento interno de organizaciones piqueteras.

Entre quienes emitían tamañas mentiras estaban Aníbal Fernández, secretario de la Presidencia, y Juan José Álvarez, secretario de Seguridad de la Nación. Otro que se encargaba de difamar a las organizaciones piqueteras era Felipe Solá, por aquel entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Cuenta Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, que aquel mismo día de la represión llamó a Solá para preguntarle qué estaba sucediendo. El gobernador la atendió y le respondió: “Quédese tranquila Norita, es una pelea entre pobres”.

Pasaron los años. Llegaron los gobiernos peronistas kirchneristas con sus falsas promesas de justicia. La impunidad continuó.

En 2005, ante el reclamo de parte de los familiares para que se abran los archivos de la SIDE, solo les fueron entregados recortes de diarios. Una burla.

Aníbal Fernández continuó con su carrera política. Fue jefe de Gabinete de Ministros entre 2009 y 2011 con Néstor Kirchner y en 2015, durante la presidencia de Cristina Fernández.

Hoy, con un nuevo gobierno peronista, vemos que los responsables políticos de la masacre de Avellaneda continúan impunes. No solo eso, algunos ocupan cargos en el gobierno de Alberto Fernández. Felipe Solá es el actual ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

Aníbal Fernández, ex candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por el kirchnerismo en 2015, hoy es el actual interventor de Yacimientos Carboníferos Fiscales.

Izquierda Socialista estuvo presente en el puente Pueyrredón con su militancia encabezada por nuestro compañero Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo. Junto a Alberto y Leo Santillán, padre y hermano de Darío respectivamente, el resto de familiares y demás organizaciones continuamos exigiendo cárcel para los responsables políticos de los asesinatos y hacemos nuestras las palabras de los familiares: “Los asesinos de ayer no pueden ser los salvadores de hoy”.

Escribe Mariana Scayola, Secretaria General de Ademys

El martes 30, Ademys realizó una caravana de autos en el marco de las acciones que venimos desarrollando a partir del anuncio de un recorte al salario de las y los docentes con la implementación del pago del aguinaldo en cuotas. La caravana salió de Jefatura de Gobierno de CABA  pasando por el Congreso donde se sumaron los docentes de AGD y los estatales del Ministerio de Economía finalizando en Palacio Pizzurno.

Ni la lluvia, ni el frío, ni las medidas de restricción en la circulación impidieron que las y los docentes, junto a universitarixs y estatales, hiciéramos sentir los bocinazos en defensa de nuestros salarios y contra el aguinaldo en cuotas. Con autos embanderados y carteles en las ventanillas recorrimos la ciudad visibilizando los reclamos de la docencia como conectividad gratuita y equipos para docentes y estudiantes, alimentos de calidad que permitan a las familias mantener una cuarentena sin hambre. Denunciamos la precarización de lxs trabajadores de programas y exigimos que ningún docente quede sin salario.

El pago en cuotas del aguinaldo es una medida impulsada por el gobierno nacional e implementada en CABA por Rodríguez Larreta, al igual que en otras provincias. Representa un ataque directo al bolsillo de lxs trabajadores en un marco de profundización de las crisis económica.

Frente a esta situación, la burocracia de UTE junto al resto de los sindicatos dejan pasar el ajuste como la CGT y CTA hacen lo propio con el ajuste de Alberto Fernández y los gobernadores en todo el país, sin convocar a la docencia a ninguna acción y rechazando realizar asambleas unitarias para desarrollar un plan lucha para derrotar la política del gobierno de Larreta de descargar la crisis sobre las espaldas de las y los trabajadores.

Desde Ademys, junto al Plenario Sindical Combativo exigimos la conformación de un fondo de emergencia en base al impuesto a las grandes riquezas, las multinacionales, los bancos y el no pago de la deuda externa que habilitaría los recursos necesarios para salud, educación y salarios.

El viernes 3 de julio, los docentes universitarios y preuniversitarios de todo el país realizaremos una jornada nacional de lucha con apagones virtuales, un paro de veinticuatro horas y acciones de visibilización allí donde sea posible.

La virtualización forzosa ha degradado notablemente nuestras condiciones de trabajo. Muchas veces no tenemos acceso a los campus virtuales ni tenemos horarios de trabajo claros y se nos impide desconectarnos aun fuera del horario de clases.

En cuanto a nuestro salario, se deprecia a paso redoblado en estos últimos meses. A fin de año fuimos excluidos del bono. A días del inicio de la cuarentena sufrimos una rebaja salarial porque no se aplicó la cláusula gatillo que hubiera permitido una recomposición parcial de nuestro salario. Ahora se suma que no hay anuncio alguno para la reapertura de una paritaria salarial, mientras el gobierno decreta el pago fraccionado del medio aguinaldo para una importante cantidad de docentes universitarios y preuniversitaros.

Exigimos el pago íntegro del medio aguinaldo, no al pago fraccionado, la reapertura urgente de la paritaria salarial y un aumento de 40 por ciento. Decimos no a la precarización laboral. Reclamamos la prórroga por doce meses de las becas UBACyT, el respeto de las condiciones laborales y el convenio colectivo de trabajo mientras dure la modalidad virtual, el pago de los gastos que los docentes tenemos por la virtualización, la provisión de equipos para todos los docentes, suplencias pagas para cubrir licencias y dispensas y el aumento inmediato del presupuesto universitario.

Corresponsal

Escribe Claudio Funes

El cuerpo de delegados de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) llamó a concentrar nuevamente frente al Aeroparque Jorge Newbery el próximo 6 de julio.

Para ese mismo día fue convocada la asamblea general extraordinaria de accionistas de Austral, donde se discutirá la fusión con Aerolíneas Argentinas.

El gobierno de Alberto Fernández tomó esa decisión y Pablo Ceriani, presidente de Aerolíneas, es su brazo ejecutor. El plan de fusionar ambas empresas viene  desde  la “reestatización” de la línea de bandera y terminó de delinearse en Olivos el pasado 14 de abril.

Esta fusión intentará imponer flexibilización y despidos a los trabajadores. El mismo Ceriani manifestó que deberá hablar con los sindicatos para revisar las cláusulas de los convenios  que “quedaron obsoletas e impiden tener una operación eficiente”.

La fusión de hoy será desguace mañana

El plan del gobierno del Frente de Todos es la posterior escisión de la “nueva Aerolíneas Argentinas” en tres unidades de negocio diferentes. La primera sería mantener una línea aérea bajo la modalidad low cost.

La segunda propone separar gran parte del área de mantenimiento para crear una unidad de negocios de Aerolíneas Unidad Mantenimiento que, según palabras de Ceriani, “requerirá reordenar la fuerza laboral disponible”.

La tercera, una unidad de negocios de carga. En Aerolíneas Unidad Cargas nuevamente, según Ceriani, “tendremos que acordar condiciones laborales acordes a las actividades de la carga aérea, con características distintas a las operaciones de pasajeros”, es decir sin personal de tráfico y sin tripulantes de cabina.

Alberto Fernández y Ceriani quieren concretar el viejo plan que intentaron imponer American Airlines, Marsans y el gobierno macrista, de la mano de Guillermo Dietrich.

El ajuste que se quiere descargar sobre las espaldas de los aeronáuticos está al servicio del pago de una deuda externa de la que los trabajadores no somos responsables.

Desde Izquierda Socialista nos solidarizamos con la lucha de los trabajadores de APTA y reclamamos Aerolíneas Argentinas y Austral ciento por ciento estatales y controladas por sus trabajadores.

Escribe Pedro Rodríguez, referente de la oposición en UTA

El martes 30 de junio se realizó la primera reunión con choferes de la UTA junto a Rubén “Pollo” Sobrero. Participaron referentes, delegados y activistas de distintas líneas de Buenos Aires y del interior del país que se vienen organizando en defensa del salario, los puestos de trabajo y demás derechos pisoteados. En un gremio cruzado por una rebelión nacional en medio de una pandemia donde todos los choferes viven expuestos. Desde abajo crecen la bronca y la pelea contra los empresarios que se roban los subsidios, no pagan los sueldos en tiempo y forma, despiden, cierran empresas y persiguen activistas. Y en esa rebelión también crece la bronca contra la burocracia sindical, donde la conducción nacional de la UTA se encuentra dividida entre el actual secretario general, Roberto Fernández, y su antiguo secretario gremial Miguel Bustinduy, que hoy posa de opositor, pero responde directamente a la patronal del Grupo DOTA. En las distintas intervenciones en la reunión con el Pollo fue quedando claro que los dos sectores, tanto de Fernández como de Bustinduy, actúan con patotas, persiguiendo a los activistas y responden a los empresarios y no a los trabajadores.

Por eso va surgiendo un tercer espacio formado por activistas y nuevos delegados junto a cientos de compañeros que salen por primera vez a dar la pelea. Impulsan los reclamos, organizan asambleas y salen a luchar, a veces autoconvocados, otras apretando a los dirigentes. En ese sector nos apoyamos desde el sindicalismo combativo para empezar a dar pasos en la construcción de una dirección alternativa. Una dirección  que defienda el convenio, la estabilidad laboral y el salario de los compañeros. En la reunión se resaltó la necesidad de avanzar en este sentido y organizar la recuperación de los cuerpos de delegados, que en muchos casos está planteada. Otra sería la realidad de los choferes si estos luchadores fueran los dirigentes del gremio. Más allá de los ritmos de esta gran tarea todo empieza por el primer paso. El ajuste aprieta y la bronca crece, por eso el proceso de las luchas que vienen marcando al gremio se va a profundizar, y al calor de estas luchas se seguirán fogueando los cientos de activistas que recorren el país. Se acordó una segunda reunión para dentro de quince días, invitando a otras líneas y para profundizar la organización.