A esto se suman los procesamientos penales del hijo de la presidente, Máximo Kirchner; el de su testaferro, Lázaro Báez; el de su vicepresidente, Amado Boudou y la acusación de Manzur, el ministro de Salud, por la muerte de un niño desnutrido en el Chaco. Mientras los graves problemas estructurales que aquejan a los trabajadores y el pueblo siguen sin solución. Los salarios vienen perdiendo con respecto a la inflación cada vez más. Y se siguen pactando acuerdos entreguistas, ahora con China, antes con Chevron, que las futuras generaciones tendrán que pagar con más sacrificios, ya que implican más endeudamiento y entrega de nuestro patrimonio nacional.
Acosado, el gobierno apela a la campaña del complot (o el “golpe blando”, ver abajo) para desacreditar a todo el que se le oponga. Las frases risueñas tales como “todo esto es para tapar la noticia de un verano turístico estupendo” o la reciente de Cristina, “somos el amor, se están cumpliendo todos los sueños”, son parte de un falso relato para su tropa, ya que millones vienen sacando la conclusión de que esta “década ganada” y de los “derechos humanos” no es tal. ¿De qué derechos humanos habla el kirchnerismo si como vemos en el caso Nisman sectores de su aparato represivo y de los servicios de inteligencia pueden estar sospechados?
El famoso “modelo” del desendeudamiento terminó en una abultada deuda externa que ronda los 300 mil millones de dólares. La “redistribución de la riqueza”, en salarios y jubilaciones de pobreza. El “combate a las corporaciones”, en ganancias millonarias para el Citi Bank, la Barrick, petroleras y automotrices. El “modelo” sindical exitoso, en pactos con burócratas repudiados como Gerardo Martínez, Pignanelli o la cúpula de la Unión Ferroviaria, que cuenta con su ex titular preso, José Pedraza, por asesinar a Mariano Ferreyra. O el impresentable Yasky, de la CTA oficial.
El eslogan de que el kirchnerismo iba “a cambiar la política”, terminó en pactos con los barones del conurbano y gobernadores semi mafiosos del interior. Y posicionando al nuevo aparato de La Cámpora con sueldos millonarios en el estado o en puestos ejecutivos de empresas con manejos corruptos y deficitarios, tipo Aerolíneas. En definitiva, una “década ganada” por los grandes empresarios, multinacionales, burócratas sindicales y políticos reciclados del aparato del PJ a quienes, en muchos casos, se los hace pasar por “progres”, solo por adular a Cristina.
Nuestro partido y el Frente de Izquierda estamos contra este modelo corrupto, de entrega y sometimiento. Y luchamos por otro, obrero y socialista. Ese es el mensaje que difundimos desde la constitución del FIT en todos estos años, y ahora, en un año electoral. Ante elecciones presidenciales donde se discute qué país necesitamos.
El FIT propone, en primer lugar, terminar con el aparato represivo y la disolución de los servicios. Fuera Milani. Abajo el Proyecto X y la ley Antiterrortista, y desprocesamiento de todos los luchadores populares.
El no pago de la deuda externa para poner esos fondos en salario, trabajo, salud y educación. Reestatización de todas las privatizadas y nacionalización del petróleo y el gas. Para imponer un plan económico obrero y popular que parta de un inmediato aumento de salarios y jubilaciones y satisfaga las enormes necesidades populares. El FIT impulsa las luchas, dice, fuera la burocracia sindical y apoya al sindicalismo combativo. Mientras hay que exigir un plan de lucha nacional.
Para todo esto, el FIT, de la mano de la unidad de la izquierda que supo conquistar, levanta una alternativa política opuesta al PJ en todas sus variantes, la UCR, el PRO y la centroizquierda. Combatiendo a todos los candidatos patronales, sean oficialistas y opositores. Proponiendo una alternativa política de los trabajadores, los luchadores y la izquierda, para luchar por las transformaciones de fondo que necesitan los trabajadores, la juventud y demás sectores populares. Invitamos a sumarse a Izquierda Socialista para fortalecer la pelea por estos desafíos.
La oposición está con la SIDE
Macri, Massa y Unen han dicho que de ser gobierno derogarían la ley que crea la nueva central de inteligencia votada por el kirchnerismo (AFI). ¡Pero no proponen nada alternativo! Es decir, están por mantener la ex SIDE. No es casual. Todos los gobiernos se han valido de esa central de inteligencia mafiosa para comprar o apretar jueces y periodistas, votar leyes antiobreras y perseguir a los que luchan. Recordemos cuando en el gobierno de la Alianza salieron de la SIDE 5 millones para comprar senadores y hacer votar la Ley Banelco de flexibilización laboral mediante coimas.
Solo el Frente de Izquierda propone disolver todos los servicios, que se vaya Milani, abajo el Proyecto X y el desprocesamiento de los luchadores. De esto, el PRO, Frente Renovador, UCR y Binner, no dicen ni mu.